Claudia Beltrán/Marcos Vizcarra
Francisco Javier García Cabeza de Vaca tiene un nombre con tono de prosapia. Las encuestas en Tamaulipas lo colocan como el aspirante a la gubernatura que más conocen, por lo que la semana pasada en la Ciudad de México, el PAN le arregló un road show por algunos de los principales noticieros de radio, donde el hoy Diputado local se presentó como la carta azul para arrebatarle el poder al PRI. No hay duda que es conocido García Cabeza de Vaca.
Quizás por eso es tan extraño el Presidente Felipe Calderón y el líder nacional del PAN, César Nava, apoyen a este hombre que es una ficha de cuidado.
García Cabeza de Vaca es un personaje muy propio de la cultura mexicana, que olvida fácilmente las biografías y el pasado de las personas.
Pero en su historial acumula acusaciones de fraude, robos, tráfico de influencias, y nepotismo.
Su vida ha estado definida por relaciones con delincuentes y escándalos judiciales. También por presiones a políticos y periodistas tamaulipecos que se han atrevido a denunciarlo y a tratar, sin éxito, de frenarlo.
En el sexenio pasado lo protegió Manuel Bribiesca, el hijo de la inefable ex primera dama Marta Sahagún, y hoy parece tener endosado ese blindaje en el PAN nacional.
García Cabeza de Vaca se ha venido defendiendo de todas las imputaciones, que no niega en su mayoría, con el argumento de que como él fue un operador de Calderón durante la campaña presidencial, el Gobernador Eugenio Hernández ha querido acabarlo.
No hay pruebas que demuestren que eso sea cierto, pero aún si fuera verdad el señalamiento, está claro que ni el Mandatario estatal, ni el PRI tamaulipeco, ni todas las voces autónomas que se han levantado en su contra, han podido hacerlo. Ha resultado más poderoso que todas las fuerzas vivas desatadas en su contra.
Pero contra lo que no puede luchar, es con su pasado, de muy alto perfil, desde muy joven.
El 9 de febrero de 1986 marca el derrotero. Es una fotografía donde aparece con el copete sobre su frente, casi a la altura de sus largas cejas, los ojos caídos y sin sonrisa.
Se trata de la ficha con la que lo tiene registrado la policía de McAllen, Texas, poco después de haber sido arrestado en el estacionamiento de unos cines en esa ciudad fronteriza, por haber robado varias armas de fuego.
García Cabeza de Vaca no iba solo. También detuvieron a sus amigos, Antonio Barba Villanueva, Alfredo Cerda Ramos y Alberto Gómez, que no viven para contarlo.
El primero fue asesinado en 1999, el segundo en 1998, y el tercero en 2000. Por alguna razón, lo sigue ese tipo de muertes.
En enero de 2005, durante su campaña para Presidente Municipal de Reynosa, su jefe de seguridad René Izaguirre, apareció ejecutado en una carretera, presuntamente por una disputa con el cártel del Golfo.
Una vez instalado como Alcalde de aquella ciudad fronteriza, su Gobierno autorizó a Osiel Cárdenas, el jefe del cártel, actualmente preso en Estados Unidos, el uso del estadio de béisbol en 2006 para realizar el festival del Día del Niño.
Veinte mil menores recibieron ese día más de 22 mil juguetes, acompañados por un mensaje de Cárdenas.
La PGR interveno en el asunto, y declaró a varios funcionarios de su administración.
García Cabeza de Vaca dijo que desconocían que atrás del festival estaba el Cártel que controla hoy en día amplias fajas territoriales en Tamaulipas, particularmente en la frontera.
García Cabeza de Vaca ha salido bien librado cuando lo vinculan al narcotráfico, aunque el olor de los cárteles lo persiguen.
Por ejemplo, apenas en agosto detuvieron en San Juan, Texas, a Alfredo Leal Guerra, con 25 kilogramos de cocaína, quien había sido su subdirector operativo de Seguridad Pública, y en el momento de su arresto era su escolta.
La DEA sigue investigando el caso, como en México, la PGR tiene abierta una investigación contra su suegro, por presunta "ordeña" de ductos de Pemex por 500 mil litros.
La "ordeña", que es uno de los grandes problemas de la paraestatal, está cada vez mas vinculada a la delincuencia organizada.
El diputado local, sin embargo, no parece tener problema alguno con nada. Resolvió un juicio mercantil promovido por Banca Confía en 1994 por un adeudo de más de 200 mil pesos y arregló, mediante el pago, un juicio similar con Citibank en 2000. Perdió en 1998 una demanda de su casateniente, a quien no le pagó renta durante dos años, pero otro presunto fraude por la venta de un rancho hipotecado y por un allanamiento de morada, quedaron en reserva.
Como Alcalde de Reynosa amarró la relación con el hijo de Marta Sahagún, a través del nombramiento de Sergio Amaury Flores como director de Tránsito durante su Presidencia Municipal.
En 2005, Amaury Flores, junto con Ismael, el hermano de García Cabeza de Vaca, y otros dos ex colaboradores en el municipio, crearon la Corporación Difusora del Noreste en Reynosa, con el propósito de obtener concesiones de radio y televisión, así como estaciones terrenas de satélites.
Y al año siguiente, crearon otra empresa idéntica, en Matamoros, Corporativo de Radio del Norte.
En paralelo, su madre, otro hermano de él, y sus cuñados, comenzaron a crear empresas constructoras y a obtener contratos, lo que motivó que una serie de denuncias en la prensa tamaulipeca y amenazas posteriores a los medios.
En 2007, la Policía Ministerial del Estado realizó un operativo para detener a varios funcionarios del municipio acusados de abuso de autoridad y falsedad de declaraciones.
García Cabeza de Vaca no perdió el tiempo. Tomó dos cajas con documentos de la alcaldía y se fue a Estados Unidos.
El operativo no era en su contra, ni tenía orden de aprehensión. Hasta que eso quedó aclarado regresó.
Pero su actitud reflejó el tipo de entorno en el que vive y con el cual se maneja. Hoy tiene fuero, y esperar prolongarlo de ser Gobernador en Tamaulipas, como quiere el PAN.
Por lo pronto ya colocó espectaculares en varias ciudades donde está la imagen de su cara, de la que salen dos cuernos.
Es por su apellido Cabeza de Vaca, aunque uno podría pensar, jocosamente, si no es al PAN y a todos los electores, a quien les está poniendo, abiertamente, los cuernos.
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