Restablecer la seguridad en Sinaloa es una tarea que no termina por asentarse. Cuando se asoma algún indicio de que las cosas podrían ahora sí marchar diferente, como un día sin homicidio, aparecen otros que muestran que la realidad de la violencia sigue presente en la entidad.
Y esas situaciones hacen obligatorio que las estrategias de seguridad para Sinaloa deben ser más amplias, atendiendo otras zonas donde también la delincuencia organizada sigue operando y generando condiciones de inseguridad y violencia.
El ataque con explosivos en las instalaciones de Seguridad Pública en Escuinapa es un llamado de atención a las autoridades de lo mucho que aún falta por hacer para que la paz en Sinaloa se pueda restablecer.
Sí, los indicadores de los delitos de alto impacto pueden mostrar por momentos una tendencia a la baja, pero mientras ocurran hechos como el de Escuinapa demuestra que los grupos delictivos siguen operando y actuando en diferentes partes de Sinaloa con la posibilidad, aún, de seguir impunes.
Los esfuerzos de parte de las autoridades federales y estatales para contener la violencia que se registra en Sinaloa ha sido en niveles que no se habían visto desde hace mucho tiempo y eso es de reconocerse y de pedir que se mantengan.
Pero como se ha planteado en ocasiones anteriores, se hace urgente que los trabajos de inteligencia y de acciones concretas se sigan desarrollando para que los resultados sean más efectivos.
Nadie como quienes gobiernan deben saber cómo es que operan los grupos de la delincuencia organizada, en dónde están operando y qué acciones han estado emprendiendo.
Y antes de que las cosas se compliquen y que los pasos dados vayan ahora hacia atrás, se necesitan de acciones contundentes no solo en el epicentro de esta crisis de violencia que se ha vivido en Sinaloa, sino también, atender otras regiones donde ha habido brotes y también demanda resultados.
Por eso, se necesita replantear las estrategias de seguridad, para evitar que sorprendan hechos como los de este jueves.
