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"Mazatlán podría ser la tumba del PRI"

"En el caso de Mazatlán, el predominio que ha tenido el PAN en los últimos 20 años y la veleidosidad democrática con la que se comporta el elector porteño explicarían en esta ocasión su preferencia por la alternancia"

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15/05/2010 00:00

    Noroeste / Pedro Guevara

    Tanto encuestadores como columnistas políticos pronostican que en las próximas elecciones, el centro del estado será para Jesús Vizcarra, y norte y sur para Mario López Valdez. El pronóstico no es difícil de sostener. La principal influencia y trayectorias políticas de uno y otro se han dado principalmente en Culiacán, para Vizcarra, y en Ahome, para Malova.
    En el caso de Mazatlán, el predominio que ha tenido el PAN en los últimos 20 años y la veleidosidad democrática con la que se comporta el elector porteño explicarían en esta ocasión su preferencia por la alternancia.
    Si los comportamientos electorales en los tres principales municipios van a ser así, la pregunta importante es, entonces, cuáles serán los porcentajes que obtendrán los candidatos en cada una de las zonas.
    Al parecer, el margen de ventaja que obtenga Malova sobre Vizcarra en Ahome será grande, y el que obtenga el candidato del PRI sobre el representante de la Alianza en Culiacán también será alto. La diferencia en la ventaja que cada uno tiene dentro de sus municipios de mayor influencia es que Culiacán tiene muchos más electores que Ahome.
    Si la competencia entre Vizcarra y Malova se limitara a las zonas centro y norte de Sinaloa, muy probablemente ganaría el ex Alcalde de Culiacán, pero, lamentablemente para el ganadero, Sinaloa no es tan sólo su capital.
    Si el escenario descrito es cercano a la realidad, entonces, la zona sur, y más particularmente Mazatlán, serán el fiel de la balanza de las próximas elecciones.
    Pocos dudan que Mazatlán regresará a manos del blanquiazul. El acertijo está en descubrir cuál será la diferencia con la que ganen Mario López Valdez y Alejandro Higuera, y muy probablemente también Carlos Felton y Salvador Reynosa, sus candidatos a diputados. Es decir, por primera vez el PAN tendría carro completo en Mazatlán.
    ¿Cuál es el argumento fuerte para sostener que el PAN y sus aliados se llevarán todo en Mazatlán? El pésimo desempeño de Jorge Abel López Sánchez en la alcaldía mazatleca.
    No es exagerado decir que la carga más pesada para Jesús Vizcarra en su lucha para ser Gobernador de Sinaloa es Jorge Abel López Sánchez.
    Probablemente nunca en la historia de Sinaloa, o por lo menos desde que se hacen encuestas para medir los grados de aceptación que manifiestan los ciudadanos por sus alcaldes, un gobernante había sido tan severamente calificado como Jorge Abel López Sánchez.
    López Sánchez, Presidente Municipal de Mazatlán, fue quien recibió la peor calificación por parte de los ciudadanos evaluados en una consulta que publicó El Debate, el pasado 6 de abril.
    "Además de ser el único alcalde con promedio reprobatorio, una mayoría del 81 por ciento no volvería a votar por él. El de López Sánchez también es el único caso donde los encuestados prefieren a la administración anterior", reveló el mencionado diario.
    La anterior cifra no quiere decir que necesariamente el 81 por ciento de los votantes mazatlecos votarían contra el PRI el próximo 4 de julio, pero sí es un relevante indicador del juicio que tienen los ciudadanos sureños sobre su Alcalde y el partido gobernante.
    ¿Por qué el juicio sobre Jorge Abel también es un juicio del PRI?
    La primera parte de la respuesta es muy elemental: porque Jorge Abel es militante de ese partido, pero una segunda parte, no menos importante, sería que el tricolor, incluyendo al Gobierno de Sinaloa, ha solapado las malas artes del Alcalde.
    Es muy probable que Miguel García Granados, el candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Mazatlán, con su campaña y capacidad política logre restañar algunas de las más grandes heridas que ha dejado Jorge Abel en el cuerpo ciudadano; de hecho, por tal razón lo obligaron a dejar su curul en San Lázaro, pero será insuficiente para sanar fracturas tan graves .
    García Granados sabe que lo enviaron al sacrificio, quizá le ofrecieron alguna recompensa en el Gobierno del Estado si es que gana Jesús Vizcarra, pero eso no parece animarlo mucho; sus declaraciones y acciones no parecen muy llenas de entusiasmo.
    Nadie puede entrar a una campaña con la convicción de ganar cuando su partido ha dejado un desastre en Mazatlán.
    Jorge Abel López Sánchez se defiende como gato bocarriba de los múltiples reclamos, denuncias, críticas y exigencias que se le hacen constantemente en los medios, pero no ha podido ni podrá revertir el negativo juicio que ya cayó sobre él y que afecta pesadamente a Vizcarra.
    Es más, lo que se dice en los medios de su Gobierno sólo es una minúscula parte de lo que se habla cotidianamente entre empresarios, amas de casa, estudiantes y profesores, y los mismos empleados de Gobierno. En la cola de las tortillas, cafés, "pulmonías", autobuses, reuniones familiares y oficinas, en todas partes, se escuchan las quejas, lamentos e insultos a la actual administración municipal.
    El gran problema para el PRI en Mazatlán siempre ha sido que tiene un mucho menor control social, ideológico y político sobre la población que el que tiene en Culiacán, por ejemplo.
    Si el tricolor, con Vizcarra o quien sea, puede presumir altas preferencias electorales en la capital sinaloense es porque hay una población férreamente sujeta al control corporativo del Gobierno. El voto más seguro para el PRI procede tanto de las zonas rurales, el llamado voto verde, como de los empleados públicos. Debido a que Culiacán concentra la inmensa mayoría de la burocracia administrativa estatal y la mayoría de las instituciones educativas públicas ha podido mantener un gran capital político.
    La enorme presión que se ejerce sobre los empleados de Gobierno y el autoritario control que se tiene sobre los maestros del sector público, con la amenaza de los despidos u otros castigos y/ o recompensas, cumple su eficaz papel.
    Al tradicional control corporativo que ejerce el Gobierno del Estado y los sindicatos afines se han sumado otros dos intentos de control autoritario: el de las tiendas Coppel y el de Cuenta Conmigo en la UAS.
    Enrique Coppel ya tuvo un ejercicio corporativo exitoso en las elecciones presidenciales de 2006 cuando presionó a sus empleados a votar por Felipe Calderón. Ahora, para las elecciones sinaloenses, intentó recurrir nuevamente a una carta en la que "sugería" votar por su amigo Jesús Vizcarra, pero, de último momento, declinó hacerlo. Aun así, es de todos conocido su activismo para favorecer a otro poderoso empresario como él.
    La antes libérrima y electoralmente plural Universidad Autónoma de Sinaloa, quiere ser corporativizada por Héctor Melesio Cuén. Lo ha logrado con los directivos, empleados de confianza, la burocracia sindical, el Consejo Universitario y muchos maestros, pero todavía no con la inmensa mayoría de los profesores y estudiantes. El caciquismo cerril de Cuenta Conmigo ha logrado penetrar en una atmósfera de crisis moral de la sociedad sinaloense; sin embargo, el sector universitario, aún hoy en día, es más volátil que cualquier otro y nada garantiza que sus mayorías votarán por una fórmula autoritaria y menos con los antecedentes tan oscuros del negocio político de Elba Esther Gordillo.
    Las circunstancias antes descritas favorecen la candidatura de Jesús Vizcarra en Culiacán. Los más grandes empresarios lo apoyan, de eso no hay duda, los empleados públicos también y amplios sectores populares, pero no parece tenerlas todas consigo entre las capas medias de la sociedad.
    En Mazatlán, por el contrario, el pequeño tamaño de la burocracia estatal y el alejamiento de la municipal de Jorge Abel, le rinde magros votos al PRI. Hay, es cierto, otras organizaciones corporativizadas, como los taxistas y los maestros, pero son poco significativas ante una ciudadanía comprobadamente independiente y crítica que castiga a cualquier partido político que actúe mal. En este caso reprueba severamente a Jorge Abel López Sánchez; lo cual lamentará con dolor Jesús Vizcarra.