En toda la superficie del planeta Tierra, el único ser que produce desechos sin beneficios es el humano, sus desechos son muy contrarios a los que producen las otras especies vivas, que son reabsorbidas y transformadas por el mismo entorno natural.
En el caso de la mayoría de los productos desechados por humanos, son materiales que no tienen un segundo o tercer uso, no son reutilizables o no son biodegradables.
Reusar, reciclar y reducir es una fórmula que grupos y personas interesadas en la protección del medio ambiente proponen para mitigar la creciente acumulación de basura en el territorio y las aguas del planeta.
En las etapas de la humanidad trashumante el problema no era ni grave ni visible, dada la composición natural de los desechos humanos, su limitada estadía en cada sitio que recorrían y la poca población que habitaba la Tierra.
En los albores de la Revolución Industrial, cuando inició el tránsito de vehículos automotores en ciudades, los ciudadanos veían con beneplácito que una máquina que solo arrojaba un poco de humo desplazara a los carruajes tirados por caballos que dejaban las calles tapizadas con sus desechos orgánicos.
Solo cuando se percataron del grave daño a la atmósfera que provocaban las emisiones de los automóviles y las fábricas, dispusieron medidas para mitigar el creciente deterioro del aire respirable.
Con la basura sucedió que ya no se podía acumular en las ciudades ni cerca de las ciudades y se buscó arrojarla en lugares lejanos a los centros poblados.
Mazatlán no es la excepción, en su historia ha desplazado varias veces los depósitos de basura a zonas más alejadas de la zona urbana, el llamado basurón ya fue alcanzado por las áreas habitacionales y es imprescindible otra ubicación con mejor tratamiento de las toneladas de basura que produce la creciente población de Mazatlán.
Ayer, el Cabildo de Mazatlán aprobó por mayoría la adquisición de un terreno de 10 hectáreas para la construcción del nuevo Relleno Sanitario, el cual está ubicado en el poblado de Palmillas.
Procesos legales aparte, el cierre inminente del basurón, previsto dentro de cuatro meses, hace necesario un nuevo tratamiento de la basura, sin salidas improvisadas que puedan provocar un futuro daño ambiental, el proyecto promete, es menester llevarlo a cabo íntegramente.
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