"Cada uno de los candidatos principales se han desplegado tácticas y asegurado presencias que evidenciarán la crudeza de una elección a la que la sociedad puede manifestarse ajena"
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Rudos contra rudos en Baja California
Más que por la decisión ciudadana, la jornada de hoy para elegir Gobernador de Baja California se resolverá según cuál ejército de rudos sea más capaz de desplegar sus argucias y descubrir y frenar las ajenas.
Detrás de cada uno de los candidatos principales se han desplegado tácticas y asegurado presencias que evidenciarán la crudeza de una elección a la que la sociedad puede manifestarse ajena.
Ambos contendientes, José Guadalupe Osuna Millán y Jorge Hank Rhon fueron alcaldes de Tijuana, el principalísimo centro urbano que reúne a más de la mitad de la población total del estado 29, semejante proporción de los votantes y de la representación en las cámaras federal y local de diputados.
El panista gobernó de 1995 a 1998; el priista fue elegido hace tres años y se apartó del cargo con licencia. Cada uno tiene de su lado parte del poder público que interviene en esta elección.
Hank Rohn domina el Consejo del Instituto Estatal Electoral, que dos veces bendijo su candidatura, cuando expidió un extraño dictamen que le dio luz verde y cuando la registró, y en una disputa muy cerrada importa mucho contar con el favor, o al menos la inclinación del árbitro electoral.
Osuna Millán, por su parte, se ha beneficiado no sólo del activismo del Gobernador Eugenio Elorduy, sino de acciones ministeriales y judiciales específicas, que a su propósito legal propio añaden la intención de afectar la imagen de Hank Rohn, por más que ésta se halle desde hace mucho manchada no sólo por dichos de sus detractores sino por su propios hechos.
En ese terreno institucional, está por verse el grado en que beneficie al priista la declinación de última hora que en su favor hizo la candidata de Convergencia y el PT, Mercedes Maciel.
Alejado por su padre de la ciudad de México cuando éste vislumbraba la remota posibilidad de que se modificara en su provecho el 82 para el 82, y pudiera aspirar a la Presidencia él, hijo de extranjero, Hank Rohn llegó en esos años a Tijuana a administrar el hipódromo Agua Caliente que el Jefe del Departamento del Distrito Federal había adquirido para él, haciendo efectivo un crédito que el político mexiquense había otorgado a su amigo Fernando González Díaz -Lombardo, anterior concesionario de ese recinto de apuestas.
El hijo del profesor ganó pronto un dineral con la urbanización y venta de veintitrés hectáreas de los terrenos del hipódromo, que hoy es el fraccionamiento Residencial Puerta de Hierro. Eran propiedad federal, no del concesionario, y sin embargo el Secretario de Gobernación, Enrique Olivares Santana, autorizó comercializar el enorme predio.
Después Hank cerró el hipódromo, pero no Caliente, el negocio de apuestas que esparcido por todo el país lo hizo rey del juego hasta que Televisa entró en la competencia.
El terreno del antiguo espacio de carreras ha sido utilizado por el concesionario como centro de recreo donde ofrece fiestas a la población, incluida una visita a una porción de su zoológico particular. Eso le ha dado una popularidad en los estratos sociales desatendidos por el PAN. En eso basó Roberto Madrazo su cálculo, que resultó acertado, de hacer hace tres años de Hank el candidato que recuperaría para el PRI el Gobierno tijuanense.
Al mando de la Policía Municipal, Hank Rohn no pudo impedir el ahondamiento, pues su origen viene de lejos, de la corrupción de ese cuerpo de vigilancia. Sobran evidencia de su asociación con bandas de delincuentes.
Una demostración reciente fue ofrecida por el diario Reforma esta semana. Una nota de Roberto Zamarripa, y la transcripción de los diálogos correspondientes, enseñan que el cártel de los hermanos Arellano Félix, identificado con el nombre de la ciudad, "ha usado la estructura logística y operativa de la policía de Tijuana para ejecutar a agentes federales y limpiar el camino por donde pasan los capos". (Reforma, 31 de julio).
En una grabación tomada del mecanismo de radio de la corporación policiaca, el sicario Cuauhtémoc López, "El camarón", "recibe informes de agentes municipales sobre la protección que tendrá para ejecutar a Eduardo Reyes, agente de la AFI adscrito a la unidad mixta de combate al menudeo en la Mesa de Otay". Reyes fue ultimado el 3 de mayo de 2006. Su asesino apenas fue detenido el último fin de semana de julio de este año.
El miércoles 31, dos jueces penales expidieron sendas órdenes de aprehensión contra funcionarios policiacos que estuvieron a las órdenes de Hank durante su Alcaldía y que permanecían a su lado en su campaña electoral.
El 20 de marzo de 2005, Genaro Carrillo Elvira, comandante de la Policía Municipal, envió un piquete de quince elementos a una agencia del Ministerio Público, a rescatar a dos de sus compañeros que estaban detenidos por el homicidio de dos vendedores de droga.
Más recientemente, el 2 de noviembre pasado fue muerto el subjefe de la multimencionada policía Felipe Antonio Cabada, de cuyo asesinato ahora se acusa a Leobardo Parra, supervisor en aquella corporación. El ahora acusado usó en ese homicidio un vehículo adjudicado a Jorge Vera Ayala, guardaespaldas de Hank e hijo de Antonio Vera Palestina, antiguo jefe de seguridad del hipódromo, ahora preso por el asesinato del periodista Héctor Félix, "El gato", cuya autoría intelectual se atribuye a quien era su jefe como hoy lo es de su hijo.
En buena hora que se mande aprehender a delincuentes, sobre todo a quienes actúan al amparo de una placa y un uniforme.
No puede dejar de señalarse, sin embargo, que habiendo transcurrido 28 meses desde el primer suceso y nueve del segundo, la Procuraduría de Justicia del Gobierno estatal solicite las órdenes judiciales en víspera de unas elecciones en que contiende el jefe de ambos ex funcionarios.
Para precaverse de los efectos de acciones como esa, de la guerra sucia librada en su contra en mensajes televisivos, de la afectación que pudo sufrir a causa de la cancelación, a la postre fallida de su candidatura, Hank Rohn hizo reforzar su campaña con expertos y operadores llegados de su estado natal, el de México, y de Veracruz y Oaxaca, en todos los cuales la manipulación electoral a la antigua usanza fue útil para hacer gobernadores a Enrique Peña Nieto, Fidel Herrera y Ulises Ruiz. No es casual que el antecesor de éste, José Murat, curtido en esas lides, encabece la delegación priista de apoyo al hijo del profesor.
En la contienda por la dirección del PRI en febrero de 2002, fueron los votos fabricados por Murat los que hicieron ganar a Roberto Madrazo y Elba Ester Gordillo.
La lideresa magisterial está hoy también presente en la contienda bajacaliforniana. Como en Guanajuato y Yucatán, por sólo citar casos sobresalientes, en la entidad norteña su partido, Nueva alianza, está unido al PAN, como lo estuvo en la elección federal pasada, sin perjuicio de asociarse en otros casos al PRI, como en Chihuahua. No está sola.
Al mismo tiempo que ella cruzaba la frontera, desde su residencia habitual en San Diego llegaron a Tijuana cientos de operadores electorales pertenecientes al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, cuyas artes estuvieron inveteradamente al servicio del PRI y ahora han cambiado de giro, pues se trata, según la instrucción de la lideresa, de impedir el triunfo de Hank Rhon.
La encomienda es ardua, si se atiende la información de las encuestas, que ofrecen datos contradictorios, unas favorables al panista, otras al priista; una más revela un empate en sentido estricto. Los sondeos realizados por Reforma muestran un avance considerable de las preferencias inclinadas a Hank: el 26 de junio siete puntos separaban a ambos candidatos y un mes después la ventaja de Osuna se redujo a cuatro: 49.8 por ciento contra 45. 7 por ciento.
Los precedentes inmediatos muestran la veleidad del electorado. En la elección local de 2004 el PRI triunfó en la elección municipal no sólo de Tijuana, con Hank, sino también en la de la capital Mexicali y en la de Tecate, dejando al PAN sólo las alcaldías de Ensenada y Rosarito. Pero en la federal del año pasado el blanquiazul borró al tricolor, al ganar las dos senadurías y las ocho diputaciones federales.
Baja California es el estado donde menos se vota. Hace seis años lo hizo únicamente el 37 por ciento de la población. El espectáculo de rudos contra rudos podría abatir aun más la participación.
El pasado presente
Un día como hoy, el 5 de agosto de 1985, fue instalado en la Cámara de Diputados el Colegio Electoral que calificaría la elección del 2 de julio anterior, y del que se eligió Presidente al guerrerense Píndaro Urióstegui. También fue elegido en esa fecha, hace 22 años, como líder de la mayoría priista en la Cámara de Diputados el coahuilense Eliseo Mendoza Berruto.
Fue el último "pastor" de los legisladores de la mayoría como, desdeñosa pero no injustificadamente se llamaba a quien los encabezaba y era al mismo tiempo el presidente de la Gran Comisión de dicha cámara, su órgano de control, que desapareció en los hechos en 1997 y en la ley orgánica del Congreso dos años después.
A partir de entonces, y aun en el caso de 1991 y 1994 en que el PRI tuvo una mayoría holgada en san Lázaro, el dirigente priista tuvo que negociar con los de la oposición, ya no pudo más imponer su voluntad sin dificultades.
Mendoza Berruto no terminaría su trienio como Diputado, ya que fue conducido a gobernar su estado natal, Coahuila, entre 1987 y 1993, cuando quedó en su lugar Rogelio Montemayor. Nacido en san Pedro de las Colonias en 1931, Mendoza Berruto fue profesor normalista a los 19 años y luego ingresó en la Escuela nacional de economía de la UNAM, de donde egresó a los treinta años de edad. Fue subsecretario de comercio en tiempos de Echeverría, y de Educación y de Energía en los de López Portillo.
Su elección como Diputado fue parte de una "victoria amarga", como la llamó el propio presidente Miguel de la Madrid.
El PRI ganó 296 de las bancas en disputa, y sólo reconoció tres victorias al Pan y una al Partido auténtico de la revolución mexicana.
Sólo votó la mitad de los electores, tasa de abstención alta aun considerando que era elección de medio periodo. Con todo, el Colegio Electoral, donde los presuntos diputados calificaron su elección, generó discusiones muy intensas. En sus memorias, a ese respecto escribió De la Madrid:
"El desarrollo del Colegio Electoral abría la oportunidad para tratar de recuperar la credibilidad perdida en el proceso electoral. Por desgracia, la ocasión fue desaprovechada, pues no supimos adecuar suficientemente los procedimientos tradicionales a la nueva realidad de los partidos opositores, pero sobre todo a la de la sociedad, ahora más vigilante y crítica.
"La agresividad de los partidos de oposición, dispuestos a magnificar cualquier incidente para desprestigiar al PRI y al gobierno, se hizo evidente desde las primeras sesiones., El sábado 17 de agosto un error de procedimiento del presidente del Colegio Electoral suscitó un acalorado debate en la Cámara de Diputados.
"Al día siguiente, el PAN, el PDM, el PSUM, el PMT y el PRT dirigieron un escrito a los miembros del Colegio Electoral solicitando el reemplazo de Píndaro Urióstegui. Señalaron que éste no había sido capaz de mantener el orden y la buena marcha del organismo electoral. Esta solicitud causó tal revuelo en las galerías de la Cámara de Diputados, saturadas de disidentes, que se llegó a ordenar el desalojo del recinto. El hecho fue ampliamente comentado, pues desde 1926 sólo en una ocasión había sido necesario actuar de esa manera.
"Todas las sesiones resultaron tensas y acaloradas, prolongándose con frecuencia más de 12 horas. A guisa de ejemplo, baste recordar que el miércoles 21, el PAN y el PSUM, por boca de Gonzalo Altamirano Dimas y Pablo Pascual Moncayo, respectivamente, tomaron la tribuna para acusar a la mayoría de un intento de cancelación del debate político sobre la calificación de los comicios, al negarse a recibir pruebas que demostraban hechos fraudulentos. En tono desmesurado y sentencioso, acusaron al PRI de haber envilecido el sistema político mexicano al consumar el mayor robo electoral de la historia de México".
El guerrerense Urióstegui se mantuvo al frente de las discusiones, desatendida la solicitud de la oposición. Doce años más tarde resultaría protagonista de otro acontecimiento parlamentario, cuando el PRI intentó dar un golpe de mano e instalar una legislatura al margen de la legalidad.
El partido antaño invencible había sido privado de la mayoría en la Cámara y se resistía a aceptarlo. Al término de las sesiones de la anterior legislatura, Urióstegui había sido designado presidente de la comisión instaladora, y en ese carácter firmó la convocatoria respectiva para la sesión de instalación el sábado 30 de agosto de 1997.
Pero cuando se percibió que las cuatro fracciones unidas de la oposición, con sus 260 votos, eran capaces de elegir una mesa directiva sin participación de los priistas, desde la Secretaría de Gobernación, entonces a cargo de Emilio Chuayfett se emitió una segunda convocatoria, para sesionar el domingo 31: No la firmó Urióstegui, aunque asistió a la sesión dominical. Pero ya era inútil. La Cámara había quedado legalmente instalada el día anterior.