"Desde su fundación en agosto de 1884, la Cámara de Comercio de Mazatlán fue filtro por el que pasaron personajes de Los siglos 19 y 20 que aspiraron al Gobierno del Estado o a la Presidencia Municipal del Puerto"
Cristina Zambrano
Desde su fundación en agosto de 1884, la Cámara de Comercio de Mazatlán fue filtro por el que pasaron personajes de Los siglos 19 y 20 que aspiraron al Gobierno del Estado o a la Presidencia Municipal del Puerto. Es más, hasta la segunda mitad del siglo pasado, los dirigentes pasaron de manera automática a la Presidencia Municipal al cumplir su período. Ese recorrido hicieron Antonio Toledo Corro, José Rico Mendiola, Mario Huerta, Humberto Rice, etc.
Fue la Canaco durante décadas el coto de poder desde el que los ricos comerciantes administraban la alcaldía mazatleca a través de sus "defactores" (gerentes de sus tiendas). Sin padecer la calamidad de las elecciones, hubo períodos en Los que presidieron el Ayuntamiento hasta 3 "defactores". El año de la fundación del organismo, por ejemplo, compartieron honores en el Ayuntamiento Maclovio Castellanos y Jesús Río, al año siguiente hicieron lo propio Jesús Escovar y Bernardo Vázquez que estuvo hasta 1897.
En 1899 compartieron honores Manuel L. Choza, Eduardo Andrade y Antonio H. Paredes. Todo era Paz, orden y tranquilidad hasta que la cámara fue asaltada por un puñado de jovenzuelos egresados del Tec de Monterrey, encabezados por Emilio Goicoechea y Humberto Rice, que expulsaron en la segunda mitad década de los 70's a José Rico Mendiola, banquero de viejo cuño del clan de Toledo Corro.
La Canaco constituía entonces una Buena divisa para hacer carrera política y tener garantizado el escenario público necesario para consumar aquella. Sin embargo, los apellidos de alcurnia se fueron agotando y a las nuevas generaciones poco interesó el liderazgo empresarial. El organismo cayó en el olvido, no aparecieron más los nombres de los herederos de la grandeza mazatleca y quedó abierta la puerta por la que entraron personajes populares.
A partir de la segunda mitad de la década de los 80 cualquier comerciante al corriente de sus cuotas era elegible para dirigir el organismo que paulatinamente caía en el olvido. La democracia electoral, instalada con énfasis en la vida mazatleca con el arribo a la Presidencia Municipal del panista Humberto Rice García, abrió la entrada de Los organismos empresariales. Un modesto abarrotero o un comerciante de mariscos eran elegibles para presidir el inexpugnable coto del empresariado mazatleco. Cayó la Cámara en paulatino letargo que la borró del mapa del poder político.
Simultáneamente terminaron las lustrosas celebraciones del "Empresario del Año", al agotarse los personajes con merecimientos empresariales y familiares para obtener tan distinguida presea. Sin llegar a los excesos de las monarquías, el evento constituía la celebración más importante del año y cuando la democracia le restó prestigio a la distinción hubo de cancelarse ante la profunda decepción de la burguesía del Puerto.
Eduardo Dávalos Zamora
Con severas críticas en su contra, Eduardo Dávalos Zamora, representante de las papelerías, ganó sin complicaciones la presidencia que ejerció plenamente durante tres años. Se concentró en el organismo y, según su último informe, devolvió el prestigio a la cámara, al grado de que hoy es plataforma apetitosa.
Asegura haber liquidado la deuda por 2 millones que recibió, pagó a Los medios de comunicación y a Los proveedores y mejoró el sueldo de los trabajadores, entre otros asuntos que anteriores administraciones habían evadido.
Con excelente relación con el Gobernador del Estado, Dávalos es el más constante y eficaz crítico de la administración municipal y particularmente del Presidente Jorge Abel López Sánchez. No hay decisión unilateral de la administración que no sea devastada por la censura del dirigente empresarial que se fortalecerá en un organismo creado a su medida: el Consejo Coordinador Empresarial Regional, integrado por la Intercamaral, a excepción de la Canacintra que prefirió la neutralidad y el rechazo de la Coparmex.
Desde esta trinchera, respaldado por los organismos más importantes del sector privado y líderes influyentes como el hotelero Carlos Berdegué y el dirigente pesquero Humberto Becerra, pretende sustituir la tibieza de la Coparmex, de Valeriano Suárez, y del Codesin, que preside Alfredo Ruelas, que esgrimen la prudencia frente a la arrolladora percepción ciudadana sobre malos manejos de la Administración Municipal.
De entrada, Dávalos descarriló a quienes aspiraron a sucederlo en la Cámara de Comercio y colocó a Ramón Manguart, su compadre, al frente del organismo con la posibilidad de continuar como tesorero del organismo, al tiempo de presidir el CCE regional que formará un consejo consultivo ciudadano para evitar "excesos y abusos del Presidente Municipal" con quien sostiene una confrontación permanente, pues él mismo ha padecido irregularidades, las que López Sánchez ataja "como simples rumores". Sostiene que en carne viva es testigo de actos de corrupción y tráfico de influencias para beneficiar a quienes lo llevaron a la Presidencia Municipal. Asegura que para que le pagaran a la papelería de su familia un cheque por 300 mil pesos, deuda de Alejandro Higuera, tuvieron que Dar una "mordida" de 40 mil pesos "y eso no son rumores".
Simultáneamente, a su desempeño como dirigente empresarial, es socio de la empresa que contrata artistas y realiza espectáculos para la Cervecería del Pacífico. El Ayuntamiento, dice, lo tiene amenazado con cancelar Los espectáculos para forzarlo a realizarlos en Bacanora, propiedad de Sergio Castillo, principal benefactor de la anterior campaña del PRI y hoy amplio beneficiario de Las obras del Ayuntamiento. "Estamos listos para ampararnos contra el abuso del Presidente Municipal, pues nosotros podemos hacer los eventos en donde más nos convenga", argumenta Dávalos, quien también se opuso a la venta poco clara y a punto de cocinarse en lo oscurito de un terreno de Jumapam al norte de la ciudad.
En la agenda del organismo que presidirá formalmente en unas cuantas semanas figura la constitución de un consejo consultivo ciudadano que servirá de contrapeso a las decisiones unilaterales del Ayuntamiento en materia de desarrollo urbano, toda vez que el Presidente Municipal "no toma en cuenta las recomendaciones del IMPLAN, a cuyas reuniones no acudo porque no tiene caso ir para que el Presidente termine por hacer lo que le venga en gana".
Seguramente el activismo de Dávalos propiciará cierta escisión en el sector privado del puerto, empuñada por Valeriano Suárez y los organismos empresariales estatales del Consejo Coordinador Empresarial nacional, pero lo que es un hecho es que para bien o para mal la Canaco y la Intercamaral están recuperando su histórico papel en los equilibrios del poder político que deben prevalecer en toda democracia atajar abusos y corrupción de funcionarios públicos.
Vox populi vox Dei
Respuesta del Capitán Felipe Hernández Ascencio a Paulino Rodríguez:
Querido Mario: Recién regresé de Guadalajara. Llevé conmigo el ejemplar de Noroeste del viernes y leí el indispensable Observatorio de ese día. Empecé a buscar entre mis recuerdos, aporreados por una vida bohemia marinera sostenida a todo dar. Con la ayuda de mi pariente Salvador "Chava" Ruiz, quien fue socio y directivo de la cooperativa Pescadores de Mazatlán durante más de 35 años, reuní los siguientes datos: Gilberto Flores Muñoz era dueño de los barcos camaroneros "San Juan", "San Gerónimo", "San Mateo", "San Marcos", "San Luis" y "San Felipe" que fue ametrallado más fieramente.
Fue muerto un tripulante a quien apodaban "El Negro" por las balas calibre 50 de los aviones que atravesaban cubiertas y casetas de los barcos de madera. El motorista, conocido como Miguel "El Cigüeñal" sobrevivió al ataque con heridas y devino en él una neurosis muy agresiva a tal grado que, años después, por el rumbo de los tanques de mieles incristalizables, fue muerto por la policía, pues estaba golpeando a su esposa.
El patrón del "San Felipe" se llamaba Felipe Tirado y ya falleció... Otro de los sobrevivientes del ataque fue el motorista del "San Gerónimo", Genaro GallardoOtro sobreviviente es "El Oso Berumen"...
El problema referido se suscitó por las incursiones repetidas de los barcos camaroneros mexicanos a las costas guatemaltecas para pescar lo ajeno. Fueron ametrallados sin previo aviso, murieron uno o dos pescadores mexicanos y varios heridos. Un barco dañado fue el "Águila", de una cooperativa de Salina Cruz, y dos de Mazatlán, al parecer de la Cooperativa Pescadores de Mazatlán. Recuerdo que se filtró la noticia de que al ser nosotros los alumnos mayores, ya de 18 años y primera reserva de las fuerzas armadas, seríamos reclutados para ir la frente en caso de una guerra con Guatemala y pendéjamente yo estaba muy emocionado. Así se lo platiqué a Gladys, mi futura esposa, quien ese año había regresado de estudiar en Tucson, Arizona. Saludos muy gratos.
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