Las redadas en contra de inmigrantes en Estados Unidos, ordenadas por Trump, llevan un alto grado de hipocresía y son el resultado de años de malas decisiones y una regulación demográfica errada por parte de las autoridades estadounidenses.
Mientras en el discurso político de los gobernantes estadounidenses hablar de “contener” la emigración consigue votos, pocos son los políticos que realmente se atreven a hablar con detalle de lo que significaría expulsar a los migrantes ilegales en territorio estadounidense, la mayoría de ellos mexicanos.
Comencemos con un número: Más de 38 millones de personas con ascendencia mexicana o nacidos en México viven actualmente en Estados Unidos, la mayoría de ellos en edad laboral, lo que nos hace presumir que son el sostén del sistema productivo de Estados Unidos en la zona sur del país.
Desde hace décadas se habla de una cifra de mexicanos que habitan, respiran y trabajan en Estados Unidos de manera ilegal: Más de 11 millones de mexicanos, aunque cualquier especialista sabe que la cifra real es mucho mayor, debido a que millones de mexicanos son obligados a vivir como “fantasmas”.
Durante su primera candidatura a la Presidencia, allá por 2016, Donald Trump visitó a los productores agrícolas del Valle Central California y les prometió que expulsaría a los jornaleros ilegales para dar esos empleos a ciudadanos estadounidenses.
Cuando regresó como Presidente al mismo sitio, sus asesores le explicaron que alrededor de 5 millones de jornaleros ilegales siembran y cosechan el valle, una de las zonas más fértiles de Estados Unidos. Como promesa electoral, la deportación conseguía votos, pero la realidad lo hizo regresar por donde había venido y nunca volvió a tocar el tema.
El sábado, las redadas de Trump consiguieron detener a 50 personas ilegales, causando enfrentamientos y lo que podría ser el inicio de disturbios sociales en California. Seguramente la realidad pronto pondrá en su lugar a Trump y a sus bravatas migratorias.
La política migratoria de Estados Unidos necesita mucho más que simples deportaciones.