Enrique Maza
El Obispo de Aguascalientes, Ramón Godínez Flores, ha planteado, no sin valentía, un fenómeno ya reconocido pero nunca antes analizado tan positivamente: las narcolimosnas, ese dinero que sale de las tinieblas a la luz, por así decirlo y por así convalidarlo.
Al preguntársele sobre si los narcotraficantes esparcen sus óbolos en las instituciones religiosas de la entidad, don Ramón aclara: "(Las narcolimosnas) donde quiera se dan, en la ciudad de Aguascalientes y en el municipio de Tepezalá, pero no nos toca a nosotros averiguar el origen del dinero.
"Está el ejemplo de Nuestro Señor, cuando recibió el homenaje de aquella mujer, cuando le ungió los pies con un perfume muy costoso y Jesús no investigó: ´¿Dónde compraste este perfume?´ No (le importa) de dónde fue el dinero, él simplemente recibió el homenaje" (Nota de Claudio Bañuelos, La Jornada, 20 de septiembre de 2005).
Debut de mis comentarios: a) El Obispo algo investigó porque sabe que las narcolimosnas donde quiera se dan y, sin miedo, ubica lugares.
b) Una precisioncita bíblica: Jesús no simplemente "recibió el homenaje" (Ver Evangelio según San Juan, capítulo 12 versículos 1 al 8). Al reclamarle Judas Iscariote el despilfarro de la costosísima libra de nardo líquido con que le unge los pies, que cuesta 300 dineros y podría repartirse entre los pobres, justifica ante Judas a María, la derrochadora: "Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto; porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis". Así que Nuestro Señor ya tenía noticia previa y aceptaba el homenaje no a su persona sino a las vísperas de su agonía.
c) Lo más probable, si se toma en cuenta la época y la condición de María y sus hermanos Marta y Lázaro es que su dinero no viniese del tráfico de opio en China.
d) A Jesús no le importaba el origen del dinero porque, al ser Dios, ya estaba al tanto. La curiosidad es cosa de mortales.
El Obispo Godínez esgrime su "Haz el bien y no mires con qué". Explica: "Cualquiera que dé una limosna yo la recibo y yo la agradezco".
Se le pregunta: "¿Aunque el dinero sea de origen ilícito?", y responde: "No, no me consta que sea dinero malo. El dinero se puede purificar cuando la persona tiene una buena intención. No porque el origen del dinero sea malo hay que quemarlo; hay que transformarlo más bien, todo dinero puede ser transformado, como una persona también que está corrompida se puede transformar. Si una persona puede hacerlo, cuanto más lo material".
Se trata, literalmente, de un "lavado piadoso", la metamorfosis casi litúrgica del dinero. Con algo más: el carácter antropomórfico del narcomoney: según el Obispo, el dinero se puede transformar "igual que una persona corrompida". Y, además, con celeridad, ya que el dinero no corre, vuela.
El Obispo Godínez lleva sus absoluciones a la puerta de la conciencia de los narcos, por si deciden cambiar de giro: "Si una persona que se dedica a delinquir se arrepiente, es una forma de purificación... Sé de casos de personas ligadas al tráfico de estupefacientes que han hecho fuertes donativos a distintas parroquias. En mi vida he conocido de casos, pero se han purificado. Aquí lo importante es que donen el dinero con buenas intenciones."
Tres preguntas: 1. ¿Se tiene o no una "buena intención" si el propósito de dar limosnas opíparas garantiza el cielo? 2. ¿Ha conocido el Obispo de estos casos de donadores fuertes en la confesión? Si es así, no hay más que hablar, si no, tiene obligación de declarar. Bueno, es una idea. 3. ¿Qué entiende don Ramón por "purificarse"? ¿El blanqueo de pecados, la desaparición del otro expediente, el que no es de la PGR o de la DEA, o la migración de almas en la misma persona? ¿Podría explicarlo?
Al día siguiente, don Ramón Godínez se llama a incomprensión: "Me duelen las interpretaciones torcidas derivadas de mis palabras."
La rectificación se parece más bien a la aprobación: "Afirmó a pregunta expresa de un reportero, que algunos donativos que recibimos en la Iglesia pudieran venir del narcotráfico, pero que en la medida en que el dinero se utiliza para buenas obras, se purifica."
Pues eso, Su Eminencia, es lo mismo que usted dijo antes y que merece de su parte el rechazo: "interpretaciones torcidas." Y revise su aclaración para que compruebe que repetir casi textualmente no es aclarar: "Lo cierto es que nunca investigamos si el dinero que nos dan en las ofrendas ha tenido un origen legítimo o malvado." ¿A qué horas y en dónde y en qué cantidades se depositan las ofrendas?
En un voto de contradicción, hoy tan de moda en los acercamientos religiosos a la política, el Obispo, en su comunicado Aclaración, se ampara en la niebla: "La Iglesia recibe las ofrendas de los fieles y con eso vivimos y realizamos obras caridad y de apostolado."
La rectificación del Obispo repite lo que está negando, tras exigir credibilidad y la aceptación: de que dice lo contrario de lo que dice. Vean cómo, por milagro, el sentido de las palabras obispales llega a nuestro corazón de otro modo.
El 20 de septiembre, el Obispo de San Juan de los Lagos, Javier Navarro Rodríguez, describe la línea de la comunidad católica: "Allí se sigue el criterio evangélico de que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. No podemos investigar el origen de las limosnas. Se reciben de forma anónima y no tenemos equipo para investigar de dónde proceden."
Sobre todo en los pueblos como Tepezalá, Monseñor, donde nadie conoce a nadie y las fortunas inexplicables simplemente no existen, y sobre todo en las ciudades medias y grandes, excepción hecha del DF, donde nadie se pregunta quién se hizo rico rapidísimo y nadie advierte el fervor religioso de individuos con trayectoria borrosa.
Y el Obispo cree en el diálogo y venera las imposibilidades: "Aquí tenemos 10 misas los domingos, con mil fieles, ¿qué hora tengo yo para darles recibo, para informarme ordenamientos de dónde vienen los recursos? No habría manera de investigar." A lo mejor, pero en el cepillo de las limosnas no se depositan los miles de dólares que se purifican luego, luego.
El Obispo Ramón Godínez al no rectificar y señalar que sí está rectificando se atiene a la lógica de borrón y cuenta purificada: "En mi institución, el dinero que llega vía limosnas se administra en forma transparente y siempre respetando la intención de quien lo ofrece a Dios y a las obras del apostolado en las diversas comunidades de la Iglesia." ¿Por qué el Obispo no enfrenta la crítica, no dirigida a las obras pías sino al origen impío de los recursos? ¿Así ya está bien?
El subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Felipe González, no agigante el poder de unas declaraciones para convertir el cepillo de los óbolos en el caballo de Troya del narco.
Dice el subsecretario: "Lo dicho por el Obispo Godínez no afecta la gobernabilidad del país, porque se trata de una opinión."
Más bien, licenciado, se trata de un recuento de bienes y una confesión. Pero, en última instancia, la sinceridad es un valor de entre los muy pocos que ha respetado el laicismo perverso.
*Escritor