"Algunas teorías que explican las conductas agresivas (Segunda parte)"
Héctor Tomás Jiménez
Una conducta agresiva que se ha venido manifestando cada vez en mayor medida en nuestro medio social, es el "bullying", como variante patológico-social de lo que antiguamente conocimos como violencia escolar, o actos que servían para dirimir conflictos generalmente baladíes, a la salida de la escuela, en otras palabras, demostraciones de fuerza y jerarquía. El bullying, está causando hoy en día, serios trastornos sociales que son necesarios abordar desde la perspectiva de estas teorías sobre la agresión y la violencia.
Continuando con las teorías que nos ocupan, Abraham Maslow (1964) precursor de las ideas humanistas con las que estamos de acuerdo dada la trascendencia que hoy tienen y que han perdurado a lo largo de los años, le otorga a la agresión un origen cultural más que hereditario, pues entre sus escritos señala que ésta es una reacción ante la frustración de las necesidades biológicas o ante la incapacidad de satisfacerlas. Estas conclusiones estuvieron basadas en la observación que realizó en un verano que pasó en la tribu india blackfoot, en la cual encontró registros de solamente cinco actos agresivos, al analizar quince años previos. Durante su estancia, anotó que nunca observó muestras de crueldad y agresión, y que rara vez los adultos castigaban a los niños. La fama de hostilidad que tenía esta tribu, era más por la forma como se expresaban del hombre blanco, en respuesta al desdén y menosprecio recibido por éstos.
Por su parte, Carl Rogers (1959) padre de la teoría humanista centrada en la persona, explica que la mayoría de las personas adoptan actitudes defensivas como una forma de protegerse frente a las amenazas externas, lo que no exime de agresión frente a otros. Las dos formas de defensa más importantes frente a la agresión, señala Rogers, son la distorsión y la negación, donde con la primera, el individuo busca tergiversar alguna experiencia con el fin de que empate con algún concepto del yo personal, en tanto que mediante la negación, lo que se busca es inhibir en la conciencia, alguna experiencia determinada con el fin de que no simbolice ninguna amenaza a nuestra integridad como persona. Feist & Feist (2007), señalan en su obra (página. 315) que: "Según Rogers (1959), la distorsión y la negación cumplen el mismo objetivo: procurar que nuestra percepción de las experiencias sea congruente con nuestro concepto del yo, lo que nos permite ignorar o reprimir experiencias que de otro modo provocarían ansiedad y amenaza".
Bandura (1986) por su parte, es el iniciador de la llamada "Teoría del aprendizaje social", mediante la cual, su autor hace una importante distinción entre los conceptos de aprender a agredir, y cometer un acto agresivo. Bandura inicio sus estudios sobre este tema, desde el año de 1965, realizando un experimento con un cierto número de niños, que observaron, a través de una película como un adulto golpeaba a un muñeco, en tanto que un igual número de niños no vieron dichas escenas. Posteriormente el grupo de niños que había observado el castigo al muñeco, hicieron lo mismo en cuanto fueron puestos frente al muñeco, en tanto el resto de los niños que no tenía la experiencia observada, se comportaron menos agresivos frente al muñeco.
Esta teoría llevada al seno de la familia, nos permite asegurar que los castigos que de manera agresiva aplican los padres a los niños buscando corregir e inhibir este tipo de conductas aprendidas, resultan contraproducentes, ya que lo único que logran es aumentar el resentimiento frente a la autoridad manifiesta de los padres lejos de disminuir o eliminar dichas conductas.
Finalmente, podemos mencionar una serie de autores que hicieron referencias en sus trabajos de investigación, a aspectos de la agresividad y la conducta humana. Entre ellos, tenemos a Ellis (1986), es quién afirma que las conductas agresivas son actitudes que se aprenden socialmente a través de la observación; la teoría de Aprendizaje de Skinner (1952), que evidencia que la agresión es adquirida por condicionamiento operante, la de Mussen y otros (1990), nos dicen que la agresión es resultado de las prácticas sociales de la familia y que los niños que emiten conductas agresivas, provienen de hogares donde la agresión es exhibida libremente, existe una disciplina inconsistente o un uso errático del castigo por señalar tan solo algunas en el gran universo de teorías sobre este tema.
Es importante señalar, que entre los ingredientes que propician que los individuos manifiesten conductas y comportamientos violentos, están dos de capital importancia, por un lado, las frustraciones que se viven frente a las expectativas no cumplidas y por otro lado, las actitudes de 'poder' o 'influencia' que pretenden ejercer sobre los demás. Es decir, la frustración genera incertidumbre y sensación de minusvalía, misma que pretende ser compensada con el interés por recuperar la influencia y el poder que se siente perdido frente a los demás, incluso cuando no se haya tenido. El concepto del "poder" tiene connotaciones importantes que merecen ser estudiados aparte, sin embargo, en muchas ocasiones los individuos lo utilizan como principal motivador para que unos ejerzan además de influencia a través de la intimidación dominio sobre la voluntad de otros. JM Desde la Universidad de San Miguel.
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