"Análisis: ¿A qué vino Peña Nieto a Sinaloa?"

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02/05/2015 00:00

    Noroeste / Pedro Guevara

    En casi dos años y medio de su sexenio, el galán de Televisa en Los Pinos ha estado siete veces en Sinaloa. En cinco visitó a Mazatlán, en dos a Culiacán. En cambio a Sonora sólo ha ido dos veces. Pocos estados han visto al Presidente tantas veces en tan corto tiempo. ¿Cuáles serán las razones que expliquen visitas tan frecuentes? En la superficie no se percibe nada relevante.
    ¿Qué de importante podrá ser para la Presidencia de la República llegar a Mazatlán e inaugurar un libramiento que ayunta una autopista con la ciudad? Para los habitantes del puerto y alrededores la obra vale la pena, pero ¿qué de valioso puede ser para Los Pinos?
    Los diarios y noticieros locales informaron que no anunció ninguna obra ni apoyo económico novedoso para el estado. Con los productores de maíz no se comprometió a nada concreto, ni con los empresarios turísticos, ni con el Rector de la UAS, ni con el Gobernador, al menos en público, ni con nadie. Nada de nada.
    Lo más comentado de la visita fue el premeditado dislate de Malova como parte de sus acostumbrados shows y el diagnóstico sicoanalítico exprés del atlacomulquense sobre los sueños multiorgásmicos del Gobernador. Servirá para diez segundos con Joaquín López Dóriga el viernes en la noche para la última carcajada de la noche. Fuera de eso, nada. El corte de listón de una obra menor y ya. Listo; me voy. Gracias, Ernesto Coppel, por la cortesía en el Emerald Bay.
    Probablemente nunca ningún Presidente ha visitado Mazatlán tantas veces en tan poco tiempo. (Vamos a preguntarle a Enrique Vega, cronista de la ciudad). Pero también, probablemente, nunca se había visto que las visitas de los primeros mandatarios dejaran tan poco.
    ¿Peña Nieto está tan escaso de obras públicas importantes que se ve obligado a cortar el listón de una construcción menor?
    Un día antes inauguró una carretera entre dos ciudades, León y Lagos de Moreno, (que, por cierto, el cachorro de Atlacomulco ya convirtió en estados) también importante para la región, pero es una obra menor en el contexto nacional.
    Es evidente que el habitante de Los Pinos se niega a visitar ciudades violentas, como Acapulco, Iguala o Reynosa, o estados con serios conflictos, como Guerrero o Tamaulipas, y se acerca a poblaciones cómodas, como Mazatlán. Bueno, por lo menos, esto quiere decir que en los ojos del Estado Mayor y el cuarto de guerra de Peña Nieto ven con ojos benévolos a los patasaladas.
    Una interpretación tradicional en México es que los presidentes, gobernadores y alcaldes inauguran obras públicas, e incluso privadas, en tiempos electorales buscando beneficiar a sus candidatos y partidos. En este caso, ya no se sabe si la presencia de Peña Nieto ayuda a sus candidatos, porque el déficit de popularidad del esposo de la Gaviota es enorme. Incluso, en su más reciente visita a Sinaloa, el delegado del PRI, el ex Gobernador de Sonora, Armando López Nogales, reconoció la mala opinión pública que recoge el Presidente.
    La triste realidad para el PRI es que Peña Nieto es una carga negativa en las campañas electorales. Ya no es un activo como lo pudo ser antes de Ayotzinapa y la Casa Blanca.
    Sin embargo, viendo bien las cosas y observando las encuestas para las próximas elecciones en Sinaloa (y no en otra parte), el tricolor no parece que vaya a tener muchos problemas para ganar la mayoría de los distritos electorales.
    La tragedia para la entidad es que los demás partidos están desarticulados, desprestigiados o muy débiles. La alianza del PAN y el PRD con Malova sólo sirvió para darle unas cuantas chambas a un reducido grupo de políticos y, sobre todo, para desfigurarlos. En ese contexto, a pesar del desprestigio del tricolor y de Peña Nieto, con su voto corporativo y clientelar tienen para ganar la mayoría de las diputaciones.
    Tiene razón el poeta y activista civil, Javier Sicilia, cuando dice que México padece una crisis civilizatoria. Sus partidos políticos son la máxima expresión de su oscuridad, sin embargo, con que salgan a votar por ellos unos cuantos cientos de miles de ciudadanos el sistema continuará. Por lo pronto no hay de otra.
    Mientras tanto, seguiremos viendo cómo la tragedia nacional se oculta con visitas presidenciales insulsas y la inauguración de obras menores.
    Posdata
    Más de cien posesionarios de lotes que están sobre la Avenida Pacífico le pedimos al Cabildo que mantenga esta nomenclatura y le otorgue al muy respetado y recordado Peche Rice una rúa en construcción o más cercana a sus amores, como eran las calles del Viejo Mazatlán.