Sugey Estrada/Hugo Gómez
En la revista Alto Nivel se publicó un artículo sobre el libro Ética para la empresa, de Fernando Savater, en donde el filósofo español considera que el empresario debe contar con varias virtudes: audacia, capacidad de identificar el interés común, prudencia, responsabilidad, eficacia, confianza y capacidad de establecer niveles de moralidad socialmente aceptables con los recursos humanos para el buen funcionamiento de la empresa.
Además, propuso seis reflexiones vitales:
1. El olvido de la experiencia.
La "obsesión juvenil" lleva a que la persona de experiencia no se perciba como gente valiosa, sino como alguien de quién liberarse.
2. Para que la empresa sea productiva debe atender a cuatro principios deontológicos:
a) Comunicación: capacidad de escuchar, respetar y fomentar las proposiciones e intervenciones de los demás.
b) Autoridad: capacidad de despertar, aumentar y hacer crecer las cualidades de un trabajador.
c) Motivación: creatividad y sensación de utilidad del empleado; saber que aporta en todos los aspectos.
d) Responsabilidad social: asumir de manera decidida una postura a favor de la educación y de lucha contra la pobreza.
3. Buenas acciones = buenas consecuencias.
Atender al consecuencialismo, para contrastar las buenas ideas con las acciones que generan. A la vez, dar prioridad a la búsqueda de las verdaderas riquezas.
4. Revaloración de la ética.
No hace falta inventar una nueva ética sino cumplir la que ya existe, la cual no se aprende con un curso y una evaluación.
5. No utilizar la ética de forma cosmética.
Las empresas pueden caer en debilidades como la mentira, la cobardía y la avaricia.
6. La ética es una práctica individual. Hay pautas de funcionamiento para los miembros de la empresa, pero la decisión personal es la principal; es el espacio íntimo en el que no existe castigo, sanción u obligación.
¿Actúo éticamente?
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