La llegada de otro tanto de elementos del Ejército Mexicano para completar unos 2 mil 500 más en territorio sinaloense, volvió a ser un punto de despegue a un nuevo nivel de la militarización en el estado.
Entendible, pues desde este espacio hemos insistido que se hagan cosas diferentes luego de que los resultados de las estrategias no estaban dando resultado.
Y pues al menos mandaron más elementos y se notó de inmediato, pero una de sus primeras acciones fue armar un operativo en plena avenida Álvaro Obregón, la más transitada de Culiacán, para dejar sólo unos carriles para el flujo vehicular.
El hecho provocó pánico entre muchos, que comenzaron a preguntar por llamadas o mensajes que si qué era lo que ocurría, si pasó algo peligroso, si capturaron a alguien de peso o si había alguien importante de visita.
Pero no fue nada de eso, sólo que las fuerzas armadas estuvieron mostrando músculo por la Obregón.
Luego supimos que al mismo tiempo otros convoys más pequeños realizaron la misma acción en otras partes de Culiacán, como por ejemplo en el puente de la Isla Musala.
El nivel de presencia, podríamos concretar, que efectivamente creció, Justo un día antes que viviéramos el segundo día más violento durante esta crisis de seguridad a la que sobrevivimos, propiciada por la guerra interna del Cártel de Sinaloa.
¿Qué sigue?