Reformar, ¿para qué?

30/07/2025 04:00
    Hay una realidad que no ha sido posible transformar en los últimos años: la de la impunidad... Se ha trabajado para endurecer las penas contra diversos delitos, principalmente los de alto impacto, pero el problema no es cuántos años son suficientes para castigar a quienes cometen delitos en perjuicio de la sociedad, sino cuándo se castiga.

    En el Congreso de Sinaloa se acaba de aprobar una reforma con la que se elevan las penas por los asesinatos de menores, policías y periodistas. La idea es dar protección a un sector sensible en la entidad.

    Sin embargo, frente a esa nueva penalidad, hay una realidad que no ha sido posible transformar en los últimos años: la de la impunidad.

    Porque sí, no sólo en la actual legislatura, sino en anteriores, se ha trabajado para endurecer las penas contra diversos delitos, principalmente los de alto impacto.

    Y el problema no es cuántos años son suficientes para castigar a quienes cometan delitos en perjuicio de la sociedad, sino cuándo se castiga.

    Porque esa es una de las principales debilidades no sólo de Sinaloa, sino del resto del País.

    El sistema de impartición de justicia sigue arrastrando rezagos y se siguen acumulando ante la falta de capacidades para resolver los delitos y reparar el daño a las víctimas.

    Tan sólo en homicidios, según expusieron en el Congreso del Estado, en Sinaloa se estima que hay un nivel de impunidad del 91 por ciento. Es decir, de cada 100 homicidios cometidos, apenas nueve han terminado en una sentencia condenatoria.

    Y mientras el sistema judicial y de procuración de justicia se mantenga en esa situación, va a ser difícil que las reformas a la Constitución y a los códigos penales sean funcionales.

    Y esa ha sido una reforma pendiente tanto a nivel nacional como estatales: qué es lo que hay que hacer para que la impartición de justicia sea efectiva y se castigue a quien haya violentado la Ley en perjuicio de otros.

    Pero mientras no haya cambios en ese sentido y la justicia siga siendo tardada, de nada valdrán el incremento en las penas por diversos delitos si no habrá quién la imponga a tiempo.

    El tema requiere de voluntad política y esta ha estado ausente durante muchos gobiernos y legislaturas para abordar el tema de la impartición de justicia y su transformación plena.

    Qué bueno que haya más castigos. Ahora habrá que esperar el siguiente paso, el de hacer que se impongan de manera expedita.