"El ingeniero Eduardo Franco presidió los destinos de la UAS de junio de 1977 al mismo mes de 1981"
Geovanni Osuna
Entraba usted el viernes 19 antepasado al salón que comprende la ampliación más reciente de conocido restaurante de la ciudad y se encontraba con una apretujada multitud, plural, emocionada reunida alrededor del Ingeniero Eduardo Franco, ex Rector de la UAS. A título de comunes amigos solidarios otros ex rectores: Gómez Quiñónez, Moya Núñez, Audómar Ahumada, Gómer Monarrez, y cerca de dos centenas de universitarios.
El ingeniero Eduardo Franco presidió los destinos de la UAS de junio de 1977 al mismo mes de 1981. Lo trascendental de su rectorado fue estabilizar la institución con un proyecto académico alternativo que incidió en la vida orgánica de la universidad en todos sus órdenes.
El ambiente interno sobremanera inestable y confrontado que se configuró en la UAS entre mayo de 1973 y mayo de 1977. El de Eduardo Franco fue un liderazgo sujeto a múltiples pruebas a cual más difíciles. Pues le antecedían varios rectores interinos, presencia de una suerte de bandolerismo universitario propiciado por la enfermedad ultraizquierdista, la Universidad viviendo al día; pero, también en lucha por el rescate de las más nobles tradiciones progresistas de los universitarios rosalinos.
El rectorado del ingeniero Eduardo Franco se gestó, hasta donde tenemos constancias vivencial y documentales desde 1975, pero, especialmente, en 1976, cuando se constituye la Coalición de Fuerzas Progresistas, Democráticas y de Izquierda, misma que aprueba, en octubre de aquel año, el que luego sería el célebre Programa de la Universidad Democrática, Crítica y Popular.
Se ha hablado mucho, por ejemplo, de que la propuesta de "Universidad Democrática, Crítica y Popular" tiene sus antecedentes en la Universidad Autónoma de Puebla y en la de Guerrero. Pero la cuestión, vista seriamente, es mucho más que eso desde el momento que, en el caso de la UAS, medió la conformación de una coalición de fuerzas universitarias, un debate interno y la concreción de tal propuesta en las condiciones específicas de la universidad, sinaloense.
Típico de las movilizaciones del periodo del Rector Eduardo Franco fueron las marchas por el subsidio, no sólo en el estado sino también hasta la Ciudad de México. Son años también en que el solidarismo hacia el pueblo tiene una alta expresión en la Universidad en apoyar sus luchas y aspiraciones reivindicativas. El servicio social universitario, como función académica de la institución, adquiere especial relevancia.
Con énfasis en el rectorado del ingeniero Franco fue el crecimiento de la UAS: las escuelas y facultades se descentralizaron y se multiplicaron a lo largo y ancho de la geografía del estado: tres de Derecho, dos de Agricultura, dos de Contabilidad y Administración, tres de Ingeniería, prácticamente dos de Economía, tres de Trabajo Social y Enfermería además de planteles de bachillerato por doquier.
La Universidad definió e instituyó también ampliamente los servicios asistenciales, o sea las casas de estudiantes para jóvenes, hombres y mujeres, de escasos recursos económicos pero con la disposición de estudiar.
Aciertos indudables de su rectorado fueron, evidentemente: la inauguración y puesta en práctica, hasta un nivel importante de concreción, del PPPA, Plan para el Perfeccionamiento del Personal Académico, la convocatoria y celebración del Primer Foro Académico Universitario. A la par de ello, la diversificación de la oferta educativa: el INCISA, Instituto de Ciencias de la Salud, proyecto integral que luego se ramificó en las escuelas de Medicina, Odontología, Veterinaria, Sicología y la Coordinación Universitaria del Hospital Civil; asimismo, Arquitectura.
Otro logro del periodo del ingeniero Eduardo Franco que debe acreditársele es el fortalecimiento de la estabilidad institucional de la Universidad Autónoma de Sinaloa, desde el momento en que su rectorado logró romper con la incertidumbre de los periodos rectorales en la UAS. La paradoja fue posible: se tuvo una universidad participativa, agitada si se quiere; pero al mismo tiempo gobernada, estable y unida en su interior.
Quien vivió el rectorado y la gestión de Eduardo Franco, de 1977 a 1981, recordará todos esos hechos de incuestionable importancia, asimismo, que la UAS empezó a tener una presencia cultural sobresaliente: dotó a la imprenta universitaria de un moderno equipo de impresión; realizó eventos significativos, coloquios de orden teórico como el dedicado al pensamiento de Mariátegui, el foro sobre la amnistía, el relativo a chicanos y migrantes; producción de libros; y edición de la Revista Buelna como la revista institucional de la UAS, en fin, que empezaron a sucederse cosas como nunca antes y dieron a la Universidad una respetable presencia nacional e internacional.
Queda en la memoria, además, un tiempo de la Universidad sobremanera participativo de su comunidad de estudiantes, maestros y trabajadores. También queda grabada, la imagen del ingeniero Eduardo Franco, como un dirigente con autoridad a la vez que tolerante y dialogante.
Valga decir, que, además, Eduardo Franco prácticamente se fletó su carrera de ingeniería civil como obrero del volante, tuvo un desempeño profesional digno y se dedicó a la investigación y la enseñanza de las matemáticas superiores.
Nos complace ver en la actualidad en el ingeniero Franco, un universitario ejemplar, en defensa de los derechos de los trabajadores universitarios, jubilados no obstante su estado delicado de salud su tenacidad y firmeza como líder universitario no mengua, al contrario en los últimos meses nos ha dado lecciones de firmeza y dignidad.
Estamos seguros que los universitarios libraremos muchas batallas en defensa de la universidad pública y el respeto a los derechos de sus trabajadores al lado y con el liderazgo del ingeniero Eduardo Franco. ¡Salud y fuerza, ingeniero!
lqteran@yahoo.com.mx