No es nada nuevo que pobladores de alguna zona alejada tengan que llamar a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para denunciar como sociedad posibles hechos de violaciones a los derechos humanos.
Entendible también resulta que lo ocurrido en la comunidad de Estancia de los García, en las inmediaciones del poblado de Tacuichamona, y en Las Habas, en el municipio de Cosalá, sea una mezcla de denuncias y señalamientos contra las autoridades, debido a cómo han narrado que vivieron los hechos.
Sin embargo serán las autoridades las que deslinden responsabilidades, si las hay, contra los servidores públicos.
Por lo pronto, en la zona hay mucha frustración, rencor y temor contra las fuerzas del orden estatales.
En su narrativa, los agentes de la Policía Estatal Preventiva realizaron recorridos por la zona, el umbral de ese sector a la sierra del centro del estado, cuando abrieron fuego contra vecinos del lugar.
El ataque también se repetiría en Las Habas, municipio de Cosalá, pero muy cerca del primer punto, y en Las Mesas, también en el mismo sector.
El resultado fue un número aún no revelado de personas abatidas, además de vehículos asegurados, equipo táctico y precursores químicos.
El hecho provocó el encono entre los agentes y los vecinos, debido a que el resguardo de los cadáveres, vehículos y más evidencia, se alargó por dos días.
No sabemos exactamente qué sucedió, pero la forma en la que aseguran ocurrieron las cosas ha provocado la Intervención de la CEDH para realizar una investigación.
Urge esclarecimiento oficial de las autoridades.