La calidad importa

    En Sinaloa hay varias localidades donde la población no tiene los servicios públicos con la calidad que se merecen, y más que hablar de la comunidad o de su gente, habla de la capacidad de gestión y de administración de quienes están al frente del Gobierno.

    Una de las mejores maneras de evaluar el desempeño de un Gobierno, y de quien lo preside, debe ser en la calidad que tienen los servicios públicos. Ese es un buen retrato de su desempeño, más allá de los discursos cargados de buenas intenciones.

    Y es precisamente ahí, cuando se trata de evaluar a quienes gobiernan, cuando es posible medir lo bien o mal que están haciendo su trabajo, más allá de las campañas que pagan en redes sociales.

    ¿Qué gobernante puede decir que está haciendo bien su trabajo, cuando a sus gobernados, a la sociedad en general, le entrega agua totalmente turbia por meses o de plano, por meses, les ofrece un servicio irregular?; ¿qué gobernante puede decir que su trabajo es el mejor, cuando la ciudad que gobierna está llena de calles en mal estado?; ¿cómo es posible que alguien que gobierne diga que hace las cosas bien cuando no es capaz de ofrecer un servicio adecuado de alumbrado público?; o ¿de qué manera, alguien que gobierna, es capaz de decir que lo hace bien cuando ni siquiera ha tenido la capacidad de garantizar un eficiente programa de recolección de basura?

    Revisen sus comunidades, revisen a sus autoridades y digan si lo que están presenciando en este momento es el Gobierno que han estado esperando, uno que haga bien su trabajo.

    En Sinaloa hay varias localidades donde la población no tiene los servicios públicos con la calidad que se merecen, y más que hablar de la comunidad o de su gente, habla de la capacidad de gestión y de administración de quienes están al frente del Gobierno.

    Y sí, de vez en cuando el entretenimiento importa, pero para una comunidad lo más importante siempre va a ser que los servicios públicos que recibe, los que se cubren con los impuestos que cada uno está pagando, sean de la calidad que se merecen.

    Más allá de lo que digan los políticos, la población está en su derecho de demandar a los gobiernos mejores servicios públicos y de señalar que no es solo un servicio o dos los que están fallando, sino que son más, y exigir que se reparen.

    Quienes gobiernan, se han acostumbrado a ser adulados. Pero es momento que por el bien de la comunidad, empiecen a ser preparados para que hagan mejor su trabajo. Solo así se podrá tener un mejor entorno social.

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