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"Aarón Díaz: @ semanal"

"El comercio informal se ha convertido en una fuente de violencia y, en ocasiones, escudo de delincuentes, que se enfrentan sangrientamente entre ellos, o contra las autoridades."

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05/06/2005 00:00

    Noroeste / Juvenci Villanueva

    Agenda sin ambulantes Y CRECE A principios de 2005 se reportó que las entidades donde se crearon más empleos informales en los últimos 4 años fueron: Michoacán 513 Estado de México 442 Hidalgo 238 Ciudad de México 138 Guanajuato 122 Nuevo León 98 Guerrero 84 Morelos 53 No sólo en las grandes ciudades del país, también en las de medio pelo, los vendedores ambulantes, o comerciantes informales, como le llaman los economistas, se han constituido en uno de los problemas que, desde tiempo atrás y con urgencia, reclama solución. Es así porque en esto de la informalidad se halla involucrada la piratería, rubro en el que México ocupa el primer lugar en Latinoamérica por la venta de "software", así como el contrabando de infinidad de insumos y mercaderías, que a decir de la Canaco están fuera de control y provocan pérdidas por más de 110 mil millones de pesos al año, lo cual también lo suscribe la Concamín. Junto con esto se tienen situaciones en las que el ambulantaje opera como un medio para que, determinados partidos políticos recluten grupos clientelares que movilizan para presionar y hacer demostraciones de fuerza, pero que son artificiales, pues en realidad se trata de una militancia interesada, acomodaticia y convenenciera, que busca asegurar espacios y prebendas. A lo anterior se aúna que el comercio informal, o más bien, el callejero, se ha convertido en una fuente de violencia y, en ocasiones, escudo de delincuentes, que se enfrentan sangrientamente entre ellos, o contra las autoridades, como acaba de verse en un tianguis de Xochimilco, donde, el 26 de mayo, hubo un operativo para decomisar mercancía ilegal, pero se generó un enfrentamiento cuyo saldo fue un herido, tres vehículos oficiales quemados y la huida de agentes de la AFI y policías de la Ciudad de México. Lo asombroso es que, pese a la magnitud de este problema, que día con día se complica, así como por sus repercusiones sociales y políticas que impactan a los tres niveles de gobierno, a grado tal que a los ambulantes se les considera una plaga y hasta una calamidad, casi nada se haga para enfrentarlo; ahora sí que hasta el Gobierno federal se ha limitado a dejar hacer y a dejar pasar, según lo reiteran los especialistas en la materia. NO ESTÁ INVENTARIADA De hecho, la problemática del ambulantaje ni siquiera figura en la lista de pendientes que se heredarán al nuevo Gobierno federal; lo que a veces vemos son esporádicas confiscaciones de las mercancías ilegales y piratas que venden los ambulantes, como la referida antes, pero, como también dicen algunos analistas, la verdadera finalidad de los aludidos operativos nada más es para taparle el ojo al macho, porque nunca se sabe que le echen el guante a un pez gordo, de los que presuntamente están metidos en esta clase de negocios, además de que sólo se decomisa el 12 de la mercancía pirata que se trafica en el país. Obviamente, estas cuestiones y sus efectos tampoco están en la agenda de los aspirantes a candidatos presidenciales, tal vez porque ellos no se ocupan de cosas mundanas, o porque viven alucinados por el poder y se la pasan delirando acerca de lo que harán cuando ya estén en la Presidencia, como si ya hubieran ganado las elecciones. Ojalá, como se decía en el siglo pasado, que a los presidenciables les caiga el 20 y se pongan las pilas, para que al momento en que salgan a suplicar el voto de los mexicanos, en sus ofertas electorales, incluyan el problema del comercio informal y expliquen milimétricamente cómo van a resolverlo, para que el ofrecimiento no acabe en un plato de lengua. Y esto es en serio, sobre todo, porque en dicha clase de comercio y actividades conexas está involucrada la tercera parte de la población económicamente activa del país, y las tendencias advierten que seguirán creciendo. LAPAROSCOPIA INTESTINAL Al respecto, hay un indicador que permite hacerle una laparoscopia o monitoreo a los intestinos y vísceras del comercio informal, para ver los alcances que tiene lo que popularmente se le denomina ambulantaje; dicho indicador es el empleo/desempleo, el cual se tiene como uno de los factores causales de la informalidad económica. Con relación al empleo y a la informalidad, lo tratadistas consideran que en nuestro país hace falta un seguro de desempleo similar al de los países más industrializados, pues, al no tenerse la mencionada protección, los mexicanos son empujados a emplearse en actividades fuera del sector formal de la economía para conseguir el sustento diario, o a irse de indocumentados a Estados Unidos; de esta manera, al igual que la migración, la economía informal puede ser vista como una válvula de escape para los cientos de miles que están sin empleo. Pero ya el Embajador de EU en México, el tejano Antonio Tony Garza, le leyó la cartilla al Gobierno mexicano a mediados del mes pasado, al decirle, durante la cumbre Hemispheria 2005, que dejara de estar haciendo cuentas alegres porque la dependencia de las remesas de los mexicanos que trabajan en el país vecino, así como de los ingresos extraordinarios por los altos precios del petróleo crudo (al que no se le agrega valor), no es, simplemente, una política económica, a lo cual se añadiría que esta situación ni remotamente posibilita la creación del seguro del desempleo. Aunque la afirmación sobre las remesas y los excedentes del petróleo caro las haya hecho el Embajador Garza, y sin perder de vista las exageraciones que pudiera contener la misma aseveración, no deja de tener sus ciertos toques de verdad, pues hasta ahora los ingresos provenientes del exterior, al igual que la informalidad y el ambulantaje, sólo han servido para disminuir las tensiones sociales derivadas, entre otros, de la falta de fuentes de empleo. NADA TIENE DE NUEVO La informalidad económica no es un fenómeno nuevo y está visto que su crecimiento se asocia al aumento de la población y al escaso crecimiento económico, pues no se generan los empleos, en el sector formal, que la sociedad demanda, habida cuenta que, en situaciones de crisis, la economía informal tiende a incrementarse, pues la escasez de fuentes de trabajo obliga a las personas a emplearse en actividades no reguladas. De igual forma, se sabe que mientras las crisis económicas continúen, la informalidad será una constante que seguramente no se reducirá con crecimientos modestos de la economía, pues la población sigue creciendo y con ello no baja la demanda de fuentes de empleo. Por lo anterior, debe enfatizarse que las condiciones macroeconómicas e institucionales que fomenten el crecimiento económico, sobre todo en sectores intensivos en trabajo, que es en lo que tenemos ventaja comparativa, reflejarán una reducción del sector informal de la economía. Así, se ha determinado que la economía subterránea es una actividad relacionada con la venta que realizan las personas desde su casa, lo cual da lugar a que no paguen impuestos ni hagan ninguna aportación al sector público. En la economía subterránea participan personas que venden joyería, zapatos, ropa y artículos en sus casas, mientras que las personas que, dentro del comercio callejero o ventas de banqueta, se ofrecen, por ejemplo, ofrecen dulces, frutas y hasta drogas, lo cual ya cae en el ámbito de los actos delictivos. ENTRE LO RURAL Y URBANO Asimismo, es un hecho que los cambios en la composición de la población urbana y rural modifican la estructura de las personas empleadas en el sector informal de la economía. Debido a ello, de 1970 a 1995, la población tendió a urbanizarse, por lo cual la economía informal, que en un principio era básicamente agrícola, se trasladó a la ciudad, al mismo tiempo que, en términos absolutos, el número de trabajadores del sector informal crecía conforme lo hacía la PEA, pero a tasas menores. Y como la relación existente entre estas variables es inversa, esto es, el crecimiento del PIB por habitante viene seguido de una caída en la cantidad de personas que pertenecen al sector de la economía informal, ello ha permitido concluir que la solución a la informalidad se encuentra en el crecimiento real de la economía; sólo que, como la creación de fuentes de empleo se da en industrias competitivas en el sector exportador y/o en renglones intensivos en capital, la creación de empleos no ha sido suficiente para absorber a la PEA. De cualquier forma, de 1980 a 1989, la tasa de crecimiento de la PEA fue modesta, de hecho fue sobrecompensada por el crecimiento de los trabajadores del sector público y de los inscritos en el IMSS; aun así, sin embargo, este periodo se caracterizó por no tener elevadas tasas de desempleo, razón por la cual, el número de empleados del sector informal se redujo. Simultáneamente, se probó que los programas oficiales para promover el empleo son insuficientes, por lo que una opción estaría en reforzar la política del mercado de trabajo mediante el aumento al presupuesto destinado a este ámbito y promover estímulos fiscales para la generación de fuentes de empleo. Empero, se estimó en los años 90 que un desembolso del Presupuesto Federal de 635 millones de dólares, equivalente al 1.1 por ciento del gasto público, sólo beneficiaría a 600 mil personas. Por lo que toca a la tendencia de crecimiento de los vendedores ambulantes y la tasa de desempleo abierto, puede apreciarse que existe una alta correlación entre ambos y su comportamiento advierte que podrían llegar a igualarse en 2006, precisamente el año cuando se sabrá si efectivamente el PRI se quedó fuera de Los Pinos, o si el PAN seguirá otro sexenio en la misma residencia, o ésta se convierte en sitio para el esparcimiento de los chilangos pobres, si es que su posible morador prefiere dormir y bañarse en Palacio Nacional. MÁS DE ONCE MILLONES Por lo pronto, según estadísticas del INEGI, oficialmente se informó que, en el primer trimestre de 2005, la población ocupada en el sector informal alcanzó 11.5 millones de mexicanos, lo que representa el 28 por ciento de la población ocupada. Igualmente, a principios de año se reportó que las entidades donde se crearon más empleos informales en los últimos 4 años fueron Michoacán (513); Estado de México (442); Hidalgo (238); Ciudad de México (138); Guanajuato (122); Nuevo León (98); Guerrero (84), y Morelos (53). Y en lo persecución de la piratería y mercancía ilegal vendida en las banquetas, el saldo no habla bien de las autoridades porque, como ya se anotó, sólo se decomisa el 12 por ciento de la mercancía ilegal. Empero, tampoco se trata de una cantidad despreciable, pues en 2004 se confiscaron más de 100 millones de productos piratas, de acuerdo a las cifras de la PGR; lo incautado fueron discos compactos para reproducir música o video, así como sus empaques y presentaciones. Para realizar el aseguramiento de la mercancía aludida, se realizaron 6 mil 313 operativos en tianguis, plazas comerciales, puestos ambulantes y otras áreas en donde se expendían los artículos ilegales. También pudo decomisarse mercancía ilegal que se encontraba en bodegas y otros inmuebles, lo que significó realizar 2 mil 500 cateos que fueron autorizados por el Poder Judicial. La PGR indicó que el 74.7 por ciento de la incautación nacional de artículos piratas, se realizó el año pasado en el DF, que equivale a 81.3 millones de objetos apócrifos, tal y como lo indicó la Fiscalía Especializada en Propiedad Intelectual. Finalmente, entre lo que más le compra la gente a los ambulantes destacan los discos compactos; películas en casete o DVD; ropa, calzado o tenis; videojuegos; aparatos electrónicos y equipo o programas de cómputo. Éste es el panorama preocupante del comercio informal, y no tardaremos en comprobar que a los presidenciables esto les tiene sin cuidado y no formará parte de su oferta electoral; si esta hipótesis resulta cierta, quien gane las elecciones de 2006, en el pecado llevará la penitencia.