Las otras víctimas

29/08/2025 04:00
    Se calcula que en Estados Unidos hay alrededor de 400 millones de armas, más armas que personas; armas suficientes para dotar mínimamente a los ejércitos del mundo entero. Armas en manos de los civiles, pólvora suficiente para mantener tiroteos en las escuelas hasta que alguien decida parar la locura sin control.

    Una escuela en Estados Unidos se ha vuelto a teñir de sangre, apenas en la primera semana de clases del nuevo ciclo escolar. El nombre de la escuela ya no importa, los tiroteos en las escuelas de la Unión Americana se suceden con una regularidad de espanto.

    Los detalles son los únicos que difieren, en esta ocasión: la escuela era católica y los niños asesinados se encontraban dentro de la iglesia, en pleno servicio religioso.

    El resto de los detalles son siempre similares: el asesino es joven, dispone de un arsenal legal y comprado en tiendas al alcance de la población, sus razones son el odio puro y duro, y después de asesinar inocentes se quita la vida.

    Otra cosa que no cambia es la reacción de las autoridades estadounidenses, desde los alcaldes a los gobernadores, hasta llegar al Presidente, las frases son casi siempre las mismas: se piensa en las víctimas, en las familias dañadas para siempre y se les desea una pronta recuperación, más allá de eso... nada.

    Se calcula que en Estados Unidos hay alrededor de 400 millones de armas, más armas que personas; armas suficientes para dotar mínimamente a los ejércitos del mundo entero. Armas en manos de los civiles, pólvora suficiente para mantener tiroteos en las escuelas hasta que alguien decida parar la locura sin control.

    Se llora unos días a los muertos y luego la fiesta de las armas continúa, con el negocio como único objetivo. Muchas de esas armas cruzan la frontera sur de Estados Unidos para alimentar nuestras guerras internas, por lo tanto, podríamos contar a nuestras víctimas entre las víctimas de los tiroteos estadounidenses.

    Y lo peor es que nadie hace mucho de aquel lado de la frontera... mucho menos de este lado.