No ha llovido como se quisiera, ni siquiera en el Día de San Juan, fecha emblemática en el que se espera que la naturaleza cumpla con su parte y dé inicio a la temporada de lluvias. Al menos no en la abundancia que se anhela para que calme las largas jornadas de calor que se viven en Sinaloa.
Se habla mucho del cambio climático y poco se ha entendido de él de parte de la población y de las autoridades. Los árboles se siguen talando para dar paso al concreto como sinónimo de modernidad y ahora la sensación térmica se siente más intensa que antes.
Pero si algo indican los niveles de calor es que dan paso también a lluvias fuertes y a la formación de ciclones, como ya está pasando en el Pacífico mexicano.
Uno ya está formado, “Adrián”, y otro está por generarse de acuerdo con los pronósticos, “Beatriz”. Del primero ya genera lluvias en los estados del sureste mexicano y del segundo se espera que en los próximos días comience a tener efectos.
Y sí, todavía no llueve en Sinaloa pero ya debe estar listo para actuar y reaccionar ante los posibles efectos que pudieran tener los huracanes para este año.
Como cada año, es necesario que las autoridades tomen las previsiones para evitar los daños que estos fenómenos han dejado en temporadas anteriores. Las zonas propensas a inundaciones ya están ubicadas, las regiones donde hay más riesgos están identificadas y no debería haber mayores alertas, si se trabaja en las tareas preventivas.
De parte de la población, está pendiente su responsabilidad para evitar que los problemas que se presentan en su entorno se repitan, como las inundaciones que se generan por el taponamiento con basura de los canales pluviales.
Contra los fenómenos hidrometeorológicos no se puede luchar porque responden a ciertos factores climáticos que imponen sus condiciones. Pero desde cada una de las comunidades se puede actuar para evitar que el impacto de los huracanes sea catastrófico.
La temporada de huracanes en el Pacífico mexicano ya está ahora sí en marcha y en Sinaloa y el resto de los estados costeros, solo resta hacer lo propio: estar alerta y tomar previsiones.
