La percepción social en una comunidad suele ser más realista sobre la problemática local de la que tienen personas alejadas de esa zona geográfica; los sinaloenses saben y conocen cómo se comportan los grupos del crimen organizado en su territorio, principalmente los dedicados al tráfico de drogas.
Con la detención de Ismael “El Mayo” Zambada García y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, por autoridades de Estados Unidos el 25 de julio, se esperaban reacomodos en los liderazgos del Cártel de Sinaloa, ajustes que podrían ser de forma violenta.
Al día siguiente, y no de manera rutinaria como se dejó entrever en la información oficial, arribaron a Sinaloa, específicamente a la Base Aérea No.10 en Bachigualato, 200 elementos de las fuerzas especiales del Ejército Mexicano.
En esa ocasión, el comandante de la Novena Zona Militar, Fernando Fuentes Velez, descartó un repunte de violencia en Sinaloa tras las detenciones de “El Mayo” y el hijo de “El Chapo” Guzmán.
Dos días después, otros 200 elementos del Ejército Mexicano arribaron al Aeropuerto Internacional de Culiacán.
Y en sucesión de eventos, el 30 de julio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que se vayan a generar enfrentamientos en estados como Sinaloa o Durango, ante las detenciones de las dos personas señaladas.
Sin embargo, reconoció que profanaron tumbas de la familia de Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, en el ejido de Portaceli.
Una percepción errónea del Presidente acerca de las formas de actuar de los grupos de la delincuencia organizada en Sinaloa; el punto de vista de una persona criada en el Sureste del país y el centro de la República.
Para abonar, un enfrentamiento a balazos contra personal del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional registrado el sábado en el poblado de Loma de Redo, sindicatura de Quilá, al sur de Culiacán, dejó siete civiles muertos, el aseguramiento de cuatro camionetas, una de ellas blindada, además de armas, cargadores y cartuchos.
Ayer se reportó un enfrentamiento entre civiles y militares al sur del municipio de Culiacán, aunque sólo se halló un vehículo con señales de violencia.
Acontecimientos que desdicen el discurso oficial y fortalecen la percepción de inseguridad que tiene la población de Sinaloa.
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