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"Falsocracia"

"De nutrición en línea"

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15/03/2013 00:00

    Tomé una clase de nutrición en línea gracias a Coursera.com. Es un portal donde uno tiene acceso a cursos dictados por distintas universidades americanas y europeas. No todas las universidades son buenas, está el Tec de Monterrey incluso, pero hay una oferta interesante y nutrida.
    Uno puede obtener certificados por el curso si cumple con los tiempos, las formas y las tareas. Huelga decir que a mí no me harán ninguno. Pero más allá del poder notarial de estos cursos, está la asistencia misma a este conocimiento, tan aclamado en el mundo moderno.
    La apertura de la educación mediante la red es un proyecto que ha sido impulsado en varias ocasiones. Yale, por ejemplo, tiene algunos de sus cursos en línea, entre ellos al célebre Gonzáles Echevarría dictando una cátedra sobre El Quijote. Coursera no es el primero ni será el último canal donde se oferte la educación universitaria gratuitamente, y es que termina siendo de lo más rentable. A través de estos cursos uno puede descubrir lo que las casas de estudio entienden que sus potenciales estudiantes desean obtener: cursos interesantes, innovadores, frescos, pero sobre todo sencillos, que los impulsen a acercarse a la educación formal, presencial y de paga.
    En mi curso de nutrición fue interesante ver a esta maestra de la Universidad de Florida llenarse de diapositivas para explicar lo que era un carbohidrato, cuántos había en una manzana, y cómo dárselas de comer a alguien con sobrepeso.
    Pero más interesante aún fue ver cómo sus invitados, de primer mundo, respondían a sus entrevistas arquetípicas con planteamientos extraordinarios, que contradecían, en cápsulas de 15 minutos, todo lo que nos enseñó las últimas 6 semanas.
    Linda Bacon (lo sé, bacon) explicó el movimiento HAES (siglas de "alud en cualquier talla", en inglés), según el cual la epidemia del sobrepeso es en realidad un producto de la dieta y del mercado, pero buena parte de los problemas de salud resultantes de las tallas más grandes, no es producto de los kilos de más, sino de los suplementos, medicamentos, malnutriciones y estrés generados por tratar de bajarlos.
    El Índice de Masa Corporal es un parámetro inútil y sin fundamento, inventado hace 30 años sin razón de ser ni beneficio para nadie, y cualquier nutriólogo que lo utilice (o báscula del SAM's) forma parte de una cultura nociva corresponsable de las epidemias modernas: diabetes, problemas del corazón y hasta la misma obesidad.
    Cerca de la mitad de las personas terminan con diagnósticos erróneos de salud a través del IMC. En lugar de medirnos la cintura como recomienda el IMSS, debemos procurar la salud interna sin importar cualquier sobrepeso.
    El otro invitado fantástico del curso de nutrición en línea fue Robert Lustig, un endocrinólogo que explica cómo la perspectiva de la salud y la comprensión del papel de la glucosa en nuestro organismo han sido mal interpretados. La fructosa, que se agrega virtualmente a todo, incluso como sustituto de azúcar para diabéticos, es en realidad responsable de buena parte de los problemas del Índice Metabólico: enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, presión alta, colesterol de baja densidad.
    Urjo a todo doctor, y a cualquiera que tema padecer una enfermedad crónico-degenerativa, a buscar a este señor en Internet y ver su video sobre el azúcar. Es luminoso. En mi experiencia leyendo y estudiando distintas filosofías de nutrición, es la primera vez que encuentro explicación suficiente entre las disonancias de la macrobiótica con la dieta Atkins, entre la dieta paleolítica y la Mediterránea, la del tipo de sangre, la de La Zona, la de los Siete Colores.
    Si alguien quiere entender por qué todas funcionan, y por qué se contradicen, y por qué algunas hacen daño, simplemente lean a este señor. Creo que compartirán mi asombro, y mi feliz aproximación a la salud.

    jevalades@gmail.com