"El clima de crispación política que se vive en México también se encuentra en los organismos empresariales."

La Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión no es la excepción. La organización que fundara Emilio Azcárraga Vidaurreta en 1941 pasa por uno de sus momentos más críticos, no sólo por las implicaciones de la aprobación de la "Ley Televisa", sino también porque el conflicto poselectoral se ha convertido en un elemento más de división entre los radiodifusores.
Hace algunos días Televisa, a través de uno de sus voceros, denunció que los pequeños radiodifusores, agrupados en la organización Radio Independiente, han tratado de "congraciarse con los círculos oficiales y panistas", luego de que públicamente en reuniones internas de la CIRT "dijeron apoyar a la coalición Por el Bien de Todos".
También acusó al presidente de Radio Independiente, Roque Chávez, de beneficiarse con el otorgamiento reciente de cinco concesiones de televisión por cable y especula que esto es producto del pago de favores que Chávez hizo al subsecretario de Comunicaciones, Jorge Álvarez Hoth.
El "ajuste de cuentas" con quienes se opusieron a la "Ley Televisa" ha comenzado, en vísperas de que la Suprema de Corte de Justicia determine la inconstitucionalidad de dichas contrarreformas.
Las acusaciones que el director de Información de Televisa, Javier Tejado Dondé, hace en una columna periodística que le publica un diario de la capital, forman parte de esas acciones. Sin embargo, a falta de argumentos, como ocurrió con la "defensa" de su ley, se recurre a la diatriba.
Ahora resulta que quienes se opusieron a la "Ley Televisa" son perredistas. En consecuencia, si seguimos la lógica del análisis de Tejado, quienes apoyaron esa contrarreforma son panistas o bien nostálgicos del viejo régimen. El reduccionismo analítico del vocero de Televisa es sorprendente.
Por si fuera poco, se "autogolea". Como si Tejado no supiera que el desarrollo de Televisa y su conformación oligopólica, no es más que la historia de las relaciones de beneficios y de apoyos mutuos entre la clase política, sea ésta priista o más recientemente panista, y esa empresa. Siguiendo una vez más la lógica de ese abogado, Televisa sí puede y debe seguir creciendo a través del refrendo de sus concesiones de televisión hasta 2021, eliminando obstáculos para la transmisión de publicidad, recibiendo concesiones para la operación de casinos y creando una ley que le permite desarrollar negocios en el sector de telecomunicaciones, pero las demás empresas de su sector no tienen derecho a hacerlo.
A los competidores hay que denunciarlos y actuar legal y políticamente para impedir su avance porque eso "huele" a "favores políticos"; vaya cinismo.
Televisa ha tomado por asalto a la CIRT y la ha dividido más porque sus intereses se han impuesto por sobre los demás grupos de radio y televisión, sobre todo a partir de la "Ley Televisa". Los grandes grupos de radiodifusión se han sometido a la empresa de Azcárraga Jean porque no les queda otra.
La mayoría tiene acuerdos con Televisa, porque le deben dinero, porque tienen alianzas de comercialización, porque le comparten a algunos de sus conductores o artistas exclusivos, porque les prestan canales de televisión para aumentar su cobertura, o porque simple y sencillamente no quieren contradecir al poderoso emporio.
Aun así, las redes de Televisa tienen límites y por eso es que sus directivos no pudieron someter a los radiodifusores independientes, aquellos que son ahora "minoría" porque la "mayoría" ya forma parte de esos grandes, pero dependientes, grupos de radiodifusión.

Vaya favores
En respuesta a las declaraciones del directivo de Televisa, el presidente de Radio Independiente, Roque Chávez, envió la circular 54 a integrantes de esa asociación, en la que asegura que no hubo ningún respaldo a Calderón Hinojosa, sino a las instituciones electorales, porque "son las que tienen que decidir" la calificación del proceso electoral.
También confirma que, en efecto, recibió cinco concesiones para operar sistemas de televisión por cable en Sinaloa. Sin embargo, el otorgamiento no fue por ningún pago de favores, sino porque en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se consideró que se debía atender con ese servicio a poblaciones rurales, de no más de 25 mil habitantes.
La entrega de las concesiones no se hizo, como asegura Tejado, en tiempo récord, sino después de un año y tres meses de gestiones. Y tan no fue favor de la dependencia que encabeza Pedro Cerisola, que justo en esos meses "sorpresivamente" autorizaron a Megacable (empresa con presencia en 36 ciudades, acusada por Telmex como oligopólica) la ampliación de su cobertura en esas poblaciones de Sinaloa, por lo que el proyecto del empresario radiofónico está en puntos suspensivos.
Radio Independiente se ha convertido en un grupo de presión hacia el interior de la CIRT, por el simple hecho de defender los intereses de los pequeños grupos de radiodifusión frente a las empresas dominantes del sector. De ahí que esos radiodifusores, junto con otros más importantes, demandan una nueva estructura directiva en la que estén representados en igualdad de condiciones los empresarios de la radio y de la televisión, a partir de la creación de dos vicepresidencias.
También reclaman que sean los mismos concesionarios y no sus representantes los que asuman los puestos directivos de la CIRT y tomen las decisiones importantes en las asambleas convocadas por este órgano.
Por ejemplo, Tejado Dondé, quien ha colocado a personal de su confianza en la estructura ejecutiva de esa cámara, toma decisiones en la industria y participa en las reuniones de su consejo directivo, no ocupa ni el cargo de consejero ni mucho menos es radiodifusor, lo cual no deja de ser incómodo o molesto para quienes históricamente consolidaron a la industria de la radiodifusión y su organismo representativo.
Por todo lo anterior, la Asamblea General de la CIRT, que se llevará a cabo el próximo mes de octubre, se prevé sea una de las más ásperas en su historia. En los próximos días seguramente se escribirán más capítulos de toda historia generada por la Ley Televisa y, ahora, por el conflicto poselectoral.
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