"Cambios en el Gabinete"

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18/07/2010 00:00

    BELIZARIO REYES / SAÚL VALDEZ

    Recuerdo las palabras de Vicente Fox, aquel 1 de diciembre del 2000. Ante el lleno del Auditorio Nacional, la algarabía de una multitud, el desconcierto de la clase política y la esperanza de un pueblo. El primer Presidente de la República emanado de otro partido diferente al PRI, era enfático al anunciar: "mi gabinete es de 6 años, yo empleo por todo el sexenio, no menos que eso". Nada ni nadie puede ir en contra de la naturaleza propia de las cosas y Fox tardó poco tiempo en darse cuenta de ello. El gobierno no es una empresa.
    Felipe Calderón no es Vicente Fox, siempre se dijo y hoy es un verdad de perogrullo a cuatro años de su gobierno. El actual Presidente entiende el poder de otra forma, distinta, no por ello mejor o peor, simplemente distinta a la de su predecesor. Los cambios en el Gabinete son una necesidad, una herramienta susceptible de ser utilizada según las circunstancias.
    Al inicio de la campaña por la Gubernatura del estado en Sinaloa, me dijo un muy alto funcionario del Gobierno estatal: "Juan Alfonso, ustedes no han entendido que no se deben meter entre los borrachos, si no les gusta que les agarren las nalgas". El mismo consejo, la misma reflexión cabe para todas y todos aquellos hombres y mujeres que ocupan una posición en el gobierno: todos somos piezas de un ajedrez, ésta es la naturaleza del juego. En ocasiones sumamos, en ocasiones restamos.
    Para nadie era ya un secreto la soterrada lucha que tenía lugar en Los Pinos. Para los que conocen al presidente Calderón por su biografía, todo era cuestión de tiempo para que viniera el manotazo. Perdieron los "rupturistas", como se les había bautizado en la propia casa presidencial, pero los "aliancistas" no necesariamente ganaron.
    Encabezados por Patricia Flores, la otrora Jefe de Oficina de la presidencia, este grupo se había caracterizado por preferir la confrontación, "estás con el presidente o en contra del presidente"; mientras que, Max Cortázar, hasta el día de ayer el vocero de la Presidencia, consideraba junto a otros que el Ejecutivo necesitaba tomar una posición más conciliatoria de cara al fin de sexenio.
    Ambos grupos se disputaban "el oído presidencial" y con ello a un posible sucesor para 2012. Ambos grupos parecen desconocer, no al Presidente de la República, sino a Felipe Calderón y la naturaleza de "la cosa". Nadie que no sea él mismo podrá incidir en ésta decisión, sino es que ya está decidido.
    De la salida de Patricia Flores y de Max Cortazar, rescato dos nombramientos. Gerardo Ruiz Mateos regresa a Presidencia. Sin un proyecto personal más allá de la trascendencia de su Jefe, Ruiz Mateos es un hombre de toda la confianza de Calderón. En 1997, cuando yo me incorporaba recién graduado por primera vez al Comité Ejecutivo Nacional del PAN y el presidente del partido tenía tan solo 33 años, su Secretario Ejecutivo ya era Gerardo Ruiz.
    El nuevo Secretario de Gobernación, Blake Mora, es un hombre de territorio y de partido. Con una experiencia desde lo local en el municipio de Tijuana, hasta el actual Gobierno de Guadalupe Osuna Millán, es la primera vez que incursiona en la vida política nacional. Al interior del PAN se le reconoce como un excelente operador, quizás de los pocos, y un hombre leal a su amigo de antaño y ex líder de la bancada panista durante la primera mitad del Gobierno de Fox.
    El mensaje del Presidente de la República no deja lugar a dudas. Quién haga política, hacia dentro del partido y hacia afuera, será él mismo. ¿Cómo afecta esta decisión al Gobierno de la República?, eso es otra cosa.
    Que así sea.
    juanalfonsomejia@hotmail.com