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"Derecha engallada"

"El revés jurídico del foxismo, en el caso de la defenestración de Gómez Urrutia, se inserta en un ambiente político enrarecido por el desencuentro de la derecha con la mayoría perredista en la Asamblea Legislativa del DF."

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16/04/2007 00:00

    Saúl Valdez / Fernanda González

    Para el Grupo Minero México, el ex Presidente Fox, y, en suma, el núcleo duro del foxismo de raigambre yunquista, la reposición de Napoleón Gómez Urrutia como máximo líder del Sindicato Minero, según lo dispuesto por el cuarto tribunal colegiado en materia laboral, ha sido un golpe demoledor al confirmarse, en definitiva, la confabulación urdida en las postrimerías del sexenio foxista para defenestrar a "napito" y enquistar, conforme al rancio estilo del priato mediante el tácito aval de la Presidencia de la República, a un esquirol del tamaño de Elías Morales como nuevo líder del poderoso Sindicato (17/02/006).
    Para lo cual la STPS dio por buena documentación apócrifa, con una rúbrica falsa, la del primer vocal, Juan Luis Zúñiga, tal y como denunció éste y pudieron determinarlo peritos de la PGR, libres al fin de las intensas presiones "del más alto nivel" para postergar su dictamen o alterarlo.
    Se trata de una decisión inapelable. Lo cual obliga a la STPS a desandar lo andado, restituyendo a más tardar para hoy lunes 16 de abril la toma de nota en favor de Napoleón Gómez Urrutia como dirigente del SNTMMSRM.
    Sorprendido por el curso de los acontecimientos, el ex Presidente Fox balbuceó con ostensible enfado que "nada tuvo que ver" al respecto, tras presidir en León, Guanajuato, la entrega de más de 4 mil dotaciones de cereal marca Kellogs por parte de la fundación Vamos México que su esposa Marta preside. Quien, desafiante, se ha referido a su marido como "el Presidente Fox", demostrando su ardor sobre todo por la nueva comisión especial de la Cámara de Diputados que proseguirá las investigaciones sobre tráfico de influencias que involucran a sus vástagos.
    Semejante reaparición protagónica de la ex pareja presidencial semeja una advertencia a Felipe Calderón para que no ceda a la tentación de legitimarse a sus costillas.
    Más todavía ante un posible rápido desencanto ciudadano por el incumplimiento de muchas de sus promesas de campaña. Pero, especialmente, por el evidente fracaso de los mega operativos de seguridad pública, con la participación de las fuerzas armadas, ordenados por el Presidente Calderón desde el comienzo de su mandato, apostando a legitimarse por esa vía tras la cuestionada elección presidencial del 2 de julio.
    No obstante, los indicios del sesgo foxista para tumbar a Gómez Urrutia de la dirección del Sindicato Minero se acumulan en forma inexorable.
    Como se recordará, el Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, declaró que tras el estallido en la mina Pasta de Conchos, el entonces Presidente Fox le pidió "encontrarle algo" a Napoleón Gómez Urrutia para fincarle cargos penales y aliviar las presiones contra la empresa y el Gobiernos federal por la trágica explosión. Moreira afirmó tener pruebas de su dicho, sugiriendo que grabó sus conversaciones en Los Pinos.
    Llegó la hora de que una autoridad le solicite, en el marco de las investigaciones de la PGR sobre el caso, las pruebas de sus dichos que involucran al ex Presidente Fox, el ex secretario de Trabajo, Francisco Javier Salazar, y al ex secretario de Gobernación Carlos Abascal Carranza, presentes en la reunión donde según Moreira el Presidente le hizo una petición indecorosa.
    Convertido por obra y gracia del foxismo yunquista, que aún domina las estructuras dirigentes partidistas, en secretario general adjunto del PAN, Carlos Abascal Carranza reaccionó con torpeza ante el curso de los acontecimientos, declarando cándidamente que la STPS no tiene obligación ni responsabilidad de validar la autenticidad de las firmas de los documentos que los sindicatos le envían, pues actúa de "buena fe".
    Afirmación en verdad dolosa dado el insoslayable contexto de violencia y golpes de mano prevaleciente en el Sindicato Minero y la denuncia ante la PGR sobre una firma falsificada en el documento donde se destituye a Gómez Urrutia y "se elige" a Elías Morales.
    Los Fox y sus leales se escudan en un cinismo pueril. Sin embargo, verdad histórica y verdad jurídica coinciden, quedando al desnudo una deleznable operación política "de Estado" en agravio de la autonomía sindical que grosso modo cobró la vida de dos trabajadores de Sicartsa y lastimó la producción minera-metalúrgica de México.
    Pero ante los graves aprietos por un eventual deslinde de responsabilidades administrativas y penales contra altos ex funcionarios del Gobierno federal, y aun contra el Presidente Fox, si el testimonio del Gobernador Moreira de Coahuila se acompaña con pruebas, alguien sustrajo ilegalmente los documentos originales más relevantes de la averiguación sobre la legalidad de la toma de nota con que se reconoció como dirigente del SNTMMSRM a Elías Morales.
    Semejante robo de documentación precipitó la caída del delegado de la PGR en el DF, Armando del Río Leal, quien junto a otros funcionarios está sujeto a investigación, bajo custodia de policías federales "de manera voluntaria" en su domicilio.
    Se sabe que Del Río Leal tardó más de nueve horas en informar a su superior jerárquico de dicha sustracción ilegal. En todo caso se sospecha de la mano larga del foxismo herido.
    No podemos soslayar que el revés jurídico del foxismo, en el caso de la defenestración de Gómez Urrutia, se inserta en un ambiente político y social enrarecido por el desencuentro de la derecha más reaccionaria y clerical con la mayoría perredista en la Asamblea Legislativa del DF, que se propone despenalizar el aborto.
    Grupúsculos de ultraderecha anclados en el Concilio de Trento, hicieron su aparición frente a la sede de la ALDF, distribuyendo un volante donde "decretan pena de muerte a los promotores del genocidio de niños y niñas mexicanas con el maldito aborto", al par que "declaran la guerra al terrorismo sembrado por judíos y masones contra la familia mexicana".
    Tan borrascoso cuadro nacional se completa con la provocación que implica el atuendo de mujer cristera (con cartuchera, imagen de la virgen de Guadalupe y dibujos de cristeros fusilados o ahorcados) conque la sinaloense Rosa María Ojeda participará en el concurso de belleza Miss Universo representando a México.
    Tamaña frivolidad ofende la memoria de miles de combatientes cristeros caídos en combate, lo mismo que la de los soldados federales muertos en acción.
    Lorenzo Meyer tiene razón: con su segundo triunfo presidencial al hilo y el poder mediático a sus pies, la derecha está engallada.
    dmartinbara@hotmail.com