Contienda de altura

    En teoría, la democracia se gana con los votos de los ciudadanos y los ciudadanos deciden a partir del análisis de las propuestas que presentan los candidatos. Así debería ser. Pero los espacios de las redes sociales hoy por hoy se encuentran atestados de contenidos que buscan descalificar al otro, buscan minimizar al otro, buscan eliminar al otro y eso, por más libertad de expresión que pueda representar, no abona a un sano ejercicio democrático.

    Quizá con lo que ha ocurrido desde antes de las precampañas, durante la precampaña y también en la intercampaña, ya nadie espera que el ambiente vaya a mejorar en los próximos días en la política mexicana.

    A partir de este viernes se pone en marcha la campaña electoral para las elecciones presidenciales y, durante 90 días, quienes aspiran a la Presidencia de México deberán exponer ante los electores las propuestas para gobernar al País.

    Independientemente de lo que hoy marquen las encuestas, para el ciudadano lo más importante es valorar lo que cada una de las opciones políticas está presentando y a partir de ahí se tomen decisiones conscientes en base a las consideraciones personales.

    Y se propone que se haga una valoración personal a partir de lo que se propone para México porque justo ahora, en los espacios de las redes sociales que antes permitían ser un faro en la toma de decisiones, hoy se ha convertido en un espacio de descalificaciones, confrontaciones y campañas sucias que en nada abonan a la democracia.

    Y se está presentando en todos los sentidos en momentos en que el País necesita de más cordura de parte de todos los actores, con los ciudadanos incluidos.

    En teoría, la democracia se gana con los votos de los ciudadanos y los ciudadanos deciden a partir del análisis de las propuestas que presentan los candidatos. Así debería ser.

    Pero los espacios de las redes sociales hoy por hoy se encuentran atestados de contenidos que buscan descalificar al otro, buscan minimizar al otro, buscan eliminar al otro y eso, por más libertad de expresión que pueda representar, no abona a un sano ejercicio democrático.

    Serán, a partir de este viernes, 90 días de campañas en donde los espacios públicos se llenarán de spots propagandísticos de cada aspirante y también ahí, habrá que llenarse de paciencia para aguantar y llegar a la recta final, el de la elección del 2 de junio.

    Lo que hoy México demanda es que la mayoría muestre su vocación democrática y su disposición a sumar por la construcción de un mejor País, independientemente de quien gane. A partir de este viernes, ojalá que todos apuesten por una campaña de altura.

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