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"Visor social"

"Día del Estudiante, más reflexión menos pachanga"

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22/05/2014 00:00

    Luis Maldonado Venegas

    El 23 de mayo se celebra el "Día del Estudiante" en nuestro País. El fes­tejo es en memoria a la lucha que los estudiantes de la UNAM dieron para conseguir la autonomía universitaria para esa institución. Con manifestaciones multitudinarias y una huelga que terminó siendo brutalmente re­primida por la Policía Federal de Caminos, el 23 de mayo de 1929, l@s estudiantes exigieron y logra­ron que se reconociera a la Alma Máter nacional la capacidad para autogobernarse, decidir con li­bertad los programas que iba a ofrecer y la forma en que se iba a vincular con la sociedad. Una lucha con sentido y visión social, que dejó una herencia invaluable para el País. ¿Qué tan enterados están los estudiantes del origen del festejo?¿Como se festeja ahora este día? ¿Qué implicaciones tie­ne esto en su formación?
    La inmensa mayoría de l@s estudiantes y muchos profesores desconocen la razón del festejo. En la mayoría de las escuelas del estado, desde secundaria hasta licenciatura, el 23 de mayo feste­jan a l@s estudiantes con bailes, concursos de belleza, algunas actividades deportivas y algunas académicas. Llama la atención que sean las primeras dos las más frecuentes y las últimas las menos frecuentes. Asombra que sea en los niveles educativos más altos y, particularmente en las universidades, donde más inten­so se vuelve esto.
    En relación con el origen, no se percibe centro educativo en el que se dedique un espacio para recordar y analizar el sentido de la lucha. Menos se percibe inte­rés por promover o acompañar actividades que lleven a los es­tudiantes a pensar su condición, su rol y su tarea personal y social. Desafortunadamente, este fes­tejo, como la mayoría de los que tenemos a lo largo del año, solo abona a la "pachanga", al comer­cio y al ocio improductivo.
    Las autoridades educativas, tanto como l@s docentes, con­tribuimos a que los estudiantes vean a la ligera muchas cosas que pueden incrementar su capaci­dad y práctica reflexiva, su con­ciencia y su compromiso social. Aceptamos con relativa facili­dad el que fechas, eventos y actos históricos, que pudieran apro­vecharse para enriquecer nues­tra formación cívica y social, se vuelvan triviales y aumenten el interés de las nuevas generacio­nes por lo menos trascendente.
    La energía y el potencial na­tural de la juventud están siendo llamados, casi exclusivamente, a la diversión y a la convivencia superflua. Muy poco se invita, instruye y acompaña a los jóve­nes para que desarrollen el gusto por el conocimiento, la reflexión, el debate de las ideas, o el análisis de la realidad en que viven.
    Esta fecha bien pudiera servir para ello. Recordar la lucha por la autonomía universitaria puede acompañarse de acciones para que l@s estudiantes recuperen el sentido de la ruta por el cre­cimiento personal y profesional que supone la etapa que viven.
    Esto no va con la consolida­ción, ¿o si? Profesores activos, con más de 25 años de servicio en la UAS, están enfrentando res­tricciones laborales y reduccio­nes salariales, que el SUNTUAS, el H. Consejo Universitario y el Rector deben conocer y detener de inmediato. Por haber firmado una expresión pública contra el Fideicomiso para la Jubilación, se les está condicionando la carga académica y se les está descon­tando el estímulo económico a la permanencia, que representa al menos el 25 por ciento de su salario.
    Los perjudicados acusan que cuando solicitan explicación al descuento, se les atiende perso­nalmente y se les "invita" a pre­sentar y depositar una carta en la Junta de Conciliación y Arbitraje en la que se comprometen a acep­tar el fideicomiso y a no empren­der demanda alguna contra la institución, relacionada con éste. Les están quitando el estímulo a la permanencia, pero les siguen aplicando el descuento para el fideicomiso.
    El hecho no acepta interpreta­ciones. Lo que se está haciendo es inmoral e impropio para una ins­titución de educación superior. Quien honra la esencia humana, primero usa la razón que la nor­ma, o la fuerza. El fideicomiso, de ser un asunto administrativo se convirtió en político y en lugar de usar la razón para validarlo, se ha recurrido a la fuerza.
    La comunidad universitaria y la sociedad sinaloense estamos esperando que la administración y el SUNTUAS construyan la confianza y certidumbre con que debe ser visto este fideicomiso. Quienes no creen, o no confían en él, están en su derecho. Quie­nes lo vemos como una alterna­tiva queremos que se atiendan las dudas y se regularice su fun­cionamiento. ¿Donde está el es­píritu universitario de justicia, democracia y colectividad, que se declara en la Ley Orgánica? ¿Cómo se honra el espíritu demo­crático y visionario de don Eus­taquio Buelna, que se dice guía a la UAS? Las prácticas referidas arriba parecen distantes de ello, ¿O Usted que opina?
    ambrocio@uas.edu.mx; amo­jardin@gmail.com