Preservar
las tradiciones

15/05/2025 04:00
    Ojalá que esta tradición de la Fiesta del Mar de Las Cabras, como muchas otras de Sinaloa, se mantenga viva y que la violencia no se las arrebate, pues son eventos que fortalecen la identidad de un pueblo.

    Este fin de semana, el sur de Sinaloa vivirá una de las festividades que tradicionalmente atraía a visitantes de toda la región: las Fiestas del Mar de Las Cabras, en Escuinapa.

    Pero la de este año no es igual a la que se ha tenido en años anteriores. Como ha ocurrido en diferentes partes de Sinaloa, la violencia ha acechado también en esa zona de la entidad y el temor ha prevalecido sobre la comunidad.

    Y sí, Las Cabras, como popularmente se le nombra a la reunión que se celebra en las playas de Escuinapa tiene el poder de hacer olvidar al menos por algunos días los males que aquejan a la comunidad y habrá miles que se dispongan a disfrutarla.

    Pero también hay quienes se resisten a ser parte de ella, sobre todo cuando los hechos violentos se han acrecentado en los últimos días, principalmente en el trayecto donde se realiza este encuentro.

    Y ahí las autoridades tienen una tarea fundamental: la de preservar la integridad de quienes asisten a ese encuentro y también de quienes optan por quedarse en casa a la espera de tiempos mejores.

    Y tienen además, un obligación importante: la de preservar las tradiciones, no sólo la que está por celebrarse este fin de semana, sino las diferentes que se realizan a lo largo y ancho de Sinaloa.

    Los eventos tradicionales tienen la virtud de cohesionar a las comunidades y generar un sentido de pertenencia entre todos quienes lo disfrutan. Y se nota con lo que ha pasado en las diferentes festividades de Sinaloa y lo ocasiona también la que se celebrará en Escuinapa.

    Pero ahora se prevé que sea diferente, pues a pesar del empeño de afirmar que las condiciones están dadas para que se lleven a cabo con la normalidad con la que se ha celebrado en años anteriores, hay también quienes se resisten a ser parte de ella ante los hechos violentos.

    Ojalá que esta tradición, como muchas otras de Sinaloa, se mantenga viva y que la violencia no se las arrebate, pues son eventos que fortalecen la identidad de un pueblo y por más banal que pueda parecer para algunos, vale la pena conservarla.