"En un artículo publicado hace algún tiempo en la revista Letras Libres, el escritor Mario Vargas Llosa hizo lo que llama un 'breve discurso sobre la cultura' en el que expone sus ideas sobre este tema"
En un artículo publicado hace algún tiempo en la revista Letras Libres, el escritor Mario Vargas Llosa hizo lo que llama un "breve discurso sobre la cultura" en el que expone sus ideas sobre este tema.
Para él, la palabra cultura se entiende de manera más amplia que en el modo renacentista. Si éste la limita a la literatura y las artes, el escritor en cambio la concibe como "la reivindicación de un patrimonio de ideas, valores y obras de arte, de unos conocimientos históricos, religiosos, filosóficos y científicos en constante evolución y el fomento de la exploración de nuevas formas artísticas y literarias y de la investigación en todos los campos del saber".
Y sin embargo, de todos modos su definición aún se reduce a la misma idea según la cual la cultura es una parte del saber humano y, por lo tanto, hay quienes la tienen y quienes no.
Pero el concepto cultura también tiene otra acepción. Es aquella que se refiere a los saberes que adquirimos a través de la socialización, dicen Luckman y Berger, ese cuerpo de verdades acerca de la realidad, ese sistema integrado e internalizado con el que pensamos, vivimos, hablamos, callamos, nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza, como apuntó Geertz, que es tanto cognoscitivo como normativo y que no es específico de un individuo sino que se comparte socialmente.
La cultura es lo que nos permite estar, ser y actuar en el mundo, pues como lo pone Todorov: "Todo ser humano nace dentro de una cultura determinada. Felizmente para él, así no tiene que partir de cero a la hora de organizar el conjunto de sus experiencias, algo que estaría por encima de sus fuerzas. Aprende su cultura a través de la lengua y las tradiciones de su grupo, es un canon, conocimientos compartidos por todos".
Cuando se entiende así el concepto, resulta que no es posible tener o no cultura, porque nadie en ninguna sociedad se puede desprender de ella.
A Vargas Llosa este modo de ver las cosas no le gusta. Lo considera antropológico, porque fueron los antropólogos quienes quisieron comprender de manera total a las sociedades que estudiaban y llamaron cultura a la suma de creencias, conocimientos, lenguajes, costumbres, atuendos, usos, en fin, todo lo que un pueblo dice, hace, teme o adora, aboliendo las fronteras entre cultura e incultura y dándole la misma dignidad a todo lo que sucede en ellas y a todas las culturas. Según el escritor, este modo de entender la cultura ha generado confusión pues ya no hay manera de saber qué es cultura y qué no lo es.
A mí sin embargo me parece que sería muy fácil salvar el escollo si se acepta que se trata de dos cosas diferentes aunque sólo exista un único término para nombrarlas. La solución podría ser ponerle mayúscula a la definición amplia de Cultura y minúscula a la definición restringida. Así podríamos usar la primera para referirnos al cuerpo de verdades válidas acerca de la realidad que se comparten colectivamente y la segunda, para referirnos, como decía Monsiváis, a "la ronda de libros y conciertos y discos y obras de teatro y películas y discusiones intelectuales".
En su discurso ante la Academia Sueca a raíz del Premio Nobel, Vargas Llosa insistió en defender su concepción de cultura, cuando se dedicó durante casi una hora a elogiar a la literatura como "representación de la vida". Pero el escritor es demasiado brillante para pretender que no entiende la diferencia con el otro modo de definir el concepto, pues él mismo afirma en el artículo citado que la cultura es ese algo que antecede y sostiene al conocimiento y que permite establecer jerarquías y preferencias. Y da varios ejemplos con los cuales queda claro que este modo amplio de entender el concepto le queda bien claro a él.
Hoy festejamos el galardón concedido a Mario Vargas Llosa, no nada más porque es un novelista gigante (que es lo que destacaron los señores de la Academia como razón para otorgárselo) y un enorme estudioso y amante de la literatura, como hizo ver en su discurso, sino también porque es un pensador lúcido que siempre nos está provocando a pensar.
sarasef@prodigy.net.mx
Escritora e investigadora en la UNAM