César Peña Sánchez/ APRO
Estoy seguro que si yo escribo Gregorio Sánchez Martínez, poco o nada va a usted saber quién es y a quién me refiero; pero si yo escribo "Greg" Sánchez, de inmediato todas sus neuronas se conectan a su cerebro y de inmediato les sugiere el nombre que se trata de la delincuencia organizada.
Y efectivamente, de acuerdo con las noticias que se publican en todos los medios escritos y televisivos, este nombre por mucho tiempo más, será, si no noticia, si recapitulación de hechos políticos y de la delincuencia organizada, por un lado y, por el otro, la negativa permanente del partido político que lo postuló como candidato al Gobierno del Estado de Quintana Roo, a reconocer la culpabilidad.
Yo no puedo afirmar si "Greg" Sánchez es culpable o inocente, pero "cuando el río suena, agua lleva". Y según lo que escuchamos hoy, el ruido es ensordecedor y las charlas de propios y extraños sobre el caso son extremadamente abundante; tanto que el asunto ha querido mezclarse con el caso Cuba, y el juicio ya popular, no tiene desperdicio, ya que su propia esposa, la cubana señora Niurca Sávila, se ha encargado de enrarecer más el ambiente, desde el punto de vista de una intromisión del Gobierno cubano en nuestro País y por supuesto del Partido Comunista de aquel País. Recuérdese que hasta una comisión de legisladores del PRD fue a Cuba a rendir pleitesía a los Hermanos Castro.
En el natural caso de la señora Sávila por defender a su esposo ha dejado entrever la relación familiar de ella con el Consejo Cubano Comunista y la misma ideología que profesa a favor de la Revolución castrista de donde se desprenden los nexos del hoy caído en desgracia e ídolo del defensor de oficio del Parido de la Revolución Democrática, en México, Jesús Ortega, quien, por otro lado, tiene porqué hacerlo, pues es el pastor mayor de esas ovejas descarriadas, de hoy y de siempre que aglomera al polémico partido político.
Si algo hubiera de agradecerse a la justicia mexicana, es la acción que muy a tiempo supo mover, antes que la situación, por los rasgos políticos que el asunto implica, tomara mayor revuelo y en el remoto caso que "Greg" Sánchez hubiera resultado triunfador como Gobernador del Estado y del partido que lo postuló, las implicaciones resultarían, poco menos que imposible de corregir y, en todo caso, entrañaría mayor problema.
Aunque la postura y trayectoria del hoy Alcalde del municipio de Benito Juárez en prisión y primeramente con licencia para competir políticamente por el Gobierno del Estado donde está enclavado el rico centro turístico de Cancún, desde hace tiempo traía la mirada encima de las autoridades policíacas, por varias razones, fue hasta el día 26 de mayo, cuando al acudir voluntariamente a indagarse sobre su situación jurídica, le comunicaron que era delicada y quedaba en calidad de indiciado.
A esto siguió el desgarramiento de vestiduras, principalmente de su esposa y corifeos de su mismo partido político; los argumentos sobraron, sobretodo en los escarceos de que si el juez donde se ubicó primeramente la causa no encontró causales válidas para obsequiar la orden de detención y posterior encarcelamiento sólo son especulaciones de los amigos y familiares del detenido y que hubo que buscar un juez "a modo" para que obsequiara la orden de aprehensión.
La situación del narcotráfico en política, tal como se presenta y se palpa en la actualidad en México, son dos situaciones que se amalgaman y funden en un solo hecho: el político sólo piensa en su deseo más vehemente que es su triunfo, porque eso le abre camino para una carrera política de "éxitos" y como la política no tiene escrúpulos, el político menos y la venta de estupefacientes necesita el camino abierto y seguro donde "invertir" con la máxima facilidad y las acciones políticas, son el camino ideal para ese doble propósito, porque la acumulación de grandísimas fortunas, encuentra su plena justificación en los puestos políticos que suelen ocupar los delincuentes.
Existe esta creencia de que los bandidos y bandoleros encuentran como atenuantes por un lado y el otro, para hacer creer que son buenos; que roban a los ricos para dárselos a los pobres y así justificarse, porque hasta en los escritos más antiguos aparece.
Así, la misma Biblia nos habla de Dimas, "El Buen Ladrón", y en otras épocas, particularmente aquí en México se les llama "bandoleros", nombre eufemístico menos drástico que "ladrón". La otra cuestión que perseguía el ladrón es formarse un halo de simpatías entre los pobres que siempre en el mundo forman mayoría.
Así, buscaba el bandolero no sólo simpatía, sino protección entre la población, especialmente la rural. De este modo se tejieron varias historias entre verdades a medías y otras creadas por la fantasía humana.
Aquí nombraremos algunos muy conocidas y otros menos, pero todos con la misma triste profesión: por ejemplo, Jesús Arriaga, apodado "Chucho El Roto"; Heraclio Bernal, "El Bandido Generoso"; "Palillo", nada que ver con el cómico "Rey de las Carpas" Jesús Martínez. O si usted prefiere lo extranjero podemos nombrarle a Diego Corriente, "El Ladrón de Andalucía" o al legendario Robin Hood.
Si a usted le recuerda algo aquella frase muy en boga en Sinaloa "para ayudar a la gente", es una elucubración suya, de la cual no está usted, tampoco, del todo equivocado, previsto desde antes de comenzar la presente campaña política en Sinaloa y advertido públicamente por el Diputado federal, ingeniero Manuel Clouthier Carrillo, secreto a voces que corre de boca a oreja, de sur a norte y de la sierra al mar en todo el estado.
Hasta entonces, los ladrones, carteristas y bandoleros, fueron gente, hasta cierto punto sanas y sin embargo, la mayoría murió fusilada, en la horca, o se secó en prisión; pero los tiempos cambian. Hoy se han convertido, gracias al "baño de pueblo" en gente de bien, admirados y potentados sin tachas. Sólo que no debe usted escarbarle mucho.
Estamos sólo a unos días de saber la suerte del candidato a Gobernador del Estado de Quintana Roo, si su partido nombra un candidato sustituto para la gobernatura o ciegamente la dirigencia del partido se empecina en jugársela con el indiciado, Gregorio Sánchez Martínez, con la seguridad de que la posición política del PRD o de la alianza del PT Y Convergencia se convierte en un caso muerto; decídanse porque tienen muy en contra el tiempo que no espera, aunque el nombre del candidato hoy preso, aparezca en las boletas de votación el día de las elecciones, de ganar, en prisión no podrá ejercer el gobierno.
Al ser notificada la Comisión Electoral de Quintana Roo, sobre la situación de "Greg" Sánchez y su impedimento para participar como candidato, la Alianza que lo lanza a la aventura política tiene hasta el día 8 de este mes para dar a conocer el nombre del sustituto y retirar toda la propaganda del aún candidato. De otra manera las boletas de votación aparecerán únicamente con el logotipo de la alianza que postula al hoy proscrito candidato.
