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"México al revés"

"De manera que la historia de la humanidad es también la historia de los caballos"

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25/10/2008 00:00

    JANNETH ALDECOA/ JOSÉ ALFREDO BELTRÁN

    Caballos, mulas y burros famosos


    A lo largo de la historia universal, los caballos, por aplastante mayoría, se llevan los nombres más rimbombante de los cuadrúpedos. Hay caballos que han traspasado todas las fronteras del mundo, y no en pocos casos el nombre del caballo se recuerda por su amo o por quien los montó en momentos sobresalientes o en ocasiones privilegiadas.
    Sin embargo, todos los países cuentan en los anales de su existencia hechos regionales que los pueblos cantan con alegría, con nostalgias o con tristeza, una época vivida o una tragedia sufrida en las patas de los caballos.
    No hablaremos aquí del Rocío de los Pobres, o del Alazán de los Ricos, o del Negro Azabache ni del Cantaor, tampoco del Caballo Bayo. Ocuparemos estas líneas en caballos de talla universal; de envergadura universal. Claro que aparejada a los caballos van sus cónyuges: las yeguas. Las mulas y los burros que aparecen muy poco en la historia. De las primeras, solamente se conoce en la historia, Fadda, la Mula blanca de Mahoma y de los burros, sólo se conoce a Ruccio, el burro de Sancho Panza; no tan famoso por su nombre, como por su figura.
    Hay otros caballos, que sin serlo, la historia así los bautizó y así se les quedó; por ejemplo, el Caballo de Troya. Los cuatro caballos del sol: Eous, Peritoa, Aethon y Fhlegon. Otros caballos han nacido de la cinematografía, como: Mr. Ed, el caballo que habla. Otros nombres de caballos vienen de las histerias y de las novelas: Rocinante, el otrora rocín de Don Quijote de la Mancha, o de mitología como Kantaka, el caballo blanco de Sidharta Gautama, Buda, con el cual subió al cielo.
    Por otro lado, tenemos caballos afortunados, como aquel que paseó a Lady Godiva dama sajona que vivió a principios del Siglo 11, famosa por su belleza y su bondad, casada con Leofric (968-1057), conde de Chester y de Mercia y señor de Coventry, su nombre, anglosajón quiere decir regalo de Dios. Compadecida por los sufrimientos y aprietos de los pobres. se solidarizó con ellos. Construyó junto a su esposo el monasterio de Conventry.
    Cuando la ambición se apoderó de su esposo, ella le pidió que rebajara los impuestos. El conde accedió, pero con la condición de que Godiva recorriese Coventry a caballo, sin más vestido que sus largos cabellos. La dama así lo hizo, no sin antes acordar con sus vecinos que éstos se encerrarían en sus casas para no perturbarla en su desnudez. El día elegido, Lady Godiva se paseó desnuda por el pueblo, montada en su caballo, mientras todos los vecinos de Coventry permanecían en sus casas encerrados, con las ventanas cerradas.
    La leyenda que según los historiadores puede estar basada en una historia real, al menos parcialmente, finaliza aclarando que Leofric, conmovido por el gesto de su esposa, cumplió su promesa y rebajó los impuestos. Todos los ciudadanos, menos un sastre al que la tradición inglesa llama Peeping Tom, es decir El Micrón Tom, pues no pudo resistir ver a su soberana desnuda a través de un agujero en la persiana por lo que se quedó ciego. Además la expresión, pasó a designar en el idioma inglés a quien en castellano se llama mirón y en francés voyveur.
    De manera que la historia de la humanidad es también la historia de los caballos, el animal más bello de la creación y el que, sin duda, prestó, presta los más y mejores servicios al hombre como lo demuestra cualquier pasaje o cualquier página de cualquier episodio de cualquier año y cualquier siglo. Ya decía Rubén Darío que: "No se concibe a Alejandro Magno sin Bucéfalo"; al Cid Campeador, Rodrigo de Vivar, sin "Babieca"; ni puede haber Santiago a pie, Quijote sin "Rocinante", ni poeta sin "Pegaso".
    "Pegaso" fue el primer caballo que consiguió entrar entre los dioses de la Mitología griega y tratar de tu a los habitantes del olimpo. Pegaso era el caballo de Zeus, el Dios soberano y amo del Cielo y de la Tierra. Según los esquemas de la Mitología Griega, el "caballo volador" nació del chorro de sangre que brotó cuando Perseo cortó la cabeza de Medusa y gracias a él pudo libertar al héroe a Andrómeda, la hija del rey de Etiopía, que quiso disputar a las Nereidas el premio de la hermosura y fue atada a una roca para que la devorase un monstruo marino y que después haría su esposa.
    Después de "Pegaso", el caballo más rápido que ha existido y el símbolo de la velocidad como los demuestran los cantos inmortales que en su honor entonaron los poetas de todos los tiempos, pero, además, fue también el primer medio de comunicación y transporte que se elevó por los aires. De ahí las numerosas fábulas que le atribuyeron los griegos y al lugar destacado que ocupa en la mitología y en la historia del caballo. Aunque no fuera un caballo de carne y hueso.
    Después de Pegaso, el caballo de los dioses, no hay más remedio que hablar de los "caballos de la Ilíada", ya que sin ellos no se concibe la obra de Homero, ni la guerra de Troya. "Janto", junto con "Balio", formaban la pareja de "caballos inmortales" que Peleo recibió al casarse con Nereida Tetis, de cuya unión nació Aquiles. La yegua que los parió se llamaba "Podarga".
    Se asegura de "Janto" que, aunque de origen divino e inmortal, era un caballo negro y de pura sangre persa, que tenía tres años y estaba dotado de patas especialmente vigorosas que le capacitaban para correr a gran velocidad que la mayor parte de sus congéneres. Por su parte, "Balio" era de color blanco e igualmente rápido. Esta rapidez de ambos era lo que impedía que Aquiles pudiera uncir a su carro otros dos caballos que era lo habitual entre los griegos.
    Bucéfalo era el caballo del gran Alejandro Magno, sin duda el general más grande de la historia, el que jamás perdió una batalla y construyó un imperio y el "hombre de Estado" más genial de su tiempo. Alejandro fue el hijo primogénito del rey de Macedonia, Felipo 11, el creador de la famosa "Falange macedónica", que revolucionó el arte de la guerra y el que logró unificar las ciudades-Estado de Grecia, salvo Esparta.
    Alejandro nació en el año 356 A.C. y tuvo como profesor de estudios al gran Aristóteles. A los 16 años, Alejandro guerreaba ya como un experto y hacía de "regente" en ausencia de su padre. Dos años más tarde era jefe de la caballería. A los 20 años subió al trono y fue rey hasta su muerte, acaecida 13 años más tarde.