Balance

31/12/2025 04:00
    ¿Qué ha hecho falta para que la respuesta de las autoridades ante la violencia genere satisfacción en la población? Que haya resultados tangibles, que esos que ahora están empuñando las armas sean sancionados conforme lo marca la Ley y que sirva de lección para otros

    Uno de los mensajes recurrentes que se manejan en fechas como esta es que el fin de un año debe servir para evaluar qué es lo que se ha hecho, qué ha servido para bien, qué no ha funcionado y qué se puede mejorar para hacer mejor las cosas.

    Este 2025 deja para Sinaloa sin duda muchas lecciones sobre lo que ha tenido que pasar y soportar para llegar hasta el 2026.

    Sinaloa sigue sumido en la violencia, en la que dos grupos de la delincuencia organizada se disputan el territorio y en medio de esa lucha, los daños alcanzan a la sociedad en su conjunto.

    Y no basta con la interpretación de las cifras para entender que la violencia se mantiene en la entidad, pues se mueve de una región a otra y las balas y los estruendos siguen generando inseguridad y terror en la población.

    ¿Qué se ha hecho para evitar que esa situación se extienda más de lo que ya se ha tenido? Lo que sea que el Estado mexicano haya implementado, no ha sido suficiente para restablecer la paz que le fue arrebatada a los sinaloenses.

    ¿Qué ha hecho falta para que la respuesta de las autoridades ante la violencia genere satisfacción en la población? Que haya resultados tangibles, que esos que ahora están empuñando las armas sean sancionados conforme lo marca la Ley y que sirva de lección para otros. También, que todo ese equipamiento en materia de vigilancia sirva para algo, sobre todo, para contener hechos violentos. Y también, que se entienda que lo que hoy se vive en Sinaloa es una emergencia y ante ello, se necesita una comunicación clara y directa de quien gobierna, en lugar de silencios que alientan la desinformación y el terror de esta crisis.

    ¿Qué se ha aprendido en todo este tiempo? Que hace falta más voluntad para contener a quienes están provocando la violencia. Que urge una sociedad que demande tranquilidad y seguridad para todos y que no guarde silencio cuando sean otros los que están afectados. Que Sinaloa merece respuestas y no evasivas. Y también, que se asuman responsabilidades.