"El mes de diciembre tiene una magia muy especial en las actitudes y conductas de los seres humanos."
Héctor Tomás Jiménez
La magia de diciembre
En la historia de la humanidad, cada mes tiene su propio signo y característica, sin embargo, a mi juicio, el mes de diciembre tiene una magia muy especial en las actitudes y conductas de los seres humanos; quizá por ser el que celebra el nacimiento de Jesús, el niño Dios, o bien, por ser el último mes del año y por lo tanto, un mes de reflexión sobre nuestra propia vida.
Debemos entender que las actitudes humanas son de acuerdo con algunos autores consultados: las predisposiciones a responder de una determinada manera con reacciones favorables o desfavorables hacia algo.
Las integran las opiniones o creencias, los sentimientos y las conductas, factores que a su vez se interrelacionan entre sí. Las opiniones son ideas que uno posee sobre un tema y no tienen por que sustentarse en una información objetiva y los sentimientos por su parte, son reacciones emocionales que se presentan ante un objeto, sujeto o grupo social.
Las conductas por su parte, son tendencias a comportarse según opiniones o sentimientos propios. Las actitudes orientan los actos si las influencias externas sobre lo que se dice o hace tienen una mínima incidencia.
También los orientan si la actitud tiene una relación específica con la conducta, a pesar de lo cual la evidencia confirma que, a veces, el proceso acostumbra a ser inverso y los actos no se corresponden, se experimenta una tensión en la que se denomina disonancia cognitiva.
Diciembre es pues, un mes mágico, un mes que mueve al análisis y a la reflexión, un mes que nos motiva a hacer un balance de nuestros actos y comportamientos, de nuestras conductas y actitudes, en fin, un mes de concordia espiritual.
Estoy seguro que todos hemos sentido en este mes, la alegría de ver nacer de nuevo a Jesús de Nazareth, pues no existe un ser humano en el mundo cristiano, que no se congratule por la llegada del salvador, del dios hecho hombre, del redentor de pasiones y pecados, de quien vino a dar ejemplo de grandeza espiritual y de respeto al Padre, y quién con su muerte, nos dio ejemplo de vida y fortaleza espiritual.
Por ello es que a pesar de que durante todo el año, nos olvidemos de su vida y de su muerte, Jesús no nos abandona, está pendiente de nosotros, de nuestras alegrías y nuestras penas, aunque por éstas le reclamemos y por aquellas lo ignoremos.
A pesar de ello, él, siempre está con nosotros. Hay quién se olvida de Dios en las buenas, pero se acuerda de él en las malas; y a pesar de ello, él no tiene rencores ni discrimina a sus hijos, pues está divinamente conciente de que son actitudes producto de la libertad con la que fuimos creados. En efecto, con el soplo de vida, se nos dio también la libertad de elegir el camino de nuestra vida, y en la naturaleza humana, actuamos en consecuencia.
No debemos olvidar que la libertad heredada tiene condicionantes, pues significando en esencia "...la capacidad de elegir entre dos o varias alternativas", sólo es válida si se tiene conciencia de ellas. Por eso es que el ejercicio de la libertad se ha vuelto laxo y complaciente socialmente, además de que el hombre ha buscado, tal vez de manera inconsciente, sustituir los valores y virtudes cardinales, por leyes y normas legales, en la procuración de la justicia de los hombres, olvidando por completo, a la llamada justicia divina.
Retomando las ideas y reflexiones iniciales, de que diciembre es un mes de amor y reflexión, yo les digo a ustedes, mis amigos lectores, que concentren toda su capacidad de amar y su energía de dar, en la familia, en los hijos, ellos son los que mas nos necesitan, son en su momento, los seres mas indefensos del mundo, a pesar de su edad madura y de su estado civil, no debemos regatearles nuestro amor y nuestro cariño, recordemos que son seres prestados, que desde su concepción nos fueron dados para practicar con ellos el amor y la ternura, nuestra capacidad de dar sin esperar nada a cambio, en suma, nuestra oportunidad de demostrar a dios nuestro señor, que hacer con los talentos recibidos.
Por último, no olvidemos practicar la generosidad y el desprendimiento, recordando que hay en nuestro medio, muchos niños marginados socialmente. Estos niños, sobre todo los que viven en la pobreza y la marginación, son quizá los mas felices, pues se renueva en ellos la esperanza de la navidad, la que para ellos significa regalos, juguetes y alegría, aunque sea momentánea, pues al día siguiente del día 24, volverán a sentir hambre, cuando en tu mesa aún sobra comida de la cena anterior. ¡Y esto, la verdad no es justo, en un país en el que debieran existir oportunidades para todos.
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