"Filosofía de la sonrisa"

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20/11/2014 00:00

    Sugey Estrada/Hugo Gómez

    Aristóteles afirmó que el hombre es el único animal que ríe, y Bergson agregó que es también el único que hace reír. Sin embargo, entre risa y sonrisa existe una gran diferencia, como subrayó Francisco Miró Quesada en su artículo "Filosofía de la sonrisa".
    La risa no exige relación con la persona de la cual uno se ríe. La aparatosa caída de una persona que no se conoce provoca risa, aunque no exista ninguna relación con ella. En cambio, la sonrisa sí exige relación e intención directa con la persona a quien se sonríe.
    Si acudimos al origen de la palabra sonrisa, nos daremos cuenta de que su significado no expresa cabalmente su sustancia, pues proviene del latín sub-rídere, que quiere decir por debajo de la risa o risa disminuida.
    Es cierto que en ocasiones de la sonrisa se pasa a la risa, o viceversa, pero se trata de muy pocos casos. Tal vez lo que quisieron decir los romanos es que la sonrisa no es estrepitosa como la risa, razón por la que esté por debajo de ella.
    La mejor estampa para captar la magia y dulzura de una sonrisa es acudir a su expresión en los niños. Los infantes muestran su mejor repertorio de sonrisas aún antes de poder percibir con claridad los objetos que les rodean. Es una forma muy humana de demostrar que reconocen a las personas que les son familiares y cercanas.
    Hay sonrisas enigmáticas y misteriosas, como la de la Mona Lisa; otras, cálidas, tiernas y profundas, como las de los padres, hijos, abuelos, amigos o enamorados. Pero también hay sonrisas sádicas, como las de los asesinos, y hasta se pueden fingir o ser irónicas, como hacen los envidiosos y traidores.
    ¿Sonrío? ¿De qué tipo es mi sonrisa?
    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf