"Debido a la celebración de la muerte de Adolfo Hitler o la conmemoración por el fin de la Segunda Guerra Mundial, en Europa se conforma un calendario que motiva a congregaciones nacistas y fascistas para manifestarse"
NETZAHUALCÓYOTLCEBALLOS / BELIZARIO REYES / SHEILA ARIAS
La resurrección de los totalitarismos europeos Hay un ´resurgimiento´ de los elementos más llamativos de los grupos nazis y fascistas en Europa, aunque no es un ´renacer´ estrictamente doctrinario; y muchos de los personajes que ahora se presentan como figuras emblemáticas de esta corriente, no tienen una visión que eslabone con una doctrina que fundamente una pertenencia ideológico-histórica de estos movimientos. Existen componentes simbólicos, entre los cuales determinadas fechas se han convertido en factores de convocatoria para los grupos y, aprovechando la celebración de la muerte de Adolfo Hitler o la conmemoración por el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa; se conforma un calendario que motiva a los grupos para manifestarse. Sin embargo, pueden percibirse diferencias entre ellos que, diciendo seguir los mismos principios, al confrontarse en el terreno de las interpretaciones, presentan diferencias abismales. Es un grave riesgo la incursión del neonazismo y neofascismo en la vía parlamentaria, pero al mismo tiempo, vemos los intentos del grupo ATTAC por restituir la izquierda marxista en la lucha político-electoral. Todo lo anterior trae a la memoria los acontecimientos que acompañaron a la República de Weimar, que finalmente tuvieron como resultado el colapso del modelo democrático y el surgimiento de uno autocrático. Hablamos acerca de una línea que podríamos denominar de tendencia social-racista, en la que se reivindican los esquemas de la superioridad racial del europeo, con una actitud de descalificación de lo que se identificaría como ´las amenazas raciales a la identidad´, aportadas por los inmigrantes que llegan a Europa del norte de África y del Medio Oriente, así como un núcleo significativo de turcos, que ha penetrado tanto en Francia como en Alemania y generan, en las estructuras sociales de esos países, las manifestaciones de protesta y rechazo. Hay un "Manifiesto Social Racista" que propone una ´comunidad de sangre´ que sólo puede estar conformada por quienes se ubican en la visión nórdica. Manejan el lema: ´justicia social para la raza aria´, como si la justicia social pudiera ser selectiva. Sobre este grupo en particular debemos señalar que ha venido creciendo en presencia e importancia en Estados Unidos, y ha sido promovido más allá del obsoleto Ku Klux Klan, que tuvo su auge en los años 20 del siglo pasado y que, a casi 100 años de distancia, ya no son capaces de reunir en su entorno a las multitudes que exigían respeto hacia la raza aria protestante. En Norteamérica ha resurgido con intensidad el movimiento racista, lo que da paso a la composición de una red que se extiende por todo el territorio, siendo más densa en estados como California, Texas o Arizona. Se ha proclamado una ´Iglesia de la Raza Aria´ y el protestantismo, que durante mucho tiempo fue el adherente principal entre los miembros del Ku Klux Klan, se ha deteriorado. El New Age ha incursionado en estos grupos que hablan de la raza aria y se vinculan con los arios de la India. De ahí que los Upanishads* se convierten en sus textos sagrados. Todo este enredo, que no hace sino demostrar la tremenda confusión de numerosas personas en el mundo, se convierte en el motor que impulsa a los grupos que toman la decisión de impedir, de cualquier manera, la inmigración que está llegando al sur de la frontera (de latinos y mexicanos). En el momento presente, se calcula en 400 mil los cruces de la frontera entre México y Estados Unidos cada semana. Esta situación ha enardecido a los grupos extremistas y radicales, que han decidido impedir el movimiento migratorio. Detrás de ellos están los neonazistas (que en Estados Unidos es el grupo que más fuerza tiene). Curiosamente, en Estados Unidos los neonazis tuvieron, cuando menos desde 1968, una proximidad importante con los extremistas negros; específicamente con los "Panteras Negras". Llegaron a acuerdos e incluso trabajaron de manera coordinada en algunos operativos. Es sorprendente que los defensores de la raza aria se hayan aliado con los defensores de la raza negra, cada uno de ellos con una visión exclusiva y excluyente. Esta situación se dio a semejanza de África del Sur, en la época más álgida del Apartheid, cuando la inmensa mayoría de los africanos negros (que vivían en las grandes ciudades de los blancos sudafricanos) padecían discriminación, los zulúes eran solidarios con los blancos en la doctrina del Apartheid porque ellos también consideraban inferiores a los otros negros. Esta tendencia social racista perdura en la frontera de México y Estados Unidos; también se manifiesta una discriminación hacia la religión católica. David Chalmers, en su libro sobre la historia del Ku Klux Klan, señala que dentro de esta agrupación había como la motivación más importante el rechazo abierto a la religión católica y sus simpatizantes (hispanos, italianos y franceses), que también sufrieron persecución. Hoy se condena cualquiera de los lineamientos que se desprenden del pensamiento católico. Junto con la tendencia social racista, aparecería la Nacionalista Revolucionaria, que tiene como antecedente a las organizaciones que surgieron antes de la Segunda Guerra Mundial y que se complementaban con la propuesta de la creación de una Europa unida. El movimiento de la unificación europea, desde antes de la Segunda Guerra Mundial, tuvo dos corrientes muy claras; una, representada por el católico francés Robert Schuman, quien tenía la idea que dio pie a la convocatoria de la formación de la Comunidad Económica Europea. La otra corriente, ideologizada y manejada por el Conde de Coudenhore Kalerghi, quien proponía el ´Paneuropeísmo´ como doctrina central que unificara Europa en torno a Alemania y le diera a los alemanes la posibilidad de liderar al continente en la recomposición de un orden nuevo en la política mundial. Al final de la Segunda Guerra Mundial apareció un movimiento muy fuerte que, desde Francia y Alemania comenzó a proponer un acercamiento entre los dos, como un primer paso para la constitución de un ente económico para que se ayudara a unos y otros y se rompiera la ola de resentimientos acumulados. Este fue el primer paso para la creación de la Comunidad Económica Europea, con Robert Schumann detrás. El argumento de Schumann fue cuestionado por aquellos grupos que veían, en la idea del Paneuropeísmo, la propuesta de la construcción de un gobierno mundial. Por aquello de ´las conspiraciones mundiales´, mucha gente vio con temor la propuesta de la unificación europea. Hoy nos damos cuenta de que no existe algo que esté más lejos de la idea de un gobierno mundial que la Unión Europea. Del final de la Guerra Fría a la fecha, esta tendencia que identificamos como nacionalista-revolucionaria, trata de revivir la teoría del belga Jean Thiriart quien decía que el momento en que Europa había iniciado su declive ante el mundo, fue cuando surgieron las naciones, porque a su juicio, éstas crearon rupturas internas artificiales, que fueron las fronteras, que separaron lo que antes estaba estrechamente unido por un común denominar que era la Cristiandad europea. Thiriart, en una línea idealista, suponía que la mejor alternativa sería regresar al modelo de la "Nación Europa", como tituló uno de sus libros. Thiriart maneja una serie de puntos que resulta difícil conciliar con la realidad; uno de ellos es que la cristiandad, que fue un factor de unificación hasta antes de la aparición de las naciones, se rompió con el protestantismo y hoy, en Europa, habría que señalar que existe una ´cristiandad católica´ y una protestante; ésta, fracturada a su vez en calvinista, luterana y anglicana. Si a ello agregamos las sectas que se han desprendido de las iglesias originales, tendríamos un mosaico de posiciones que rompe con la idea de Thiriart de la Nación Europa. Alrededor de esta idea ha surgido una corriente de los neonazis que se mueve en tres grandes círculos: de la Nación Actual, el Círculo Europa y el Círculo Occidente. El neonazismo supone que en Europa, las naciones son parte de una realidad que es la civilización occidental. Este término está ideologizado por ellos y pretende representar los valores de los países del norte. La civilización occidental es la que da a Europa su definición y hace que las naciones puedan integrarse porque, a pesar de tener fronteras y lenguajes diferentes, tiene como común denominador a la cultura occidental (ya no cristiana), identificada con lo nórdico. Ellos dicen: "Los valores de Europa son de tipo heroico. Nuestros mitos van desde las legiones romanas a las Cruzadas; de las catedrales góticas a los condotieros; de las epopeyas de Homero a los círculos arturianos; de Prometeo a Fausto". Hacen una mezcla intelectual, en la que suponen que de estos mitos surgirá la doctrina de la Nueva Nación, la que deberá siempre tomar en cuenta los elementos míticos que le dan sentido al elemento cultural. Se desdeñan los valores y se privilegian los mitos, fenómeno que no es exclusivo de estos grupos. Robert Kaplan ha escrito un libro sobre el retorno al mundo antiguo, en el que dice que la civilización actual se perdió desde el momento en que se identificó como cristiana, y la única manera de resolverlo es olvidar esta creencia y regresar a los clásicos griegos y romanos. Kaplan coincidiría con esta tendencia de los nacionalistas revolucionarios neonazis. La cuarta corrientedel movimiento neonazi es la ocultista, que ellos prefieren llamar tradicionalista. Cuando los grupos neonazis y neofascistas hablan del tradicionalismo se refieren al ocultismo y la Gnosis; en un intento de regresar al mundo de las ideas. Para estos grupos, como de hecho lo señalan los anteriores, que hablan de los ´círculos arturianos´; el regreso al estudio y a la identificación con las figuras míticas del Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda, además de las versiones deformadas de la historia de los Templarios (asumiendo que ellos también forman parte de la corriente de los Caballeros, pues el tema de las Cruzadas es para ellos de vital importancia) les lleva a configurar lo que definen como objetivo final: la corriente del tradicionalismo neonazi y neofascista asume la búsqueda del Grial esotérico, del que encontramos referencia en El Código Da Vinci y los libros que se han publicado en la misma línea. En esa literatura se encuentra un reclamo de la legitimidad de la herencia del pensamiento occidental, diciendo que el Cristianismo ha manipulado la doctrina y ha escamoteado a los cristianos el conocimiento del papel de la relación entre María Magdalena y Cristo, de la cual surge la ´Sangre Real´ (sang-real), que le da sentido a la dinastía de los Merovingios. El gran autor del movimiento tradicionalista, Julius Évola, figura interesante en torno al cual se han construido buena parte de las categorías que sirven de fundamento a estos núcleos neonazis. * Los Upanishads son supremas visiones espirituales expresadas verbalmente entre los siglos 8 y 4 antes de Jesucristo. A los primeros Upanishads se agregaron otros que se fueron componiendo hasta el Siglo 15 de nuestra era, ampliando o explicando las visiones primeras eternas; y su número aumentó hasta el punto que se han podido imprimir en sánscrito hasta 112 Upanishads. La colección completa casi iguala a la de los textos de La Biblia. Los dos Upanishads más extensos son el Chandogya y el Brihadarangaka, de unas 100 páginas cada uno. Son tal vez los más antiguos. El más breve es el Isa Upanishad que sólo tiene 18 versículos y ocupa unas dos páginas de este libro. No es uno de los más antiguos, tal vez del tiempo del BHAGAVAD GITA unos 400 años antes de Jesucristo, pero debido a su cósmica grandeza suele encabezar las colecciones de Upanishads en sánscrito en la India. En este libro hay traducciones completas de siete Upanishads, del Isa al Svetasvatara; y de los otros hay selecciones, escogidas por su elevación poética o espiritual. La palabra Upanishad se relaciona con la raíz sánscrita SAD, estar sentado. Anteriores a los primeros Upanishads tenemos en la India la creación de los Vedas, visiones poéticas y espirituales en las que la imaginación humana ve primero a los dioses y los expresa en creación poética, y después va avanzando hacia unidades más intensamente poéticas y espirituales hasta llegar al Brahmán único de los Upanishads, unidad suprema como la del Dios uno de Moisés, del Cristianismo y de la religión islámica. (Del libro Los Upanishads, J.Mascaró y R. Crespo, Ed. Diana, México, 1973) En Internet: www.yogakai.com/mascaro.htm