Este fin de semana, el sur de Sinaloa vivirá una de las festividades que tradicionalmente atraía a visitantes de toda la región: las Fiestas del Mar de Las Cabras, en Escuinapa.
Pero la de este año no es igual a la que se ha tenido en años anteriores. Como ha ocurrido en diferentes partes de Sinaloa, la violencia ha acechado también en esa zona de la entidad y el temor ha prevalecido sobre la comunidad.
Y sí, Las Cabras, como popularmente se le nombra a la reunión que se celebra en las playas de Escuinapa tiene el poder de hacer olvidar al menos por algunos días los males que aquejan a la comunidad y habrá miles que se dispongan a disfrutarla.
Pero también hay quienes se resisten a ser parte de ella, sobre todo cuando los hechos violentos se han acrecentado en los últimos días, principalmente en el trayecto donde se realiza este encuentro.
Y ahí las autoridades tienen una tarea fundamental: la de preservar la integridad de quienes asisten a ese encuentro y también de quienes optan por quedarse en casa a la espera de tiempos mejores.
Y tienen además, un obligación importante: la de preservar las tradiciones, no sólo la que está por celebrarse este fin de semana, sino las diferentes que se realizan a lo largo y ancho de Sinaloa.
Los eventos tradicionales tienen la virtud de cohesionar a las comunidades y generar un sentido de pertenencia entre todos quienes lo disfrutan. Y se nota con lo que ha pasado en las diferentes festividades de Sinaloa y lo ocasiona también la que se celebrará en Escuinapa.
Pero ahora se prevé que sea diferente, pues a pesar del empeño de afirmar que las condiciones están dadas para que se lleven a cabo con la normalidad con la que se ha celebrado en años anteriores, hay también quienes se resisten a ser parte de ella ante los hechos violentos.
Ojalá que esta tradición, como muchas otras de Sinaloa, se mantenga viva y que la violencia no se las arrebate, pues son eventos que fortalecen la identidad de un pueblo y por más banal que pueda parecer para algunos, vale la pena conservarla.