Hace tiempo que lo mexicano no importaba tanto, pero ahora importa aunque solo sea en el discurso de la 4T y sus reivindicaciones soberanistas. Hoy está de moda defender a México, aunque sea solo en La Mañanera, y aunque se defienda solo el pasado de México.
En realidad, poco a nada ha cambiado, solo eso, el discurso y las ganas de pelear por cosas que hace tiempo quedaron atrás y que solo se desempolvan para dejar en claro que tal o cual dirigente es muy mexicano y no encuentra otra manera de dejarlo en claro que despertando a los héroes que hicieron patria.
Generalmente cuando reivindicamos la figura nacional recurrimos a nuestros indígenas, es entonces cuando se recuerda que en un glorioso pasado ellos fueron dueños de todo esto, y se le reclama a los que les arrebataron la gloria y sus tierras, pero de ahí no pasa, nadie se apronta para devolverles nada.
Incluso se derribó una estatua, la de Cristóbal Colón, alegando que representaba la llegada del invasor, aunque el mentado genovés ni siquiera haya estado en México, si acaso lo divisó de lejos.
En su lugar querían poner la cabeza monumental de una mujer indígena, pero al final a nadie le gustó la mentada cabeza y dieron marcha atrás, como casi siempre en los temas que no llevan a nada.
Celebraremos a México y su soberanía, algo así como gritar que esta tierra es nuestra, y “naide” nos la puede quitar, aunque la delincuencia organizada ya se la haya repartido, sin que hasta el momento ninguna autoridad haya intentado recuperarla, salvo en el discurso.
Gritaremos, ¡Viva México!, aunque la pandemia nos haya matado a cientos de miles, y tocaremos la bendita campana en zócalos vacíos, con apenas un puñado de aprontados que no le temen al virus.
Fuera de eso, del virus, la violencia y los indígenas olvidados, que ¡Viva México!, para que todo siga igual.
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