Sugey Estrada/Hugo Gómez
Pitágoras transmitió tres sabios consejos que evitan muchos dolores de cabeza: "Mide tus deseos, pesa tus opiniones, cuida tus palabras".
Desear no es algo malo; lo negativo está en el objeto o desmesura del deseo. Etimológicamente, el deseo está emparentado con la ociosidad y la libido, se trata de una pulsión que empuja hacia un objeto irracional.
De acuerdo a Aristóteles, el deseo es un apetito que puede tener su origen en un acto premeditado y elegido. Tomás de Aquino señaló que el deseo nace por la carencia de algo que no se posee y se quiere alcanzar. Heidegger dijo que el hombre es un ser proyectante, que se muestra como mero desear.
Volviendo a Pitágoras, desear no es negativo, el inconveniente está en carecer de medida en los deseos.
Por opinión se entiende una expresión, creencia o declaración débil, sin garantía de validez y sujeta a revisión. Wolff la definió como una "proposición insuficientemente probada".
La opinión no goza de certeza y la misma persona que la emitió puede modificarla. "Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones", aseveró Jorge Luis Borges. Bien lo prescribe el refrán: "Es de sabios cambiar de opinión".
Por último, hay que cuidar las palabras porque con ellas podemos lastimar y ofender. "Cuida tus palabras; que ellas no levanten un muro entre ti y los que contigo viven", sugirió Tales de Mileto.
Además, quien habla mucho, por lo general se equivoca con frecuencia o no dice nada. "Así como es un don de los hombres de gran talento decir muchas cosas en pocas palabras, es por desgracia en los sujetos de pocos alcances hablar mucho para no decir nada", sentenció Moliere.
¿Sigo los consejos de Pitágoras?
rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf