Algunos apenas lo resienten y otros apenas consiguen lo necesario, pero hoy, el problema de la sequía es un asunto que debe involucrar a todos, principalmente a las autoridades encargadas de administrar el agua.
Hay zonas que en estos momentos no han tenido problemas aún con el abasto de agua, principalmente para el consumo humano, pero la realidad es que ya hay lugares que ni para eso tienen y se debe estar atendiendo de manera frecuente.
Y ni hablar de los problemas del campo, donde se demanda de agua para garantizar cultivos y simplemente no hay.
Si bien es cierto que esto que hoy se vive se relaciona principalmente por las condiciones climáticas, también es verdad que hasta ahora no ha habido acciones eficientes en la administración del agua para asegurar un uso y suministro más eficiente.
Las autoridades deben buscar dar respuesta a estas condiciones, principalmente a donde más se necesita. Porque no es lo mismo subsistir sin el agua suficiente en una zona urbana, donde se encuentran mecanismos más eficientes para sustituir el abasto que lo que pasa en las comunidades rurales, donde no hay forma de acceder al agua.
Y en el campo, el agua almacenada en las presas y que se canaliza a los diferentes módulos de riego se está acabando y en el pronóstico inmediato, aún no está previsto que se registren lluvias que permitan mejorar el nivel de almacenamiento y la realimentación de los mantos freáticos.
Es verdad que ante esas condiciones, no hay una fórmula mágica que dé soluciones inmediatas ante el problema del desabasto de agua, pero sí debe servir de experiencia para atender los próximos ciclos.
Es momento de aprender a administrar el agua, tanto para el uso doméstico como para el campo, pero las acciones se deben implementar no cuando la emergencia como la que hoy se vive esté encima.
Sortear condiciones como las que hoy se vive requiere de la suma de todos. Ojalá que se llegue a ese camino.
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