Habitantes cochinos

    Otrora lugar de recreo, la Isla de Soto, en el canal de navegación del puerto de Mazatlán. poco o nada significa para las nuevas generaciones, sin embargo, el nombre de este lugar está en la mesa de la Dirección de Ecología Municipal tras una denuncia del colectivo Viva la Ola, quien refiere que cerca de ese lugar se encuentra un basurero donde se depositan todo tipo de desechos.

    En lugares más visibles como el Faro de Mazatlán, es loable el esfuerzo de organismos ciudadanos que se esfuerzan por mantener limpio el sitio visitado por miles de turistas y locales al año.

    A veces con apoyo de las autoridades locales o federales, aunque retiran toneladas de basura del Cerro del Crestón, en cuya cima está el famoso faro, ésta vuelve a surgir como generación espontánea.

    En zonas federales como la Isla de Venados, se mantiene un férreo control de visitas y a pesar de ello se observan senderos llenos de basura y desechos orgánicos que poco se sabe cómo llegan a esos rincones de la noche a la mañana.

    En territorio firme mazatleco se puede contar con el arroyo Jabalines y su desembocadura en el estero del Infiernillo, que lluvia tras lluvia arrastra toneladas de basura hasta el puente Juárez, donde gran parte es contenida por la biobarda colocada por el colectivo Maz Conciencia y ha resultado un aliciente en la lucha contra la contaminación de los cuerpos de agua.

    También el estero del Yugo es un lugar predilecto para arrojar todo tipo de basura.

    Pero por mucho esfuerzo de personas y organismos preocupados por los ecosistemas, cualquier esfuerzo es poco ante la apabullante cantidad de personas sin conciencia que arrojan desde un boleto de camión hasta bolsas repletas de basura, el lugar no importa, puede ser un lote baldío, un canal, una calle o una isla.

    Así, ahora la Isla de Soto, o lo que queda de ella, se vuelve a nombrar y no por su pasado de fiestas y paseos en el siglo pasado, sino por el basurero que manos inconscientes arrojan día con día a sus alrededores.

    Mucho se presume el faro natural más alto del mundo,la maravillosa vista de las tres islas en la bahía mazatleca, pero no reparan en el daño ecológico que puede causar un simple papelito.

    Es sabido que a turistas les basta atisbar un poco para darse cuenta que Mazatlán es una ciudad cochina, aunque siendo justos es una ciudad con habitantes cochinos.

    Así, ahora la Isla de Soto, o lo que queda de ella, se vuelve a nombrar y no por su pasado de fiestas y paseos en el siglo pasado, sino por el basurero que manos inconscientes arrojan día con día a sus alrededores
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