|
"El estilo Gordillo"

"El cacicazgo político con mayor influjo en la vida del país es, sin duda, el que la señora Elba Esther Gordillo ejerce sobre el SNTE. Por su dimensión de casi millón y medio de afiliados es el sindicato más numeroso de México y América Lati"

""
16/10/2008 00:00

    Saúl Valdez / Fernanda González

    El cacicazgo político con mayor influjo en la vida del país es, sin duda, el que la señora Elba Esther Gordillo ejerce sobre el SNTE. Por su dimensión de casi millón y medio de afiliados es el sindicato más numeroso de México y América Latina. Su función y alcance en el sistema educativo nacional lo convierte, por obvias razones, en un gremio estratégico.
    Aun en las más apartadas regiones del país, podremos encontrar cuando menos a un maestro o una maestra, así deban cruzar ríos y cerros para llegar a sus lugares de trabajo. Aunque hay comunidades que carecen de médico y sacerdote, casi siempre hay maestro, cuyo apostolado como trasmisor de conocimientos las comunidades respetan.
    La penetración de los docentes en el tejido social es insoslayable. De ahí el denodado interés del Gobierno federal durante la era del priato, pero también en los tiempos de la alternancia en el poder, por el control político del SNTE, dados sus efectos multiplicadores hoy más apreciados en el marco de elecciones sumamente competidas y de mayor equilibrio entre poderes por el fin del presidencialismo meta jurídico y las mayorías automáticas en el Poder Legislativo.
    El rol clave desempeñado por la presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo, en las elecciones presidenciales de 2006 para que Felipe Calderón obtuviera un cerradísimo triunfo sobre Andrés Manuel López Obrador, el enemigo a vencer, fue retribuido con importantes cuotas de poder en la SEP, la Lotería Nacional y el ISSSTE para los incondicionales preferidos de la burbuja gordillista.
    No obstante, el imperio sindical construido por "la maestra" con el apoyo del ex presidente Salinas, hoy se tambalea ante la extensión del descontento magisterial contra la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), cuyo contenido completo muy pocos conocen, pero que so pretexto de elevar la calidad de la enseñanza lesiona conquistas laborales y abre las puertas, así sea "sutilmente" a la privatización de la educación pública, delegando, por ejemplo, en las asociaciones de padres de familia, las mejoras a la infraestructura física de las escuelas, signada por el Gobierno del Presidente Felipe Calderón y la máxima lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.
    A la cabeza del movimiento por echar abajo dicho pacto se encuentran los maestros de la sección 19 del SNTE de Morelos, quienes cumplen dos meses en paro de labores en rechazo a la ACE, desplegando una gran capacidad para movilizarse, con cierres de carreteras federales, entre ellas la México-Cuernavaca en Tres Marías, de donde fueron desalojados con lujo de violencia, especialmente en el pueblo de Xoxocotla, municipio de Puente de Ixtla, por estar obstruyendo la carretera federal Cuautla-Jojutla. El saldo fue de 10 heridos y 16 detenidos (9/10/008).
    En la represión a los maestros y lugareños en Xococotla, participaron dos mil integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional, auxiliando a la Policía estatal y la Policía Federal Preventiva, en su gran mayoría también militares, pero con licencia.
    Nunca ha sido bueno para la salud de la República que los militares repriman movimientos sociales de protesta. No es grato para el alto mando militar que el Presidente les ordene intervenir en labores policiales de combate al narcotráfico, y mucho menos debe serlo que se utilice a las Fuerzas Armadas para imponer el orden público. Así lo habría dejado entrever el Secretario de la Defensa Nacional, General Enrique Galván Galván, a algunos diputados.
    La criminalización de la protesta se abre paso. El Gobierno panista no puede pretender apretar tuercas a los movimientos sociales con la participación de contingentes militares en la represión, sin generar problemas de gobernabilidad mucho mayores a los que hoy se enfrenta, limitados finalmente en su mayoría a demandas de tipo gremial y en Defensa del Petróleo como patrimonio público.
    Sacar al Ejército de sus cuarteles para preservar la paz social es, casi siempre, un contrasentido, que se paga caro, más aún si en el trasfondo se trata también de apuntalar un cacicazgo sindical corrupto, que además ya no garantiza estabilidad política ni paz social pues la disidencia en vez de menguar ha cobrado renovada fuerza en el SNTE.
    Desesperada porque aun dentro de sus otrora aliados e incondicionales la "traición" avanza, Elba Esther Gordillo presidió en Hermosillo, Sonora, el consejo nacional extraordinario del SNTE (12/10/008), exigiendo un cierre de filas contra la rebelión que los maestros morelenses encabezan.
    Con su peculiar estilo, arengó a las cúpulas seccionales para no permitir que "una sección nuestra sea parte del principio de un estallido social en México", llegando al absurdo de afirmar que en las protestas contra su persona en Morelos, "se registra que estaban las Fuerzas Armadas de Liberación de Colombia y gente de Hugo Chávez".
    En su deshilvanado discurso de clausura, Gordillo dejó ver por enésima ocasión sus desavenencias con la secretaria de la SEP, Josefina Vázquez Mota. "Si creen que es agradable hablar y discutir, o sentarse con una secretaria que no hace caso, se equivocan. Es durísimo tragársela, sin decir más", dijo.
    No tardó, sin embargo, la cacique en poner nombre y apellido a quien es objeto de su mayor animosidad: "el único ganón en una revuelta de ese tipo es Andrés Manuel López Obrador, y no sé si le convenga gobernar un país de escándalo".
    Siguiendo el delgado hilo de su razonamiento, Gordillo acusó a "esos perredistas tan de izquierda, tan soñadores", de sentarse "con la secretaria de Educación a armar un movimiento en contra del sindicato", señalando con singular oportunismo que movimientos como el de Morelos se desarrollan con niveles de violencia "terroríficos", habida cuenta que el "narcotráfico ha penetrado a los movimientos de izquierda", tratando a éstos como si fuesen parte de la delincuencia organizada.
    Sin dejarse amedrentar, 40 mil personas se manifestaron en el centro de Cuernavaca contra la brutal represión y en repudio a la Alianza por la Calidad de la Educación (14/10/008), demostrando una vez más, dicho movimiento, consistencia y bravura.
    Habituada a la generosidad con el dinero del sindicato, Gordillo regaló 59 camionetas Hummer a los dirigentes seccionales asistentes al Consejo Nacional Extraordinario, en Hermosillo, Sonora, aunque ante la indignación social suscitada quiso enmendar la plana diciendo que eran para rifarse en beneficio de las escuelas más pobres del país.
    ¿Quien le cree a Elba Esther Gordillo?
    dmartinbara@hotmail.com