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"Reflexiones"

"El valor del compañerismo y la amistad"

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11/07/2015 00:00

    Héctor Tomás Jiménez

    'El compañerismo se busca y se fomenta, en tanto que la amistad se encuentra y se cultiva'.
    JM
    El hombre es gregario por naturaleza, pues desde el inicio de la noche de los tiempos, el hombre vive en grupos que le permiten acompañamiento para la defensa e interacción con el medio ambiente. Contrario sensu, la soledad es un estado anímico que provoca emociones negativas como son el miedo y el desamparo. Para vencer esto último, el hombre ha buscado siempre vivir en grupos afines, generando lazos fuertes de unión de los cuales han nacido las razas y las culturas en el mundo.
    La mayor afinidad que surge por la cercanía de las personas que viven en comunidades, es la amistad y el compañerismo. De la amistad, suele decirse que es un sentimiento muy especial que contiene respeto y lealtad hacia el otro con el cual buscamos igualmente confianza, amor, respeto y comprensión. Un amigo es aquella persona que va a estar contigo en los momentos de alegría o tristeza que siempre te va apoyar y a dar buenos consejos.
    Por su parte, compañerismo, como su palabra lo indica, significa acompañarse, estar uno al lado del otro compartiendo vivencias, experiencias, ideas o proyectos, relación en la que aunque no se genere un lazo tan fuerte como el de la amistad, permite que se vivan situaciones con grandes descargas de emoción como realizar actividades. En pocas palabras, el compañerismo se busca y se fomenta, en tanto que la amistad se encuentra y se cultiva.
    Los conceptos se entienden mejor con el ejemplo, por ello, narraré la historia que vivieron en algún momento de sus vidas dos amigos y compañeros. La historia dice así: "Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un grupo de amigos, sin ningún aviso dejó de asistir y participar en las actividades que cotidianamente realizaban. Después de algunas semanas, una noche muy fría el líder de aquel grupo decidió visitarlo. Encontró al hombre en casa, en una completa soledad y con un aire de tristeza y desolación. Estaba sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una salita cerca de la chimenea, lo invitó a sentarse, hizo lo propio y se quedó quieto, esperando alguna pregunta que iniciara la conversación; sin embargo, solo se hizo un prolonga do silencio. Los dos hombres solamente contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían en la chimenea. Al cabo de algunos minutos, el líder, sin decir palabra, se levantó, examinó las brasas que se formaban y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola con unas tenazas a un lado del resto de los troncos ardientes. Volvió entonces a sentarse, permaneció silencioso e inmóvil después de solicitar permiso para fumarse una pipa. El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado pero inquieto. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente. En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío e inerte pedazo de carbón recubierto por una leve capa de ceniza. Muy pocas palabras habían sido dichas desde el ritual saludo entre los dos amigos. El líder, antes de prepararse para salir, con las tenazas tomó de nuevo el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. De inmediato la brasa se volvió a encender, alimentada por el calor de los carbones ardientes en torno suyo. Cuando el dirigente se despidió y se dirigió a la puerta para retirarse, el anfitrión emocionado solo alcanzó a decirle: --¡Gracias amigo por tu visita y por tu bellísima lección! --Pronto regresaré al grupo. Se dieron las buenas noches y un fuerte abrazo. Entonces, ¿Por qué se extinguen los grupos? Muy simple: porque cada miembro que se retira le quita el fuego y el calor al resto. A los miembros de un grupo vale recordarles que ellos forman parte de la llama y que lejos del grupo pierden todo su brillo y la soledad los consume y entristece. A los líderes vale recordarles que son responsables por mantener encendida la llama de cada uno de los miembros y por promover la unión entre todos ellos, para que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero". (Fin de la historia)
    Moraleja
    La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tiene en la vida, se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia, nace cuando las personas encuentran inquietudes comunes, en tanto que el compañerismo es el sentimiento de unidad entre los integrantes de alguna comunidad o grupo, y que se forman con alguna finalidad, pero que en esencia es combatir la soledad.