"Este artículo debería tener un final, pero esto no es posible porque ante los escándalos cualquier posición definitiva da lo mismo"
SUGEY ESTRADA / JESÚS LÓPEZ / HUGO GÓMEZ
Este artículo podría comenzar así: "Y en aquel día se borraron las ocho columnas de los diarios y quedó desocupado el tiempo dedicado a las entrevistas en Tiempo Triple A, y las sobremesas se usaron en comentarios más bien desinformados sobre el centenario de la Teoría de la Relatividad, y en las conversaciones telefónicas irrumpía el silencio, y muchos sacerdotes se negaron a sentarse en el confesionario porque no había ya alusiones a los pecados terribles de los vecinos". O, también, este artículo podría llevar el siguiente parágrafo inaugural: "En el Congreso de Levantadores de Encuestas el ánimo que se observa fue de gran pesadumbre. Sin el ingrediente del "¿Ya supiste? Está cañón el asunto", las encuestas nacen muertas o, por desdicha, centradas hasta lo último en los talentos y las virtudes de los políticos y las políticas, es decir, nacen muertas. Más que todo: las encuestas han resultado tediosas a grados inauditos, y no varían en lo mínimo, la uniformidad en los porcentajes es la muerte de la República. O este artículo podría debutar con estas líneas letárgicas: "En un encuentro ayer en la ciudad de Puebla, el Congreso de Comunicólogos Concienzudos llamó a todos los profesionistas del ramo a no desesperarse. Volverán los buenos días, aseguró entre crispaciones faciales el presidente del Congreso. "No hay por qué preocuparse. La humanidad, míticamente, nació mientras se difundían las noticias del primero de ellos ("Casero expulsa a pareja nudista"), y así seguirán hasta el día último, con ellos a la cabeza de los temas del día, la semana, el año y el siglo." Todo lo anterior, desde luego, a causa de la extinción o desaparición de los escándalos. Comentarios en una tarde de aflicciones mediáticas. - Sin escándalos no se advierte el desarrollo ético de la sociedad. - A cada escándalo, mayor es la identificación de morbo y vida cotidiana, y ésa es siempre una ventaja y quien lo niegue será un hipócrita. - Si no hay escándalos, ¿cómo vamos a decir con mínima autoridad: "Este país no tiene remedio"? - El escándalo de antes me gustaba más porque duraba muy poco y nunca se rehabilitaba a los culpables. - ¿Cómo puedes decir eso? Un escándalo que dura poquito es tan fraudulento que debería estar severamente penado. Cárcel para los incapaces de causar escándalos que se apagan en medio de los bostezos del Ministerio Público o de los reporteros. - Una duda: ¿el asesinato de Abel fue un escándalo en su tiempo? - Depende, si Caín no pisó la cárcel porque pagó fianza, sin duda fue un escandalazo. - A los escándalos financieros deberían fijárseles un mínimo: o más de 5 millones de dólares o no hay escándalo. - Qué bruto eres, ¿y perdernos así nomás los escándalos de corto plazo? Entre ellos hay joyas, relatos maravillosos, y ya desde el punto de vista del chovinismo burocrático son los que movilizan en serio a las oficinas donde laboraban los culpables. - Escándalo sin video adjunto es como un poema sin palabras y sin imágenes. - No es cierto, a veces bastan declaraciones, demandas, forcejeos en las entrevistas y la foto de un avión privado que el dueño compró con el puritito sudor de su frente. - Escándalo sin video es como amor de padre sin herencia adjunta. - Los adulterios ya no son causa de escándalo. - Eso lo dices porque eres soltero. - Eso lo digo porque los adulterios ya sólo se comentan en función de la importancia del engañado o la engañada, o del o de la que pone los cuernos. Entonces, debe adjudicarse el escándalo a una razón extramoral y no a un sucedido extramarital. Declaraciones a los medios con declarantes que pidieron no identificarse por temor a no escandalizar. - "Un día sin escándalos" puede ser el título de un videoclip de un minuto. Ese tema no da para más. - Hay que ser honestos. El escándalo es el motor del progreso. ¿Quién se acordaría de Maximiliano sin el escándalo de una emperatriz enloquecida en los pasillos del Vaticano? ¿Quién recordaría a don Antonio López de Santa Anna sin el escándalo que causó el que le cargara al erario sus pérdidas en las peleas de gallos? - He oído que hay quien le atribuye virtudes históricas al escándalo. No, jamás, es el motor del progreso, ése es, sin duda, la comercialización del escándalo. Aquí sí fue primero la gallina, lo que no le quita méritos al huevo. - Como teólogo me permito una pregunta: ¿por qué en la Biblia no hay registro de escándalos por malversación? Alguno hubo, algún jefe de tribu contó mañosamente las ovejas de la comunidad el día de la venta, a lo mejor hubo padres de familia en Egipto que negociaron con Moisés para que a ellos no les tocaran las plagas. Aunque pensándolo bien, eso último es información privilegiada. - Presido una asociación psicoanalítica y le anticipo lo siguiente: cada año disminuye el valor atribuido a las funciones catárticas del escándalo. Hay pacientes que me aseguran que ni siquiera cuatro grandes escándalos a la semana evitan que piensen en sus propios asuntos. - Lo de los escándalos es un complot de la derecha para desviar la atención del país, y lograr que no se analice a fondo y a diario el pensamiento de Fidel Castro. - Lo de los escándalos es un complot de la izquierda para que no nos fijemos en su intento de convertir el país en un campo de concentración. Este artículo debería tener un final, pero esto no es posible porque ante los escándalos cualquier posición definitiva da lo mismo.