La revelación de millones de documentos que muestran la utilización de paraísos fiscales para esconder las fabulosas fortunas de empresarios y políticos mexicanos en la prensa internacional nos muestra que todo sigue igual.
A pesar de que hace unos años, los Panamá Papers cimbraron al mundo y desnudaron a muchos políticos que escondían sus fortunas en Centroamérica, nuestra legislación no cambió y nuestros empresarios y políticos siguieron utilizando escondites para desaparecer dinero o simplemente para evadir impuestos.
Seguramente hoy escucharemos en La Mañanera una andanada del Presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de los que engordan las arcas de los paraísos fiscales, pero ninguna acción en contra de sus usuarios.
Por lo menos, ahora tenemos una razón para pensar por qué salió Julio Scherer, su asesor jurídico en la Presidencia, por la puerta de atrás de su administración; hasta ayer nadie había entendido por qué se iba mientras disfrutaba las mieles del poder, que tanto le gustan.
Que aparezca en la lista de millonarias escondiendo dinero un hijo de un ex Gobernador de Sinaloa tampoco es novedad, estamos acostumbrados a este tipo de sorpresas.
Lo interesante será enterarnos de lo que hará el Gobierno mexicano en sus dos vertientes, la investigadora y la legisladora.
La información de los Pandora Papers ya la tiene en sus manos la Unidad de Inteligencia Financiera del SAT, bajo el mando de Santiago Nieto Castillo, ahora tendremos que esperar para saber qué acciones toma, y si la información sirve para investigar el origen de esas fortunas.
Por parte de nuestros legisladores, sería bueno la creación de nuevos proyectos de Ley que eviten que nuestros políticos continúen escondiendo su dinero en el extranjero y estafando a México con el pago de impuestos.
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