La violencia dentro de los hogares se encuentra desbordada y traspasa las puertas para afectar a vecinos de la comunidad.
El domingo por la noche, durante la celebración de una fiesta, un niño de 7 años de edad ingresó al sitio de la festividad portando una pistola, con ella amenazó con dispararle a una menor de 13 años, pero no se quedó en eso, la amenaza fue cumplida y la niña fue trasladada a un hospital con un balazo en la rodilla; los hechos se registraron en la colonia Rotarismo de Culiacán.
Cabe preguntarse cómo se hace de una pistola un niño que apenas inicia la educación primaria, quién es tan irresponsable al dejar al alcance de un menor un artefacto tan peligroso tanto para él como para quienes le rodean.
Igual la pregunta abarcaría cómo conoce el uso de esa arma y cuál es la educación que recibe para no tener miramientos en atentar contra otra persona.
La cultura del crimen permea ya a adolescentes y este caso devela un riesgo para los niños.
Ya el 4 de noviembre Francisco Javier Villarreal Gastélum, presidente de la Federación de Colegios y Asociaciones de Abogados de Sinaloa, informó que Sinaloa está en el lugar 12 a nivel nacional con homicidios de menores de edad.
El desglose que hace el abogado indica que se puede decir que cada tres o cuatro días están asesinando a algún menor.
El jueves, la Secretaria de las Mujeres, Teresa Guerra Ochoa, confirmó que hasta esa fecha suman 31 feminicidios hasta noviembre ocurridos en Sinaloa.
Ahora las víctimas son un niño y una niña y al respecto María Teresa Guerra Ochoa, titular de la Secretaría de las Mujeres en Sinaloa, señaló que los padres podrían estar involucrados.
“Siempre que involucres menores, en los dos casos, creo que hay adultos que tienen que cuidar de los menores”, contestó.
De acuerdo a Teresa Guerra, el ilícito es un reflejo de la naturalización de la violencia en el hogar, confirmando que la incidencia de agresiones a manos de menores de edad ha aumentado.
Por su parte, la Secretaria de Educación Pública y Cultura, Graciela Domínguez Nava, lamentó el hecho, así como los casos de infantes con problemas de agresividad y drogadicción.
Una línea más se está rompiendo en la convivencia dentro de los hogares, no es solo responsabilidad de las autoridades contener la violencia intrafamiliar.
Cada vez la actitud hedonista de algunos sectores de la sociedad está descuidando inculcar el respeto en las nuevas generaciones.
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