Llamado
de atención

    No hace falta un hecho trágico para que las autoridades se den cuenta de que las carreteras, sobre todo por las que se paga por transitar sobre ellas, no están ofreciendo condiciones de seguridad. Las vialidades concesionadas por el Gobierno de México deberían estar con una mejor supervisión para que el servicio por el que se paga cumplan con la calidad y la seguridad que están obligadas a ofrecer.

    Aunque las quejas han sido frecuentes, pocas veces se le ha puesto atención, hasta que llega un momento crítico en el que hace reflexionar sobre ello. Se trata de las condiciones de las carreteras de cuota, como las de Sinaloa.

    Y un accidente como el ocurrido en la autopista Mazatlán-Culiacán la madrugada de este martes hace pensar en la urgencia de que las autoridades actúen sobre el mal estado en que se encuentran, aunque al parecer, esa no haya sido la causa del choque.

    La tragedia fue la de 19 personas que murieron después de que un camión de pasajeros chocara con un tráiler, justo después de pasar el crucero hacia La Cruz, en Elota. Algo que aparentemente no tiene nada que ver con los daños que presenta la carretera.

    Pero lo que sí tiene que ver, y ahí es ineludible, es la urgencia de ofrecer a los usuarios de las autopistas condiciones seguras para todos en cualquier momento del año.

    Transitar en tramos como el que cubre Mazatlán y Culiacán se vuelve un suplicio para muchos, entre espacios que se encuentran en mantenimiento y espacios que obligan a bajar la marcha por su deterioro.

    Y no hace falta un hecho trágico para que las autoridades se den cuenta de que las carreteras, sobre todo por las que se paga por transitar sobre ellas, no están ofreciendo condiciones de seguridad.

    Las vialidades concesionadas por el Gobierno de México deberían estar con una mejor supervisión para que el servicio por el que se paga cumplan con la calidad y la seguridad que están obligadas a ofrecer.

    Y no hay que esperar accidentes ni muertes para que se reaccione y se acondicionen esos caminos en beneficio de quienes lo usan.

    Porque la condición física es apenas uno de los detalles que se deben atender, pues ni hablar del alto tráfico de camiones pesados que se tienen y que dificultan el tránsito para vehículos más pequeños.

    Es urgente que en las carreteras haya orden y que las autoridades, desde las locales hasta las federales, reaccionen y exijan que la seguridad de sus usuarios debe estar por encima de todo. Y que actúen, ya.

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