"Al amparo del Gobierno federal y con el apoyo de ´coyotes´ que abusan de las necesidades y desinformación de los trabajadores, Infonavit vienen cometiendo abusos y fraudes contra trabajadores"

Abigauil Bello

Durante los últimos días Noroeste ha dado cuenta del fraude con alteración de firmas de trabajadores y las irregularidades que viene cometiendo Infonavit con sus deudores.
No es la primera vez que en los medios se denuncian los excesos y abusos de esta institución en contra de quienes acogiéndose a un derecho como trabajadores, solicitaron un crédito a este organismo para la adquisición de su vivienda.
Infonavit se ha convertido por la vía de los hechos en una institución de crédito que obliga a sus deudores con contratos lesivos, sin respetar los fundamentos sociales que le dieron origen.
Al amparo del Gobierno federal y con el apoyo de bufetes jurídicos y "coyotes" que abusan de las necesidades y desinformación de los trabajadores, Infonavit viene cometiendo abusos y fraudes contra quienes han solicitado créditos de vivienda en esa institución.
Se supone que el crédito para adquirir o remodelar la vivienda es una de los derechos laborales más importantes de los trabajadores en México, el cual fue incorporado desde 1917 en el Artículo 123 constitucional.
La Ley Federal del Trabajo, al reglamentar esa prestación en su Artículo 136, señala que las empresas agrícolas, industriales o de cualquier índole, están obligadas a proporcionar a sus trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas y que para dar cumplimiento a esta prestación las empresas deben aportar el cinco por ciento sobre los salarios de sus trabajadores.
Infonavit es el organismo que administra esos fondos, y su objeto según la Ley, es crear sistemas de financiamiento blandos que permitan a los trabajadores obtener créditos baratos para adquirir en propiedad habitaciones, para construir, reparar, o mejorar las casas habitación y para el pago de pasivos por esos conceptos.
Sin embargo, violando la legislación el Gobierno federal ha cambiado la razón de ser de Infonavit y lo ha alejado de su objetivo social, convirtiéndola en una institución de crédito más que funciona con políticas de cobro tan agresivas como cualquier institución privada.
Los gobiernos priistas empezaron con el desaseo en Infonavit, no porque fueran tan duros en los cobros de créditos como los gobiernos panistas, sino porque saquearon las finanzas de Infonavit, desviaron los fondos e incluso usaron los ahorros de vivienda de los trabajadores para financiar campañas políticas.
Los dirigentes sindicales de la CTM y los delegados de Infonavit, entre ellos algunos connotados sinaloenses, hicieron fortuna y lucraron asignando preferencial y discrecionalmente los contratos de construcción a firmas de constructoras propias o de compadres y amigos.
La corrupción en Infonavit no es nueva, es un problema añejo que no se alivió con los gobiernos del PAN, sino que adquirió otras variantes, hoy además del favoritismo, fraude en las viviendas, trafico de influencias, asignación discrecional de contratos y un mal manejo de los fondos, se ha llegado al extremo que las aportaciones hechas por los empleadores para sus trabajadores, así como los ahorros del SAR, los desaparecieron.
No sólo se venden caras y en mal estado las viviendas, sino que los intereses son altos y si un trabajador no hace uso del crédito de Infonavit y acude para hacer valer su derecho de retirar los fondos que a su favor se constituyeron, la institución le dice que no existen porque vía decreto el Gobierno federal los anuló.
De acuerdo a la Ley Federal del Trabajo, si un trabajador no accede nunca al crédito de vivienda y llega a los 50 años, tiene derecho a que se le devuelva el doble de las aportaciones que durante su vida laboral a su nombre hizo el empleador, además, en caso de usar el crédito las aportaciones hechas por el empleador deben servir para pagar parte de los créditos de los trabajadores y en caso de muerte o incapacidad del trabajador los créditos deben quedar cubiertos por un seguro que libera a la familia de la obligación de pagar.
Sin embargo, Infonavit no respeta estas disposiciones, cobra al parejo y sin distingos, cada mes molesta a los trabajadores en su vivienda, acosa a sus deudores, les fija altas mensualidades y les otorga créditos con intereses altos y contratos lesivos.
Infonavit no sólo se está quedando con los fondos y aportaciones que a nombre de los trabajadores se han hecho durante décadas, sino que viene actuando como la peor institución de crédito, vendiendo caras las viviendas y en mal estado, cobrando intereses altos, con mensualidades que transgreden las normas protectoras del salario ya que constituyen más del 50 por ciento del ingreso del trabajador, a pesar de que la Ley dice que no debieran pasar del 30 por ciento.
Durante los últimos meses Infonavit ha desalojado a familias de sus viviendas, utilizando los servicios de despachos jurídicos a los cuales les paga comisión por cada familia que desaloja.
Cuando por desempleo o enfermedad los trabajadores y sus familias se encuentran en dificultad para cubrir la mensualidad, Infonavit los requiere legalmente sin mostrar ninguna flexibilidad, y como si fuera cualquier banco, los embarga y los dejan en la calle sin respetar el objetivo y propósito para el que fue creado.
Lo peor es que en complicidad con Infonavit y los despachos jurídicos que para ellos trabajan están operando vividores que se aprovechan de la necesidad de las familias o de su insolvencia. Son infinidad de casos que se pueden documentar de supuestos abogados que acuden a los domicilios de los deudores para ofrecerlos cantidades irrisorias a cambio de sus casas. La información sale de Infonavit y también los contratos y convenios lesivos.
Es inconcebible y paradójico que una institución de interés social, como debe ser Infornavit, esté sirviendo para que algunos bribones hagan de las suyas, que arrojen a familias a la calle y las dejen sin patrimonio y sin hogar, pero lo más preocupante es que lo hagan con el respaldo del Gobierno federal, que por lo visto ignora el propósito y la razón de ser del Fondo Nacional de Vivienda.
guerramt@hotmail.com