Parece que no son muchos los que se han detenido a pensar el impacto que ha tenido la crisis de inseguridad por la que atravesamos, y que ya podemos comenzar a tener una base de casi 300 casos, nos referimos a los niños que han quedado en la orfandad por la violencia.
Las víctimas no son sólo de esta crisis, pero el ritmo nos ha ayudado a reflexionar cómo es que el número de casos avanzan.
Hace unos días, la Secretaría de las Mujeres anunció que suman ya 267 casos de menores que han detectado en la orfandad por violencia, a los que ya atienden con programas de apoyo.
Insistimos, este programa según los funcionarios, no son sólo de estos meses de violencia desbordada a la que hemos sobrevivido, sino que son también de años anteriores.
El tema lo trajimos a colación por los dos feminicidios que se registraron ayer lunes, pues por la mañana Beatriz Sugey fue atacada a balazos cuando dejaba a su hijo en una secundaria del sector Villa Bonita, mientras que el cadáver de otra mujer fue hallado en unos terrenos en una zona enmontada a espaldas del sector Cedros.
La reflexión es por la forma en que nuestras mujeres están perdiendo la vida, y por lo que no hay garantía de que los familiares alcancen la reparación del daño o la justicia.