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"¿Venganza?"

"El Presidente Calderón usó su derecho de veto para evitar que se entregaran 10 mil millones de pesos, un dinero que los diputados aprobaron como emergencia, para ayudar a los estados que han tenido problemas por la sequía"

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04/02/2012 00:00

    El Presidente Calderón usó su derecho de veto para evitar que se entregaran 10 mil millones de pesos, un dinero que los diputados aprobaron como emergencia, para ayudar a los estados que han tenido problemas por la sequía.
    El argumento del mandatario para justificar su actitud, fue que al Congreso no le corresponde disponer de los recursos aprobados en el gasto, pues ésta es una atribución del Gobierno. Incluso acusó a los legisladores de transgredir la Constitución.
    ¿Venganza? Tal vez. Como durante todo el sexenio el Congreso se la ha pasado impidiéndole al Presidente que logre alguna de sus propuestas, a la hora que éste puede usar algún poder contra ellos, pues lo hace.
    Se trata de un conflicto permanente entre los dos poderes. Ahora aquéllos también se van a vengar. El PRI dijo que recurriría a la controversia constitucional contra la decisión y además propuso recortar 15 mil millones de pesos a programas sociales para destinarlos a cubrir lo que el veto presidencial les impidió. Lo genial de estos pleitos es que los ciudadanos pagamos los platos rotos. Se supone que lo que el Presidente no quiso dar iba a ser para los afectados, que se quedaron sin cosechas ni animales. Y ahora, lo que los diputados van a conseguir, es porque se lo van a quitar a programas como Procampo, Caminos Rurales, Seguro Médico, Adultos Mayores. ¿De quién, entonces, se están vengando?
    Hace unos años la cosa no era así. Por ejemplo, durante las inundaciones en Tabasco se arremangó la camisa y se puso a llenar sacos de arena y a coordinar la ayuda. Entonces todavía no estaba tan enojado. Dicen que la burra no era arisca, pero nuestros dilectos diputados y senadores se encargaron de convertirla: 14 años de parálisis legislativa con tal de que el Presidente en turno no se cuelgue alguna medalla. Y Calderón, pues no es una perita en dulce. Trasluce su enojo en cada intervención pública, en cada uno de sus nombramientos, en sus gestos faciales y corporales así como en sus acciones y decisiones.
    El problema es que a estas alturas, la venganza va contra todo y contra todos. Por ejemplo: hay una suspensión de pagos (de la que no se habla) por parte de instituciones y oficinas del Gobierno federal: no están cubriendo rentas de inmuebles ni facturas de bienes y servicios y no le están entregando su dinero completo a los estados.
    La explicación podría ser muy simple: según el panista Rafael del Olmo se están financiando las campañas con recursos públicos. Pero yo creo que la cosa es todavía peor: se está castigando a los que le han impedido hacer, pero también a los que le han hecho críticas. Y no importa que este proceder dé lugar a una verdadera cadena de desastres, porque los gobiernos locales no pueden cubrir sus adeudos (los legales y los por abajo del agua) con burócratas y trabajadores, ni cumplir sus programas y porque los ciudadanos y empresas que viven de proveer bienes y servicios al Gobierno no pueden aguantar y revientan. Esto ya sucedió en el DF en tiempos de AMLO.
    De repente hasta parecen inocentes aquellos tiempos en que el último año de un sexenio era el de Hidalgo, todos metiendo mano en el botín y la corrupción floreciendo, pero por lo menos no le quitaban a la gente el pan de la boca y la dejaban trabajar. En cambio, ahora, entre campañas, manos en el botín, corrupción, pleitos y venganzas entre Ejecutivo y Legislativo, Gobierno federal y gobiernos locales, partidos e instituciones, intelectuales y políticos, los ciudadanos vivimos en plena vulnerabilidad.
    Con razón quienes nos han estudiado y nos conocen bien, desde Alain Touraine hasta Samuel Huntington, insisten en que "el problema de México es su liderazgo político". Algo, por cierto, que los ciudadanos sabemos muy bien y comprobamos a cada rato. Aunque, a decir verdad, no podemos olvidar que esos políticos no cayeron del cielo, sino que salieron de nosotros, de la sociedad de la que también los ciudadanos formamos parte.

    sarasef@prodigy.net.mx
    www.sarasefchovich.com
    Escritora e investigadora en la UNAM