Sugey Estrada/Hugo Gómez
La palabra anestesia significa sin sensación, y es el procedimiento normal que se utiliza para evitar la percepción del dolor, como acontece en el tratamiento de una enfermedad, curación o intervención quirúrgica.
No obstante, hay ocasiones en que la anestesia no se utiliza para evitar la percepción del dolor físico, sino como un proceso educativo para silenciar los afectos, pasiones, sentimientos y emociones.
En la educación tradicional se le concedía muy poca importancia a las emociones. Para la academia, lo fundamental era potenciar en el alumno su coeficiente intelectual. En los últimos años, Daniel Goleman puso el énfasis en la inteligencia emocional para indicar que independientemente del coeficiente intelectual se podía triunfar en la vida gracias a las habilidades del conocimiento propio y de los demás, autocontrol y capacidad de motivación.
Aristóteles insistió en la necesidad de educar en los sentimientos, porque sin experimentar agrado, simpatía o disgusto sería imposible educar también en la virtud.
Sin embargo, algunos pensadores, como los estoicos, consideraron que el ideal era la ataraxia o imperturbabilidad, por lo que habría que suprimir los sentimientos para que el ser humano se mantuviera impasible, sin demostrar compasión, agrado o aversión.
"El estoico quiere ser autosuficiente, bastarse a sí mismo... Pero la pretensión de amputar el deseo es imposible. Y, si fuera posible, su fruto serían seres humanos disecados", dijo José Ramón Ayllón.
Es claro que el ideal no es suprimir las emociones con toda su carga de espontaneidad, sino que se les debe educar y gobernar para que no exista contraposición con los racionales hábitos. Si se abortaran las pasiones y emociones se carecería de interés y fuerza, pero unos sentimientos desbordados reducirían el actuar humano al nivel del simple instinto.
¿Anestesio mis emociones? ¿Soy incapaz de expresar tristeza, dolor, alegría y amor?
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