Prevención

Hace 10 años, el agua que dejó el huracán y depresión tropical Nora en Sinaloa hubiera inundado colonias enteras en Culiacán, en Mazatlán miles de personas habrían perdido sus pertenencias y en Los Mochis el Centro de la Ciudad estaría todavía bajo el agua.

Los fenómenos naturales nos han obligado a aprender rápidamente a ponernos a salvo, autoridades y ciudadanía hemos crecido en esa útil tarea de protegernos, y que lleva por nombre “prevención”.

Hay que ver cómo creció la infraestructura contra los desastres y los departamentos de Protección Civil en los municipios y a nivel estatal.

Hoy nos enfocaremos en el personal humano, antes un grupo de personas casi voluntarias que se reunían cada vez que había un siniestro y que desaparecía cuando las cosas estaban en calma.

Hoy, Protección Civil ha crecido de manera vertiginosa, cuenta con presupuesto y toma decisiones que pueden paralizar por completo a una ciudad o al estado mismo.

La formación de personal y el empoderamiento que se les ha dado permiten que un huracán como Nora pase por toda la costa de Sinaloa sin causar los desastres del pasado, aunque hay que reconocer que no somos inmunes y que hay personas que están sufriendo.

Nunca, ninguna prevención será suficiente ante lo inesperado y nada tan errático y poco previsible como un huracán, que puede cambiar de intensidad y dirección en cualquier momento.

Ahí también tenemos que reconocer que los servicios meteorológicos han crecido en calidad y eficiencia, además han aprovechado las nuevas tecnologías de la información, haciéndolos imprescindibles a la hora de tomar decisiones ante un desastre inminente.

No se trata de decir que lo hemos resuelto todo, igual mañana nos llega un fenómeno imparable, donde ni los servicios de prevención nos puedan salvar, pero la diferencia al pasado y ahora es mucha, ahora nos sentimos más seguros.