"El vuelo del abejorro"

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13/07/2013 00:00

    Sugey Estrada/Hugo Gómez

    El vuelo del abejorro es un conocido interludio de frenético ritmo compuesto por Nikolai Rimski-Korsakov para cerrar el acto tercero de su ópera, El cuento del zar Saltán.
    Esta pieza musical ha sido difundida en muchas interpretaciones por manos ágiles y habilidosas, pero fue también muy popularizada al convertirse en el tema de la serie El avispón verde.
    De acuerdo a las leyes de la aerodinámica el abejorro debería ser incapaz de volar, debido al peso de su cuerpo en comparación con el tamaño de sus alas y al movimiento por segundo que éstas pueden alcanzar.
    En el libro El vuelo de los insectos, escrito en 1934, varios científicos aplicaron las ecuaciones de resistencia al aire que ejecutaban los aviones y los insectos, y concluyeron que el abejorro no debería poder volar.
    Sin embargo, a nuestro amigo abejorro estas conclusiones científicas le tienen sin cuidado, porque con gran ironía quevediana él sigue volando.
    Un físico argentino de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Fernando Minotti, resumió en una fórmula matemática la razón que permite que los abejorros logren sustentarse aun con los movimientos más osados y no se estrellen contra el suelo.
    La justificación parece estar en una especie de remolino que se forma en cada una de sus alas, el cual regulariza el flujo de aire en el borde delantero y persiste con todos los cambios de movimiento.
    La lección del abejorro es que nadie debe poner límites a nuestros sueños, deseos y aspiraciones. Tal vez ciertas condiciones y circunstancias dificulten la consecución de nuestras metas, pero eso no quiere decir que se vuelvan imposibles. El abejorro vuela porque nadie lo disuadió de que no podía volar.
    ¿Hago caso de las voces disuasivas? ¿Permito que alguien imposibilite mi vuelo?


    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf